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El hallazgo de vestigios de pueblos antiguos es el sueño dorado de cualquier aventurero, explorador o arqueólogo. A esta última profesión dedicó su vida Juan de Mata Carriazo, quien será siempre recordado por descubrir en un cerro de Camas el Tesoro del Carambolo, maravilla de la civilización tartéssica, una de las más destacadas de las que se asentaron en el sur de España.
El tesoro está fechado en torno a los siglos VIII y III antes de Cristo y está compuesto por 21 piezas oro de 24 kilates distribuidas de la siguiente manera: un collar con 16 pequeñas cadenas y siete colgantes; dos brazaletes cilíndricos, dos pectorales con forma de unos antiguos lingotes de metal denominados galápagos y 16 placas con láminas de metal. Todas las piezas destacan por su meticulosa y recargada decoración.
Por fin, tras muchos años de espera y varios intentos frustrados, el mencionado tesoro se podrá ver en Sevilla, en la exposición denominada El Carambolo. 50 años de un tesoro que se inaugurará el 24 de septiembre y se prolongará hasta el 10 de enero de 2010. Está organizada por la Consejería de Cultura y la Universidad de Sevilla, con el patrocinio principal del Ayuntamiento y Cajasol.
La novedad es que se trata de las piezas originales halladas en 1958, ya que las expuestas en el Museo Arqueológico son una reproducción. Junto con el tesoro propiamente dicho, se expondrán otros objetos hallados en las excavaciones que se desarrollaron entre 2001 y 2005. Destacan, entre otras, ánforas y cerámica de barniz rojo fenicio, una escultura de la diosa de la fertilidad Astarté y la bandeja del Gandul, con figuras felinas.
Esta muestra debió haberse celebrado el 30 de septiembre del año pasado, fecha en la que se conmemoraba el 50 aniversario de tan valioso hallazgo. Para la ciudad se trataba de un acontecimiento, ya que desde 1978, cuando el tesoro fue trasladado a la caja de seguridad de un banco, sólo se ha podido ver en cuatro muestras temporales, la última celebrada en el año 2000. Sin embargo, tal celebración se centró sólo en una serie de conferencias a cargo de expertos de varias universidades europeas a comienzos del mes de octubre.
Las razones por las que hasta ahora no se ha decidido enseñar al público se resumen en dos: la falta de seguridad y, sobre todo, el estado del Arqueológico, que estaba pendiente de unas importantes obras de remodelación tanto estructural como de contenido. Tales trabajos comenzaron con unas medidas de emergencia, aprobadas a finales de 2007, por unas inundaciones en el edificio. Con respecto a tal tema, en febrero de 2008, Pablo Suárez, director general de Museos de la Junta, confirmó que las obras iban a buen ritmo y puntualizó que con estas reformas "los sevillanos podrán disfrutar de la exposición del Carambolo, tal y como nos habíamos comprometido", en referencia a que se celebrase a finales de ese año. Precisamente días antes del aniversario, Bernardo Bueno, responsable cultural de la Junta, alegó que había que asegurarse de que "el tesoro pudiera exhibirse con las máximas garantías de seguridad", afirmando que la exposición se inauguraría en enero de 2009.
El museo acometió en diciembre de 2008 unas obras centradas en las salas destinadas a las exposiciones temporales, pero desde el principio estuvieron envueltas en la polémica cuando se supo que del total de los Presupuestos Generales sólo 400.000 euros estarían destinados al museo sevillano, algo que indignó a la Consejería de Cultura, teniendo en cuenta que este espacio expositivo depende, en lo referente a su mantenimiento, del Ministerio de Cultura aunque esté gestionado por la Junta de Andalucía. Todo esto perjudicó al devenir de las obras y obligó, debido al estado del edificio, a posponer la exposición del Carambolo, ya que ninguna aseguradora quiso responsabilizarse de las piezas del tesoro.
La luz empezó a despejarse el pasado mes de enero cuando Maribel Montaño, delegada municipal de cultura, Maribel Montaño, afirmó, en su programa para 2009, que la exposición del Carambolo se celebraría en marzo, mes en el que se preveía que las obras del museo habrían finalizado. A pesar de este plazo, las obras obligaron en febrero a los técnicos de la Consejería de Cultura a barajar el mes de junio como momento adecuado para que se llevara a cabo la muestra, una vez que las obras en las salas temporales hubieran acabado.
Otra fecha pensada era después del verano para aprovechar el gran flujo de turistas tras el período estival. Antes, en marzo, se habían dado por concluidas las obras necesarias para albergar la esperada exposición.
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