El Olimpo se muda a Caixafórum
Exposición 'Arte y mito' en Caixaforum
La muestra 'Arte y mito. Los dioses del Prado' viaja al mundo de los héroes y los semidioses con fondos procedentes del Museo del Prado
Los escritores y artistas griegos y romanos se sirvieron de la mitología para explicar a los hombres, a través de la peripecia de los dioses y de los prodigios más imprevisibles, el funcionamiento del mundo. Caixafórum Sevilla se adentra hasta el 31 de marzo del año próximo en estas historias fabulosas gracias a la exposición Arte y mito. Los dioses del Prado, que ahonda en la representación que la pintura y la escultura hicieron de héroes y semidioses y que se compone de 50 obras, fechadas entre el siglo I a. C. y el XVIII d. C., procedentes de los fondos del Museo del PradoMuseo del Prado.
Presentada este miércoles por el director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, Andrés Úbeda de los Cobos, el director de Caixafórum Sevilla Moisés Roiz y el jefe de contenidos didácticos del Prado, Fernándo Pérez Suescun, también comisario de esta propuesta, la muestra detalla con piezas de Zurbarán, Ribera o Rubens, entre otros, la idiosincrasia de los dioses y de los seres fabulosos -ninfas, musas, sátiros- que los acompañaban, pero también se detiene en los amores y las pasiones o las faltas y los castigos que cometieron, "sentimientos humanos que nos afectan a nosotros", como resaltó Pérez Suescun.
"Si tuviésemos que explicar brevemente a las nuevas generaciones qué es la mitología, qué hacen los dioses o cómo acercarnos a ellos, podríamos decir que se parece a internet, a la red de redes, porque todo está conectado", sostiene el especialista en el catálogo de la muestra. "Los orígenes, la vida y los hechos de un determinado dios lo ponen en relación con otros, y estos a su vez con otros más, y así sucesivamente, hasta volver al punto de partida. Y, como pasa con internet, podemos encontrar escritos que simplemente repiten lo dicho anteriormente por otros autores, pero también versiones contradictorias", prosigue Pérez Suescun.
No es casual que reciba a los visitantes de la exposición un busto del creador de la Ilíada y la Odisea, Homero, y que el primer apartado de la muestra presente una galería de dioses a modo de dramatis personae: la mitología estremeció a los hombres con su capacidad para fabular.
En este primer apartado, Los dioses del Olimpo, sobresalen un lienzo de Rubens que representa a Vulcano, dios del fuego y la forja, o la Cabeza del dios Baco que pintó José de Ribera y es uno de los fragmentos del cuadro El triunfo de Baco que sobrevivió a un incendio. El óleo Saturno con el signo de Capricornio, de Pietro Facchetti, anuncia ya toda la violencia y las pasiones que aguardan al espectador: en la escena el dios Crono -al que la mitología romana rebautizaría como Saturno- agarra la guadaña con la que según la leyenda castró a su padre.
Tras la mirada a los dioses, Arte y mito dedica su siguiente sala a los Espíritus libres, un espacio por el que desfilan criaturas fantásticas como ninfas, musas, ménades y sátiros. Entre otros aspectos, el observador atento podrá comprobar cómo fue cambiando el retrato de estos últimos, inicialmente inmortalizados como híbridos entre hombre y macho cabrío que acabarían perdiendo sus cuernos y pezuñas y adquiriendo pies humanos. Un bronce del siglo XVIII, atribuido a Francesco y Luighi Righetti, de Las tres Gracias deja constancia del interés -Rafael o Rubens también sucumbieron a sus encantos- que a lo largo de los siglos despertaron estas mujeres danzantes y desnudas. A unos metros, Ofrenda a Baco, un impresionante cuadro de Michel-Ange Houasse, describe la atmósfera sensual y decadente de las fiestas dedicadas a Dioniso en las que bailaban las ménades y el vino embriagaba los sentidos.
Porque, las obras de Arte y mito lo atestiguan, los clásicos, aunque pertenecieran al linaje de los dioses, se entregaron al disfrute y a la concupiscencia con una intensidad casi doliente. El apartado Amor, deseo y pasión propone un catálogo de querencias de toda índole. Del sosiego de un Cupido dormido, responsable de todos los desórdenes, al cándido enamoramiento de Baco y Ariadna, pintados por Erasmus Quellinus -como ocurre con otras obras de la muestra, Rubens esbozó la composición-; del violento arranque que tuvieron -rapto incluido- las uniones de Neptuno y Anfititre o Plutón y su sobrina Proserpina, a las relaciones marcadas por la fatalidad de Orfeo y Eurídice y Céfalo y Procris, el mundo clásico fue advertido a través de estos relatos de los peligros (y el gozo) de tener un corazón. Narciso, recogido en la muestra en un cuadro de Jan Cossiers, avisa también de una flaqueza vigente en los tiempos de Facebook e Instagram: el amor por uno mismo.
El componente aleccionador de la mitología se percibe en Faltas y castigos, la sala que la exposición destina a repasar las penas y amonestaciones que sufrieron aquellos que violaron las leyes o desobedecieron a sus superiores. También de Cossiers es Júpiter y Licaón, una pintura en la que el dios se adentra en casa del segundo para confirmar un rumor que persigue a éste, que mata a los extranjeros que acuden a su hogar. Júpiter transformará en lobo a Licaón, y con ello dará comienzo la estirpe maldita de los hombres-lobo. Faetón, pintado en la muestra por Jan Carel van Eyck, es otro personaje que será reprendido, después de que coja el carro de su padre, Febo, el sol, e ignore las precisas instrucciones que le había dado éste.
La metamorfosis, un asunto que antes de Kafka intrigó a autores como Ovidio o Apuleyo, fue un recurso muy utilizado por los dioses, que conseguían sus objetivos tomando otras apariencias. Zeus (o Júpiter) llegó a transfigurarse en un cisne, un toro, un sátiro o una lluvia dorada, y hasta en sus propios hijos, con tal de poseer a las mujeres de las que se encaprichaba: Leda, Europa, Antíope o Calisto. En otros casos, eran las perseguidas por la brutalidad masculina las que optaban por la metamorfosis, como sucede en Apolo persiguiendo a Dafne, un cuadro atribuido inicialmente a Cornelis de Vos al que en su reciente restauración se descubrió otra autoría, la de Theodoor van Thulden. La obra cuenta cómo Eros, cansado de que Apolo se burlara del tamaño de su arco, hizo que éste se enamorara de Dafne, que pidió ayuda a los dioses y adoptó entonces, con lo que se libró de su acosador, la forma de un laurel.
Uno de los últimos apartados de la exposición se centra en los Héroes, que han perdurado en la memoria colectiva como ejemplos de superación y de valor. "¿Quién no ha oído hablar, por ejemplo, de Teseo y su lucha con el Minotauro, de Jasón y su búsqueda del vellocino de oro, o de Héctor y Odiseo-Ulises, que jugaron un papel destacado en la Guerra de Troya?", pregunta Pérez Suescun. Aquiles, "el de los pies ligeros"; Perseo, que venció a la Medusa; o Hércules, reconocido tras la hazaña de sus doce trabajos, son los protagonistas de esta sala en la que destaca un lienzo de Zurbarán, Hércules y el cancerbero.
El recorrido de Arte y mito, que en septiembre próximo se verá en Cádiz, concluye con uno de los capítulos más conocidos de la Antigüedad: la Guerra de Troya. "Empezamos la muestra en el Olimpo y acabamos más pegados a la tierra, a un episodio histórico", apunta Pérez Suescun sobre una estancia en la que se recrean los distintos momentos de este relato, como el juicio de Paris; el rapto de Helena, recreado en una singular pintura de Juan de la Corte; o el incendio de Troya, un cuadro igualmente peculiar en el que Francisco Collantes despliega su habilidad para las arquitecturas clasicistas.
Un cúmulo de historias que se suceden y que hacen que, defiende Úbeda de los Cobos, Arte y mito consiga con su "riqueza narrativa" que "la mitología no sea sólo algo atractivo, sino apasionante". El director adjunto de Conservación del Prado destaca también la "multitud de niveles" que contiene la muestra. "Satisface tanto a profesores del mundo clásico como a los niños de un colegio, a todas las personas que vengan con el ánimo de disfrutar". Como en otras ocasiones, Caixafórum programa un amplio programa de actividades paralelas a la exposición. Este jueves a las 19:00, Fernando Pérez Suescun impartirá una conferencia, preámbulo de una intensa agenda que se completa con visitas guiadas, un ciclo de cine y un espacio educativo que lleva el prometedor nombre de Fábrica de mitos.
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