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Aunque nació en Sevilla hace cien años, en concreto un 11 de enero de 1924, conservó la nacionalidad holandesa. Era, como su hermana Gloria, hijo de un diplomático neerlandés. Se llamaba Albrecht Nicolaas van Aerssen Beyeren, y en algunas biografías se dice que vino a Sevilla muy chiquito, habiendo nacido en Holanda. En su biografía oficial, no obstante, asegura que nació en Sevilla. Localizar su partida de nacimiento sería, por tanto un digno trabajo de investigación.
Aseguran que en alguna ocasión dijo que el nombre que figuraba en su pasaporte era un secreto. Quizá el lugar de nacimiento también lo fuera. Cuando ingresó en el Ballet de Pilar López, también lo hizo su hermana Gloria, que trabajó para la formación un breve espacio de tiempo: en algunos lugares he leído que como pianista y en otros que como bailaora. Más adelante Gloria formaría el dúo Vainica Doble con el que entró en la historia del pop español.
La familia se traslada de Sevilla a Ronda y luego a Madrid, donde el joven Albrecht se inicia en los secretos de la danza española de la mano de Ángel Pericet Jiménez y Luisa Pericet Jiménez y El Estampío. También estudia danza clásica con Miss Karen, esto es, con Karen Taft, una bailarina danesa que se había formado con Fokine y Massine y que llegó a España huyendo de la II Guerra Mundial en 1943, abriendo academia en Madrid en 1949.
Albrecht ya había figurado en algún elenco de revista en el Teatro Español cuando la maestra Pilar López lo bautiza con el nombre artístico de Alberto Lorca al recibirlo en su compañía.
A la vera de López estuvo bailando Lorca entre 1947 y 1954 y en esta última fecha abandona los escenarios por una insuficiencia cardiaca, pasando a ser el maestro de danza y asesor artístico de la compañía. Es decir que estuvo en la primera y dorada época de la compañía de Pilar López.
La compañía de Pilar López era uno o varios chistes: esto era un holandés, Lorca, un estadounidense, Greco, una libanesa, Nila Amparo, dos mexicanos, Ximénez y Manolo Vargas, tres portorriqueñas, Gilda Navarra, Lidia del Puerto, Dorita Ortiz, un argentino, José Granero, etc. Por cierto que Greco se llamaba Constanzo, Vargas se llamaba José, Lidia del Puerto se llamaba Lidia González, José Granero se llamaba José Greller Friesel, etc.
Ya sabemos el arte que tenía La Argentinita para poner nombres flamencos a los miembros de su compañía, arte que heredó Pilar López, que fue la causante, no solo del bautizo artístico de Alberto Lorca, también del apellido Gades que concedió a Antonio Esteve Ródenas, o del nombre Mario a Mariano Maya.
Como miembro de la compañía de Pilar López, Alberto Lorca aparece en dos números de Duende y misterio del flamenco (1952), la magna película flamenca de Edgar Neville: en los caracoles titulados Madrid flamenco y en los panaderos de Agua, azucarillos y aguardiente de Chueca, con Elvira Real, Dorita Ruiz, Rosario Escudero, Roberto Ximénez, Manolo Vargas, Alejandro Vega y la propia Pilar López como compañeros de baile.
Precisamente esta actividad, el coreografiar zarzuelas, iba a marcar el futuro profesional de Lorca.
Como hemos comentado, dos años más tarde el bailaor se retiró de los escenarios por problemas de salud aunque siguió coreografiando y enseñando.
En 1956 ingresa como coreógrafo en el Teatro de la Zarzuela coreografiando óperas, zarzuelas, obras teatrales, revistas y espectáculos de copla. Llevó a cabo parecidos trabajos como coreógrafo en el cine y la televisión. En 1960 creó su primera compañía, Lorquiana, con la que estuvo en la Feria Mundial de Nueva York en 1964, junto a Carmen Mora y Dorita Ortiz, entre otros. En 1973 creó el Ballet Español Antología: esta compañía fue acaso la heredera del Ballet Antología de la zarzuela que creó José Tamayo en 1969, y del que fue colaborador Lorca.
En 1975 fundó el Ballet Nacional Festivales de España, germen del Ballet Nacional de España, creado en 1978. Hasta la década de 1990 mantuvo en activo el Ballet Español Antología. Para la Compañía Nacional de España realizó dos coreografías: Ritmos, estrenada en el Teatro de la Zarzuela el 13 de julio de 1984, con música original de José Nieto, y vestuario de Pin Morales y Román Arango. Y Doña Francisquita, estrenada en el Festival dei Due Mondi de Spoleto, Italia, el 12 de julio de 1985, sobre la zarzuela original de Amadeo Vives, con arreglos musicales de Antón García Abril y vertuario de Emilio Burgos. En 1999 se le dedicó un homenaje en la gala del Día Internacional de la Danza, en el Teatro Albéniz de Madrid, donde se interpretó el intermedio de La boda de Luis Alonso de Jerónimo Jiménez, una de sus piezas más emblemáticas. Durante todos estos años compaginó su actividad como maestro con la coreográfica.
Estrenado originalmente en aquella mágica noche en la que también se estrenó Medea de Granero y Danza y Tronío de Mariemma, Ritmos se ha repuesto, siempre a cargo del Ballet Nacional, en tres ocasiones, 1998, 2009 y 2022.
La partitura, muy cinematográfica, como era de esperar, ya que la firma José Nieto, posee un nostálgico aroma setentero. Recordemos que Nieto, además de trabajar con Armiñán y Aranda, también colaboró con el Ballet Nacional y con el Ballet Flamenco de Andalucía, cuando se llamaba Compañía Andaluza de Danza.
Ritmos presenta un trabajo básico con las simetrías y movimientos grupales y elementos flamencos como el zapateado, los marcajes, además de un largo pasaje protagonizado por las castañuelas. La obra está dedicada a La Argentinita y este año celebraremos, también, sus 40 años de vida, como ocurrirá también respecto al resto de coreografías magníficas que se estrenaron esa noche. Lo interpretó el Ballet Nacional de España dirigido en ese momento por María de Ávila que tampoco logró dotar de estabilidad a la dirección de la formación, como había ocurrido con los mandatos de Antonio Gades primero y Antonio Ruiz Soler después.
Lorca murió en Madrid el 9 de junio de 2008.
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