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Recuerdos del Alcázar

SEVILLA GUITAR DUO | CRÍTICA

Francisco Bernier y Antonio Duro. / ACTIDEA
Andrés Moreno Mengíbar

30 de julio 2022 - 10:09

La ficha

*****Noches en los Jardines del Real Alcázar. Programa: ‘Danzas gitanas’ op. 55, de J. Turina, ‘Granada’, de I. Albéniz; ‘Canciones flamencas antiguas’, de R. Andía; ‘Danza del molinero’, ‘Romance del pescador’ y ‘Danza española nº 1’, de M. de Falla. Guitarras: Francisco Bernier y Antonio Duro. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Viernes, 29 de julio. Aforo: Lleno.

De entre las diversas paradojas que caracterizan a la vida musical sevillana encontramos la de que, siendo esta ciudad un importante foco de enseñanza de la guitarra y de que cuente con espléndidos intérpretes, sin embargo la presencia del instrumento en las programaciones de los diversos espacios sevillanos sea casi inexistente. Por eso adquiere especial relieve este concierto, en el que tuvimos la oportunidad de volver a encontrarnos con los dos mejores guitarristas de la ciudad.

Y así lo demostraron con un lucido y brillante recital centrado en músicas de inspiración andaluza alrededor del centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada. Las Danzas gitanas de Turina sonaron en una adaptación muy idiomática y en la que los intérpretes supieron extraer todas las posibilidades de los juegos de colores mediante pasajes en armónicos muy cuidados y una variedad de dinámicas perfectamente ensambladas entre ambos. La conjunción y la precisión se pusieron a prueba en los cambios de ritmo (Zambra) y en los pasajes más exigentes (Sacromonte). En Granada de Albéniz se iban alternando en la melodía y el acompañamiento de manera homogénea, con acentos y rubato perfectamente igualados. Pero donde se alcanzó el máximo nivel de excelencia fue en las piezas en las que Rafael Andía reescribe las canciones tradicionales que en su momento armonizase Lorca. De hecho son una nueva composición, con introducciones nuevas y reordenación del material temático; pero, sobre todo, de una riqueza armónica brillante que puso a prueba la capacidad de articulación y la precisión de la pulsación de Duro y Bernier. Salieron victoriosos, como era de suponer, con total soltura en las hemiolias, los portamentos y los glissandi, con un caleidoscópico chisporroteo de notas en Los cuatro muleros. Delicioso fue el remate de la noche con una enriquecida versión a dos de los Recuerdos de la Alhambra.

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