La española 'Klaus' reivindica la importancia de las buenas historias
Premios Oscar
Tras triunfar en los Bafta y los Annie, aspira hoy al Oscar a la película de animación
Antonio Banderas, con la primera candidatura al Oscar de su carrera; Dolor y gloria, el regreso de Almodóvar a la alfombra roja de Hollywood, y Klaus, de Sergio Pablos, seleccionada en la categoría de película de animación, conforman la delegación española en la ceremonia de esta noche.
Su papel de director en crisis le ha brindado a Banderas las mayores satisfacciones de su carrera: el reconocimiento en Cannes, el Premio del Cine Europeo, el Goya y la distinción de las asociaciones más importantes de la crítica estadounidense, Nueva York, Los Ángeles y la National Society of Film Critics. Pero el malagueño se ha topado, en los premios de la industria, con un obstáculo considerable que lleva el nombre de Joaquin Phoenix. “Le estoy pagando a Batman para que se cargue al Joker”, bromeó Banderas la noche de los Goya sobre sus posibilidades de cara al Oscar.
Almodóvar, entretanto, firma con Dolor y gloria uno de los trabajos más celebrados de su filmografía, un relato que parte de componentes autobiográficos y que recorre una contenida emoción. La candidatura del filme ya es motivo de celebración: desde Mar adentro ningún título español era nominado al Oscar a la película en habla no inglesa. Almodóvar desveló en los Goya que será Penélope Cruz quien revele la ganadora del Oscar a la mejor película internacional (la categoría ha cambiado de nombre este año) pero parece difícil que la actriz repita aquel recordado grito de Pedrooo con el que festejó el Oscar de Todo sobre mi madre.Parásitos acude a la fiesta con el aval de sus seis candidaturas, una ventaja que empequeñece las opciones del manchego.
Quien sí pisa fuerte es el equipo de Klaus, triunfadora en los últimos Bafta y en los Annie, los Oscar de la animación, donde se hizo con los siete premios a los que aspiraba. La recreación de los comienzos de Santa Claus, que puede verse en Netflix, reivindica el poder de una buena historia en un tiempo de secuelas y remakes. Curiosamente, Klaus no tuvo fortuna en casa y perdió en los Goya frente a Buñuel en el laberinto de las tortugas, otra estimulante propuesta que confirma el impulso que ha tomado la animación española.
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