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"En el flamenco, que no nos limite la palabra respeto"

Ángeles Toledano | cantaora

Hoy vuelve el ciclo de Noches Icónicas en Meliá Sevilla con un concierto de Ángeles Toledano, una de las voces más prometedoras del flamenco

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"Pertenezco a este tiempo, pero ¿quién no se ha sentido a veces fuera de lugar?"

Ángeles Toledano / Miguel Molina

Hoy tendrá lugar otra de las Noches Icónicas en Meliá Sevilla, contando con la presencia de Ángeles Toledano, una de las mejores voces del flamenco actual, avanzando siempre durante su todavía corta carrera con un proceso creativo que la ha situado en la primera línea del género, como lo atestigua su paso por las grandes muestras de la Bienal de Sevilla, del Festival Flamenco de Jerez, la consecución de innumerables galardones y el reconocimiento más allá de nuestras fronteras, en París, Londres, Viena, Shanghái. Actualmente se encuentra trabajando en su primer disco y tuvo la deferencia de aceptar esta entrevista para nuestro Diario a pesar de que era la única mañana que tenía para dar descanso a su voz, antes de volver al estudio de grabación.

-Cuando empezó a ganar concursos era muy joven. Ahora, una docena de años después, siguen refiriéndose a usted como la promesa más brillante del flamenco, la voz más prometedora. ¿No está ya harta de que la llamen promesa y no pasen a considerarla una realidad?

-Por mí que me sigan llamando siempre promesa, porque ser una realidad me parece una responsabilidad muy grande y yo estoy realmente aprendiendo todavía y quiero seguir haciéndolo. Quiero seguir teniendo inquietudes y seguir formándome; no me quiero ver como algo que ya está cuajado, me gusta verme como algo deforme aún. Que la gente me llame lo que quiera, me da igual.

-Usted está en el flamenco para contar sus vivencias; las cosas que tiene dentro y su relación con su entorno social: machismo, homofobia, racismo, discriminación, desigualdades. ¿Cree que ya va siendo hora de abandonar las letras antiguas, clásicas, de aquellos grandes maestros y maestras, para cantar sobre cosas más actuales?

-Soy una enamorada de la poesía y por eso escribo con mucho respeto hacia ella, pero bajo la verdad. Creo que hay letras que son buenas y lo seguirán siendo siempre, que es bueno que operen como letras de la historia y del momento social que se estaba viviendo, no creo que se deban eliminar. Pero yo desde mi lenguaje si voy a eliminarlas, porque no siento cantar eso. Es verdad que hubo un momento en que la sociedad fue así y está bien recordar lo que estaba pasando, pero de mi mano quiero contar lo que me pasa a mí, lo que me produce alegría y pena, todas las emociones que me levanta cada situación que vivo en mi día a día, incluso la cotidianeidad. Opto porque una mujer no siga cantando me la llevé al campillo y de la primera guantá le quité el pañolillo; yo no lo voy a cantar porque no me siento identificada con eso y no quiero que me represente, aunque sea una letra que ha formado parte de la historia.

-¿Esa forma suya tan actual de acercarse al flamenco, ha hecho que alguna vez se sienta en contradicción con el respeto a la tradición, al clasicismo?

-Todo el rato, claro; porque es verdad que en el flamenco tenemos muy asentada la palabra respeto, pero creo que no hay más allá que ser buena gente con la música y a cualquier música clásica que te acerques debes hacerlo desde el conocimiento. Más que respeto yo lo llamaría conocimiento; debes tener unas nociones básicas, estudiar, formarte y conocer para luego poder aplicarle tu personalidad. Hay que aceptar que la música es libre y que tiene que contar con esa libertad, pero no puedes tener miedo a ser creativo y a poner tu sello. Hay que aceptar que las verdades van cambiando día a día, que hoy la verdad es una y mañana es otra y eso no tiene por qué ser malo ni tiene que ser una falta de identidad, simplemente es que las cosas van cambiando. Pero siempre conociendo la base, eso sí, porque el flamenco es una música clásica, con muchos años de historia y la gente se ha preocupado mucho por ella; más que por el respeto hay que preocuparse por conocerlo; que no nos limite la palabra respeto.

Ángeles Toledano / Miguel Molina

-La gente joven se acerca al flamenco a través de la fusión: con el pop, la electrónica, los nuevos ritmos urbanos. ¿Usted está más en el afán de acercarla al flamenco puro?

-Yo tengo un debate. Porque, como usted dice, el flamenco, desde el primer momento, que tampoco se sabe muy bien cuándo fue, es puro mestizaje, pura mezcla, fusión; el concepto de pureza es muy bonito y muy romántico, pero para mí no cobra mucho sentido en una música que es tan impura a la vez que no es tan limpia ni tan virgen. Aunque creo que la gente joven sí está muy afín a la raíz y se acerca mucho a los conciertos de flamenco jondo, al menos en los conciertos de Israel Fernández se ve mucha juventud; pero es que él pone de acuerdo a todo el mundo en todos los aspectos, para mí es el mejor. Y entre las mujeres Estrella Morente también. Tenemos ahí ese concepto de que la gente joven no se acerca al flamenco, pero hay muchos que sí lo hacen. Claro, que ojalá fuesen muchísimos más, igual que a un concierto de música urbana; pero tenemos que poner los pies en la tierra y saber qué música estamos haciendo y hasta dónde llega.

-¿Le interesan a usted esas mezclas: las cosas de Rocío Márquez con Bronquio, de Perrate con Za! y con otros proyectos en la periferia del flamenco, de Dani Llamas, Los Voluble, Raúl Cantizano?

-Es que yo soy una enamorada de todos ellos. Perrate me flipa, pero es que Za! es un grupo que sigo desde hace un montón de tiempo y me flipa también. Se trata de jugar y de divertirse, como hacen ellos; si no cuentas con la diversión y no creas desde esa zona sensible, ¿qué sentido tiene? Amo a Rocío, amo a Bronquio, a toda la gente que es valiente, porque el flamenco es así; si por algo se caracteriza este género es por ser valiente, porque cuenta las verdades y se adapta perfectamente al momento. Y también es una esponja a la que todo le queda bien ¿Y qué hacemos si tenemos la suerte de tener un género que ha nacido en nuestro pueblo, al que todo le queda bien?

-Una vez me dijo Perrate que llegó a sentirse atrapado por su pedigrí; la historia de su abuelo, la de su padre, que todos los seguiriyeros estaban ahí, que todo el flamenco de Jerez estaba en su sangre. Y eso le hacía adaptarse a unas maneras concretas, no solo de cantar, sino incluso de vestir, hasta que se dio cuenta de que no tenía que cumplir con nadie más que consigo mismo y con la gente que le quiere. ¿Usted es más libre?

-En cuanto al entorno familiar, realmente sí, porque en ese aspecto nunca he sentido ningún tipo de controversia. Veo ciertos comentarios por ahí de gente que no está muy de acuerdo con lo que hago, y eso sin haber sacado todavía nada, simplemente con los directos que, si se parasen a escucharlos un poquito, verían que tienen un repertorio clásico y lo que hago es reinterpretar a Manuel Torre, Pastora, Isabelita, con una guitarra y unas palmas; no hay más que eso. Y la gente ya me dice que me estoy colocando en la acera de enfrente; pero bueno, ¡si no me habéis dado una oportunidad! Reitero que en el núcleo familiar, en el de la amistad y en mi entorno cercano nunca he sentido nada de eso, pero entiendo que a Perrate le haya pasado y lo valiente que ha sido por haber confiado en sí mismo. Le admiro muchísimo, porque veo, como hace poco, que estuvimos juntos en las fiestas de la Merced, de Barcelona, cómo disfruta en el escenario, cómo se lo pasa, cómo transmite muchísimo su libertad y sus ganas. Yo es que lo amo.

-Ha citado usted tres nombres muy grandes ¿Tiene otros espejos en los que mirarse?

-Muchísimos: El Chaqueta, Vallejo, obviamente; La Paquera, Gaspar de Utrera, del que me encantan sus letras increíbles; Estrella Morente, también de ahora; Rocío Márquez, Arcángel, Israel Fernández. Una vez terminé hablando con gente que decía que me parecía a Arcángel, otras veces que me parecía a Estrella, ¿y por qué no?, es que los admiro muchísimo y ¿por qué solo ir a beber de la fuente antigua?; yo bebo de lo antiguo, pero también me fijo en el agua que la fuente emana ahora y me siento muy feliz de hacerlo y de poder tener a estos artistas en vida, verlos en directo y decir ¡qué pasada que los tengo aquí!

"Ojalá fuesen a un concierto de flamenco tantos jóvenes como a uno de música urbana; pero tenemos que poner los pies en la tierra y saber qué música estamos haciendo y hasta dónde llega"

-Se dice que a pesar de ser tan joven tiene en la voz un timbre avejentado. ¿Usted cómo se ve?

-No sé. A mi realmente me pone muy nerviosa lo antiguo, me acelera mucho el corazón. Es algo que siento muy fuerte; escucho a Pastora y me pongo mala, no puedo evitar que su timbre y su forma de expresarse me pongan muy nerviosa. Al final creo que me parezco a lo que más me gusta y a lo que más me quiero acercar; y quizás ese sonido antiguo, que escuchaba desde pequeña, se ha quedado ahí y me encanta que así sea, porque realmente ese es el sonido que más me gusta. Lo he ido puliendo con los años, obviamente, he ido buscando un sonido y lo seguiré haciendo. Aunque cuento con unas características físicas que hacen que suene de una manera concreta, pero no voy a negar que al final es una búsqueda.

-¿Con tantos escenarios como pisa, no ha tenido tiempo para pisar los estudios de grabación?

-La verdad es que no he tenido tiempo o mi mente no estaba pensando en eso, pero ahora solo quiero estudios. Me pone también muy nerviosa el estudio; hace poco me decían: pero si el estudio es lo más fácil, puedes hacer lo que quieras, puedes sonar como quieras y te lo pueden corregir; pero para mí es lo más difícil del mundo. No voy a negar que todo se puede corregir y no voy a ir en contra de la tecnología; estoy muy a favor de agarrarme a todo lo que pase tecnológicamente, pero para mí es muy difícil porque el estudio es un chivato.

-¿Dónde está grabando el disco? ¿Y con quién?

-Estamos grabándolo en Madrid y las producciones van de mi mano, de la de Benito Bernal -su guitarrista-; es un poco un pucherito de todos. Y luego hay una persona que sí es la que tiene la última palabra, que es Javi Harto Rodríguez -productor de C. Tangana o Pedro LaDroga, músico de Kiko Veneno-, pero al final está siendo una super comunión de todos.

Ángeles Toledano / Miguel Molina

-He leído en algún sitio que todos los cantes del disco van a ser por un palo flamenco distinto. ¿Cuáles le resultan más cómodos, más fáciles?

-Creo que a mí en el estudio me resulta difícil hasta respirar. El flamenco es muy difícil, pero es una dificultad que me tiene enganchadísima. En el disco va a haber un poco de todo y va a ser un repertorio superclásico; va a haber jaleos extremeños, soleá, seguiriyas, bulerías, alegrías, unos tientos y va a haber también una sorpresilla que no quiero decir porque es una cosa a la que le tengo muchísimo cariño y me hace mucha ilusión.

-¿No hay ninguna toná, con lo que me gusta como las canta?

-Nooo… pero bueno, mire, lo dejamos para el próximo, que ya está en mi cabeza. Ya estamos con la idea. Me ha costado mucho arrancar, pero cuando me he metido en el proceso de creación ya me están saliendo un montón de cosas y me digo que lo mismo las tenía ahí guardadas desde siempre y ahora me cobran mucho sentido. Me encanta este proceso, aunque me resulta muy complicado, porque la búsqueda es muy dificultosa; pero me está encantando, estoy más viva que nunca.

-¿Quiénes le acompañarán aquí? ¿Viene con su presentación de 1995?

-Voy con Benito y vienen los hermanos Fernando y Álvaro Gamero también. 1995 ha ido pasando por muchos momentos, empezó contando una cosa y ahora estamos contando otra totalmente diferente. Y eso es lo que yo quería, que 1995 fuese una posibilidad de ver hasta dónde llegábamos en este tiempo y ver qué podíamos coger para el disco. Me lo he tomado como pura creación y por eso es tan diferente a como lo hacíamos al principio. Se van a encontrar los jaleos del disco; no como van a sonar en él, pero poéticamente sí son los mismos, así que la gente que venga al concierto ya los va a poder ir saboreando. Solo habrá una señal del disco: los jaleos; para lo demás hay que esperar. Va a ser un repertorio muy clásico: granaínas, alegrías, bulerías, lo que llevamos haciendo hasta ahora, aunque han ido cambiando letras y muchas otras cosas. He tenido muy pocas ocasiones de cantar sola en Sevilla y tengo muchas ganas de hacerlo.

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