Un espectáculo 'made in' Las Vegas

Icónica Sevilla Fest

La superestrella Anastacia recala en Sevilla para regalar una noche de glamour y brillo con una actuación en la que repasó sus grandes éxitos

Anastacia
Anastacia / Juan Carlos Muñoz

Le está dando carrete Anastacia al final del confinamiento. Después de tanto tiempo desde que lo superamos, ella sigue llamando a su gira I'm Outta Lockdown Tour 2023. Aunque no deja de ser verdad, claro; ella está fuera del confinamiento y también en una gira que todavía se está desarrollando durante 2023, en la que está celebrando ahora, aunque solo sea una excusa, el 23º aniversario de la aparición de su primer disco. Y esa gira la trajo anoche a Sevilla, para cantar y bailar en la Plaza de España, en otra de las grandes noches de Icónica Sevilla Fest.

Precisamente las canciones de ese primer disco, Not That Kind, fueron las grandes protagonistas del concierto de anoche, en un set que comenzó, una vez pasada la intro con el American Woman de los Guess Who, con una de ellas, la que le daba título, y terminó con otra, I'm Outta Love, la que lanzó su carrera, antes de la despedida definitiva con, como no, Left Outside Alone en el único bis concedido, que le sirvió para darse un baño de multitudes. Por en medio fue dejando también Cowboys & Kisses, Made for Lovin' You y Who's Gonna Stop the Rain. De su segundo disco, Freak of Nature, también recuperó el mismo número de canciones, para pasar por los demás discos como de puntillas, e incluso olvidando algunos. Un importante componente fue también el sesgo funky que tenían tanto Anastacia como los que le acompañaban en el escenario, que les sirvió para terminar precisamente el Freak of Nature con un medley lleno de groove en el que enlazaron fragmentos del It's Too Funky in Here, de James Brown, con el Give Up the Funk (Tear the Roof Off the Sucker), de Parliament. Quiso usar luego el traductor automático del Google en su móvil para comunicarse con nosotros, pero no le funcionó, por lo que tuvo que seguir en inglés; aunque daba lo mismo, porque con su chapurreo de español y la lasciva manera de lanzar las palabras, entendimos perfectamente que los españoles somos perfectos y ella necesitaba tener más novios de aquí, aunque fuese por esta sola noche. Hay que vivir la vida, que hemos pasado los últimos tres años muy mal, pero seguimos aquí y hay que vivir el momento.

Ayer precisamente lanzaba Anastacia el segundo single de adelanto del disco con versiones de piezas de rock de bandas alemanas que aparecerá en septiembre, por eso cuando nos anunció que tenía para nosotros una súper sorpresa, una canción nueva, pensé que íbamos a tener la suerte de ser los primeros en escuchar en directo esa Supergirl recién estrenada, pero resultó que no, que la que interpretó fue Best Day, la relectura que hace del Days Like This de Die Toten Hosen, que fue el primero de los adelantos de ese disco, hace ya varios meses; una canción que le viene como anillo al dedo porque describe el sentimiento de tener siempre esperanza en ti mismo para mantenerte fuerte incluso en tiempos difíciles como los que ella ha pasado con su salud; quizás por esa energía positiva con la que la aborda, consiguió con ella uno de los momentos más festivos de la noche. No fue la única versión, porque de su quinto disco, It's a Man's World, lleno de grandes himnos del rock masculino, beneficiados por el cambio que ella hace, sustituyendo la testosterona por habilidad vocal, nos dejó la pincelada del electrizante Sweet Child o' Mine de los Guns N’ Roses.

Anastacia
Anastacia / Juan Carlos Muñoz

El brillo y el glamour imperaron durante toda la actuación, a veces más un espectáculo al estilo de Las Vegas, con su cuerpo de baile y sus cambios de vestuario, que un concierto de rock, a pesar de la perfecta banda que Anastacia tenía detrás. El primero de esos cambios, para volver con un vestido de claro look boho, tuvo lugar después de Made For Loving You, mientras la banda se quedaba manteniendo un formidable ritmo de funky latino. La canción se hizo de rogar porque antes de interpretarla Anastacia hizo subir al escenario a una niña de pocos años -subidla, que no se va a romper- con la que canturreó estrofas de un par de canciones, para después agradecer públicamente a su padre lo bien que la estaba educando y todo el público la aclamase coreando su nombre: Liiiidiia, Liiidiia.

No solo esta niña, sino todos tuvieron sus momentos gloriosos, la chica y el chico que bailaban, la corista que le acompañaba, sobre todo durante Paid My Dues y la sensual y salsera Why'd You Lie to Me, ilustrada con movimientos de alto octanaje. A pesar de su estatus de estrella, a Anastacia le apreciamos su rasgo de humildad, su encanto y simpatía; gracias a los cuales logró crear una conexión muy real con los espectadores, embelesados no solo por los muchos éxitos que la cantante trajo al escenario, sino también y sobre todo por su forma de ser y el buen rollo que transmitió en todo momento. Antes de interpretar precisamente esta última canción citada, Anastacia se mostró maravillada de la belleza de la Plaza de España: ustedes quizás no lo aprecien en la medida en que lo merece porque viven ahí al lado y la ven todos los días, pero una americana como yo, que vive en un sitio en el que las construcciones son como cajas, siente cómo un lugar como este transmite pasión, honor y un gran respeto por la tradición.

Con una voz como la suya no tiene nada que demostrar ni que acaparar, por eso repartió momentos destacados entre todos y en uno de ellos ofreció el escenario al dúo que bailaba para presentar una pieza de danza abstracta mientras se cambiaba tras Made for Lovin' You. En varios momentos del concierto también fue presentando por sus nombres a toda la gente que estaba allí con ella: los bailarines, Rose y Scott; la chica que se ocupaba del teclado, pero que también se colgó dos o tres veces el bajo eléctrico e incluso sopló un saxo e hizo una tercera voz, todo con mucha solvencia, que era Minnie; la otra chica, de la segunda voz, de los coros magistrales e incluso de la voz solista ocasional, Holly Preston, que cantaba hoy por última vez durante un buen periodo de tiempo debido a su embarazo, notable ya anoche; el guitarrista, Anders Grahn, eléctrico y acústico, según las necesidades y, la más sorprendente de todas, la batería Vicky O’Neon, con un dominio del instrumento que le permitió hacer, mientras Anastacia se cambiaba de nuevo de ropa, un solo en el que no solo aporreó sus parches sino que nos enamoró a todos interactuando con nosotros mientras nos invitaba a emular con nuestras palmas los sonidos de los golpes de sus baquetas.

Anastacia
Anastacia / Juan Carlos Muñoz

Con el ritmo acelerado de Freak of Nature y One Day in Your Life fueron los espectadores los que bailaron, muchos incluso entonando la letra a la vez que Anastacia; claramente agradecida y quizás emocionada -si después de este concierto, nos dijo, cada uno de nosotros es capaz de hacer un gesto amable a otra persona, aunque no sea de nuestro entorno ni la conozcamos, para ella significará mucho y el mundo cambiará a partir de mañana; un acto de bondad puede cambiar la vida de alguien-, aunque todavía se dejó sentir más la voz comunitaria durante Not That Kind y I'm Outta Love -que le acarreó gritos generalizados de guapa y torera-, porque llevamos más tiempo escuchándolos y con la oportunidad de aprenderse mejor las letras; aunque ella arrasó cualquier atisbo de desafine, a los que son tan dados los que cantan desde sus sitios de grada o pista, con la impecable calidad de su maravilloso registro de voz. Del acompañamiento generalizado en Left Outside Alone ya no puedo decir lo mismo.

No solo las canciones de tempo acelerado nos mantuvieron excitados, sino que con su versatilidad Anastacia brilló con la misma fuerza en la magnífica balada Cowboys & Kisses y en la versión acústica de Everything Burns, de la banda sonora de Los 4 Fantásticos, que compartió con su corista y el guitarrista. Anastacia dejó claro que todavía, después de veintitrés años, es una fuerza de la naturaleza y una mega estrella innovadora, con una de las mejores y más grandes voces de la escena musical. Sobre el escenario, la cantante aportó toda su garra característica, con una voz que a pesar del tiempo se mantiene potente, áspera y capaz de hacer bailar y emocionar a un público transgeneracional, que anoche pasaba de los 3.000 espectadores. Todos, sin excepción queríamos que volviese a salir porque, además, nos faltaba Left Outside Alone, y por fin volvimos a verla, de nuevo con cambio de vestuario; ahora traía unos pantalones ceñidos que no aguantaron sin romperse los dos movimientos de piernas abiertas en split que hizo ella -con 54 años que tiene- para tomarse con magnífico humor su decisión de no llevar ropa interior esta noche. Fue, como dije al principio, un baño de multitudes la interpretación final de su más famosa canción, que alargó todavía un poco más tras haberse ido todos después de saludar y quedarse allí arriba ella sola para insistir un poco más en su canto, ahora a capela, si se puede aplicar ese término cuando te acompañan cientos de otras voces desnudas: All my life I′ve been waiting for you to bring a fairytale my way, been living in a fantasy without meaning, It's not ok… y aquí cambió I dont feel safe por I love you Spain. Sus últimas palabras fueron: mi corazón es para vosotros, muchas gracias, muchas gracias, antes de desaparecer del escenario, dejándonos a todos con el verdadero sentimiento de agradecimiento por lo que nos había dado durante la hora y media larga en que estuvo con nosotros.

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