Como a un santo dos pistolas
MANU BRAZO & PEPE FERNÁNDEZ | CRÍTICA
La ficha
*Alternativas de cámara. Programa: Obras de J. Clarke, G. F. Haendel, A. Vivaldi, F. Kreisler, H. Purcell, T. Vitali, J. Ph. Rameau y J. S. Bach. Saxofón: Manu Brazo. Piano: Pepe Fernández. Lugar: Teatro de la Maestranza (Sala Manuel García) en colaboración con Juventudes Musicales de Sevilla. Fecha: Martes, 14 de mayo. Aforo: Casi lleno.
No todo vale. No es suficiente con ser un buen intérprete desde el punto de vista técnico. El verdadero músico, en el mejor y más extenso sentido de la palabra, debe ir más allá de la técnica de su instrumento. Eso, como el valor en la mili, se le supone. No. Debe ir más allá, impulsarse desde su dominio físico del instrumento para conseguir una interpretación respetuosa con la partitura, con el autor que la creó, con la época en la que se compuso, con el estilo en el que se inserta e incluso con el instrumento para el que fue creada. Todo lo demás sería faltarle el respeto a la propia música, además de al público.
Es lo que ha sucedido con este concierto que, al menos, tuvo la virtud de la brevedad. Ya se sabe: lo malo, si breve, menos malo. Nadie pone en cuestión la solvencia instrumental de estos dos intérpretes utreranos. Pepe Fernández lo ha demostrado sobradas veces, desde el flamenco hasta lo contemporáneo y a la vista estuvo en la manera tan comedida de atacar las notas en un repertorio zurcido a base de arreglos barrocos que sonaban a aquellos tristemente famosos discos de Jean-François Paillard o de Luis Cobos. Y Manu Brazo domina a la perfección el saxo, con exhibiciones de respiración circular, control de las dinámicas, paleta de colores y agilidad en la digitación. Pero todo esto, puesto al servicio del lamento de Dido, de una Sarabande de Bach o del Invierno de Vivaldi (por no hablar del fake de Kreisler sobre Pugnani, un fake sobre otro fake), daba como resultado la triste versión sonora del famoso Ecce Homo de Borja.
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