Irregular paseo renacentista

Capilla Jerónimo de Carrión | Crítica

La Capilla Jerónimo de Carrión en formación de trío.
La Capilla Jerónimo de Carrión en formación de trío. / Actidea

La ficha

Capilla Jerónimo de Carrión

** XXI Noches en los Jardines del Real Alcázar. Capilla Jerónimo de Carrión: Delia Agúndez, soprano; María Alejandra Saturno, violas da gamba; Alicia Lázaro, laúd renacentista y dirección.

Programa: En tierras ajenas.

Pierre Attaingnant (c.1494-1552): Prélude

Claudin de Sermisy (c.1490-1562): Tant que vivray

Firminus Caron (fl.1460-1475): Helás qui pourra devenir

Loyset Compère (c.1445-1518): Je ne fais plus

Francisco de Peñalosa (c.1470-1528): A tierras ajenas

Anónimo (Cancionero de Palacio, c.1504-1520): Guarda dona il mio tormento

Marchetto Cara (1470-1525): Zephiro spira / Io non compro piu speranza

Juan Vásquez (1500-1563): Soledad tengo de ti / Con que la lavaré / Quien amores tiene

Diego Ortiz (c.1510-1570): Recercadas sobre O felicie occhi miei y sobre la Romanesca

Sebastián de Vivanco (c.1551-1622): O quam suavis est

Alonso Lobo (c.1555-1617): Ecce ascendimus Ierosoliman

John Dowland (1563-1626): Prelude / Flow my tears / Come again sweet love

Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Jueves 30 de julio. Aforo: Casi lleno.

La segoviana Capilla Jerónimo de Carrión se presentaba en Sevilla (si mi memoria y mi documentación no fallan era su debut en la ciudad) en una formación básica de trío para hacer un programa que lleva tiempo en su repertorio, un paseo por músicas europeas del Renacimiento, que combina las primeras ediciones impresas con los cancioneros de la época, incluyendo también un par de obras sacadas de un archivo catedralicio.

Aunque el formato de voz con acompañamiento debería ser normal en la época, debe tenerse en cuenta que hablamos siempre de música polifónica, por lo que las partes instrumentales no sirven simplemente un bajo a la cantante, sino que desarrollan voces de la misma importancia en la textura musical. Y ahí estuvo uno de los problemas del conjunto: faltó claridad en la articulación del laúd de Lázaro y un poco de más sonido en la viola de Saturno, siempre demasiado contenida, prudente quizás en exceso, aunque cuando le tocó disminuir, como en las piezas de Ortiz o en una canción de Dowland, lo hizo con buen gusto.

A Delia Agúndez le costó entrar en calor. Pese a su entrega expresiva desde el Tant que vivray de arranque, la línea de canto resultó mucho tiempo inestable y tuvo algún problema de sincronización con el acompañamiento (muy llamativo en la preciosa Zephiro spira, que resultó entrecortada, fallida). La cosa mejoró con Juan Vásquez y alcanzó su punto álgido con Dowland, el momento en que los medios interpretativos y la expresión encontraron (pese al viento y sus incordios) su mejor acomodo: especialmente lucida resultó la bella y profundamente melancólica Flow my tears, con papel destacado para la viola, en un juego casi de alternatim con la voz; en Come again, Agúndez se permitió además algo más de libertad y vuelo ornamental, con brillantes ascensos al agudo.

Recital intimista, recogido, vuelto hacia dentro, muy pegado a la letra de una música estupenda, pero que sonó de forma demasiado irregular.

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