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Chto Delat, el arte del lado de los oprimidos

El CAAC acoge la muestra 'Cuando pensamos que teníamos todas las respuestas, la vida cambió las preguntas', una muestra sobre el trabajo del grupo ruso

Imágenes de la muestra. / Belén Vargas
Braulio Ortiz

01 de junio 2017 - 08:48

Sevilla/En una ocasión, el colectivo ruso Chto Delat realizó para un festival en Austria una escultura a la que sus artífices bautizaron como Our Paper Soldier (Nuestro soldado de papel), una pieza que consideraban "una réplica gay" del monumento a los soldados soviéticos caídos en la Batalla de Viena de la Segunda Guerra Mundial. Con aquella estatua, el grupo se cuestionaba, entre otros asuntos, en qué debía consistir hoy la lucha antifascista. Tras su paso por el festival, aquella obra viajó a Berlín pero no sobrevivió a esa mudanza -tan sólo un escudo que pertenecía a esa figura-porque alguien quemó el resto. Los integrantes de Chto Delat decidieron concederle una nueva vida a aquel soldado y crearon otro al que dieron el nombre de The Resurrected (El resucitado), una medida con la que pretendían "demostrar que todos los recuerdos reprimidos y destruidos tienen la oportunidad de disfrutar de otra vida y que esa vida -el estado zombi del mundo- tiene un serio potencial de interferir y cambiar el curso del futuro".

Ese soldado de madera y papel tiene ahora, por unos meses, un nuevo destino: ha viajado a Sevilla, al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), donde forma parte de Cuando pensamos que teníamos todas las respuestas, la vida cambió las preguntas, la ambiciosa muestra con la que Chto Delat comparte su activismo artístico, hasta el 1 de octubre, en el Monasterio de la Cartuja. Después, la exposición -compuesta por 50 obras en la que este grupo que conforman desde hace 14 años filósofos, poetas, críticos y artistas visuales, entre otros profesionales, afronta diferentes técnicas y formatos- visitará el MUAC de la Universidad Autónoma de México.

El colectivo propone una serie de tributos a activistas que tuvieron una muerte heroica

La cita en el CAAC, donde ya se habían exhibido obras aisladas de esta agrupación en muestras colectivas, despliega un discurso beligerante en una escena artística que los miembros de Chto Delat temen adormecida. "El arte contemporáneo que se produce como una forma de mercancía o una forma de entretenimiento no es arte", sentencian en el catálogo de la exposición, donde proclaman igualmente: "El arte es una actividad abierta a todos, ni el poder ni el capital pueden tener el monopolio de la propiedad del arte". Un arte que ellos sitúan "del lado de los oprimidos" y que se opone "a todas las formas de patriarcado".

En sus trabajos, Chto Delat recurre habitualmente a la memoria y dedica tributos a quienes plantearon resistencia a la injusticia. "Es importante que se hagan estos homenajes, porque es una forma de no olvidar", sostiene Dmitry Vilensky, uno de los componentes del grupo. En una de las salas de la muestra, los apartados Lighthouse. It is Getting Darker (Faro- Está Oscureciendo) y The Memorials for Weak Light (Monumentos a la luz débil), los artistas recuerdan a mártires que tuvieron una muerte heroica. Un manifestante golpeado por un cañón de agua o un sindicalista mongol que se inmoló en una rueda de prensa son algunos de los personajes que cobran vida en las piezas del colectivo. "Incluso en los tiempos más oscuros tenemos el derecho de esperar alguna iluminación, y que esta iluminación puede llegarnos menos de teorías y conceptos que de la luz incierta, titilante y a menudo débil que irradian algunos hombres y mujeres en sus vidas y en sus obras", escribió Hannah Arendt, una reflexión que se ha recuperado para la muestra y que se vislumbra asimismo tras la pieza The Ark of the Fugitives (El arca de los fugitivos), una estructura que evoca a célebres refugiados del pasado "que actuaron movidos por la necesidad de abandonar su tierra natal con el fin de salvarse de la persecución", intelectuales entre los que están la propia Arendt, Pablo Neruda o Toni Negri.

Aspecto de la exposición / Belén Vargas

El doloroso asunto de los refugiados está detrás también de It Hasn't Happened to Us Yet. Safe Haven (Aún no nos ha sucedido a nosotros. Refugio seguro), una videoinstalación que se inspira en una red situada en el norte de Europa y que ofrece una residencia para artistas, escritores y músicos que dejan sus países porque en ellos ven peligrar su dignidad o su vida. Esta obra describe la desgarradora realidad de estos exiliados, su conflicto "entre la posibilidad de sumergirse en una vida normal y pacífica y la idea de regresar a la lucha y a los peligros reales".

En la muestra, donde también tienen un peso importante movimientos como el zapatismo y la teología de la liberación, Chto Delat brinda una mirada a la compleja situación de Rusia. "Nuestro país no vive los mejores momentos, la esfera pública se ha reducido mucho. Pero no queremos hacer más dramática la situación. Hay teatros, casas de la cultura... Y nosotros hemos elegido quedarmos ahí y aprovechar esas fisuras", revela Vilensky.

Cuando pensamos que teníamos todas las respuestas... propone un retrato de la situación rusa en instalaciones como A Dream of Protester (Sueño de un manifestante), un vídeo en el que los activistas entablan un debate con los caminantes. Una creación en la que participaron licenciados de la Escuela de Arte Comprometido para jóvenes que Chto Delat creó en 2013. Una escuela donde se promueve una educación artística heterodoxa, "que combina la poesía y la sociología, la coreografía y el activismo callejero, la economía política y lo sublime, la historia del arte y la investigación militante, y el género y la experimentación queer con la dramaturgia".

El abanico de múltiples disciplinas que abarcan los integrantes de Chto Delat también incluye la performance. En estos días, coincidiendo con la exposición, se programan diez sesiones en las que colaboran seis actores locales y que responden al nombre de Heave weight of mass-media images (Cargar con el peso de las imágenes de los medios de comunicación), una propuesta que se desarrollará en el Jardín de las catástrofes ubicado en el Patio de Pérgolas del CAAC. "Para nosotros, es muy importante trabajar con el cuerpo. La cabeza no es suficiente. Hay que integrar el cuerpo en las expresiones artísticas", asegura la coreógrafa Nina Gasteva sobre la relevancia que este tipo de intervenciones tiene para el grupo.

Ya sea a través de banderolas con mensajes escritos que reciben al visitante o en la recreación de episodios reales -la campaña contra la población gitana por parte de los gobernantes de Belgrado centra el vídeo Partisan Songspiel (Cantata partisana)-, en diferentes manifestaciones en las que la sensibilidad política va de la mano junto a la imaginación, desde Chto Delat quieren generar pensamiento, avivar reflexiones individuales y colectivas, crear estados de opinión. "Desde que se creó, nuestro grupo se ha basado en el mismo interrogante, lo que significa Chto Delat si lo traduces, qué hacer. Es lo que nos mueve", expone otro de los componentes del colectivo, Nikolay Oleynikov. "La pregunta evoluciona y nunca vamos a tener una respuesta. Ante los cambios políticos y sociales, siempre nos cuestionamos qué debemos hacer".

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