La Biblioteca Nacional expone sus tesoros
La institución inicia las actividades de celebración de su tercer centenario con una magna exposición.
La Biblioteca Nacional comienza la celebración de sus 300 años de historia con una gran exposición en la que se puede contemplar una parte significativa de los tesoros que alberga esta institución, la más antigua de España y que ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías de cada época. El Beato de Liébana, códices de Leonardo da Vinci, grabados de Rembrandt, Velázquez, Durero, Piranesi y Goya; incunables, manuscritos de Lope de Vega, Galdós, Gómez de la Serna, Dalí, Lorca, Borges y unos sonetos autógrafos de Miguel Hernández escritos en la cárcel son algunos de los más de 240 tesoros que se muestran en esta exposición, que este martes inauguran los reyes.
Organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE) y por Acción Cultural Española (AC/E), la exposición constituye el pistoletazo de salida del amplio programa de actividades que se han preparado para el tricentenario, con las que se quiere acercar al gran público la complejidad de esta institución, que hoy día alberga casi 30 millones de documentos, muchos de ellos de una importancia excepcional. Como decían este lunes la directora de la BNE, Glória Pérez Salmerón, y Charo Otegi, presidenta de AC/E, la Biblioteca no solo tiene en depósito millones de libros de todas las ramas del saber, también guarda importantes colecciones de grabados, mapas, carteles, revistas, fotografías y composiciones musicales en diferentes soportes.
"El desafío" para el comisario de la muestra, José Manuel Lucía, ha sido "realizar un viaje en el tiempo" para contar 300 años de historia de la Biblioteca Nacional y hacerlo a través de más de 240 obras, "todas ellas maravillosas", aunque "ha habido que prescindir de otras muchas" por razones de espacio o, como en el caso del Cantar del Mío Cid, para evitar que se deterioren más de lo que ya están.
El 29 de diciembre de 1711 el rey Felipe V aprobó la creación de una Real Biblioteca abierta al público, que comenzó a funcionar el 1 de marzo de 1712 en el pasadizo de la Encarnación, en la actual plaza de Oriente de Madrid, y que desde el principio puso a disposición de los estudiosos numerosas colecciones de muy diversa procedencia. La Biblioteca tendría luego otras sedes hasta que en 1895 se trasladaría a la que tiene actualmente, en el paseo de Recoletos, ampliada en 1993 con la de Alcalá de Henares (Madrid). En ambos edificios se conservan más de 28 millones de documentos, que llegan en buena parte por depósito legal (en 2010 ingresaron 861.145 piezas por esta vía).
Pero las colecciones de la BNE también se enriquecen con donaciones realizadas por los creadores o sus herederos (durante 2010 se incorporaron 5.280 documentos valorados en 270.750 euros) y por compras, capítulo al que el año pasado se destinaron 400.000 euros para adquisición de fondo moderno y 653.731 para fondo antiguo.
La Biblioteca cuenta con 250 kilómetros lineales de estanterías, con un depósito robotizado de más de 30 kilómetros. El personal de la BNE se ocupa de conseguir las condiciones idóneas para la conservación de los documentos, y para ello se controla el grado relativo de humedad y la temperatura, que ha de ser constante.
Titulada Biblioteca Nacional de España: 300 años haciendo historia, la exposición se divide en tres partes (Historia, Trabajos y Desafíos y retos de la tecnología) y en cada una de ellas el visitante se encontrará con obras singulares, como los Códices Madrid I y II de Leonardo da Vinci, la Biblia Politica Regia, el Beato de Liébana, el Breviario de Isabel la Católica, la Cantigas de Santa María o el manuscrito de Las siete partidas de Alfonso X el Sabio. De la importante colección de dibujos y grabados que posee la BNE se exponen, entre otros, Cabeza de niña de Velázquez, el aguafuerte La muerte de la Virgen de Rembrandt, Los caprichos de Goya y Arabe velando el cadáver de su amigo de Mariano Fortuny.
El visitante verá también piezas destacadas de los 3.100 incunables que tiene la BNE, que conforman una de las colecciones más importantes del mundo, además de una selección del fondo fotográfico de la Guerra Civil Española, en la que hay imágenes de ambos bandos. Del archivo personal del poeta Jorge Guillén se muestran varios documentos y cartas, como una de Francisco Ayala felicitándolo por la concesión del Premio Cervantes.
De los innumerables autógrafos que alberga la Biblioteca se han seleccionado algunos de escritores como Bartolomé de las Casas, Lope de Vega, Pérez Galdós, García Lorca, Borges, Gómez de la Serna, Buero Vallejo, Alberti y dos sonetos de Miguel Hernández, escritos en la cárcel, probablemente en papel higiénico.
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