Adiós al Maestro Guerrero, el último gran nombre de la copla
El poeta gaditano de 87 años falleció en la mañana de ayer en la clínica San Rafael · De su pluma salieron canciones como ‘El cordón de mi corpiño’ o ‘La Reina Juana’
“Yo soy el único que queda de los antiguos famosos de la copla. Éramos Quintero, León y Quiroga, Ochaita, Valerio y Solano y Guerrero. Y ya no quedo más que yo”. Palabra del Maestro Guerrero. Hace cinco años Salvador Guerrero hizo estas declaraciones durante una entrevista con una periodista de este rotativo. Con su marcha, en la mañana de ayer en la clínica San Rafael, se va una generación, la de los grandes poetas-copleros, a la que el Maestro Guerrero pertenecía ya que de su prolífica pluma salieron títulos tan bellos como inolvidables: El cordón de mi corpiño, La Reina Juana, Volviendo a España...
Salvador Guerrero Reyes (Cádiz, 1923) murió a las diez de la mañana de ayer tras estar cinco días ingresado en San Rafael, donde llegó desde la Residencia Fragela en la que vivía, según indicaba el Ayuntamiento de Cádiz que informó del fallecimiento del polifacético poeta gaditano durante la tarde de ayer.
El Maestro Guerrero, así fue conocido popularmente por sus paisanos, nació un 8 de noviembre en la gaditana calle Bilbao. A los 14 años marchó a Elorrio, Vizcaya, para hacer el noviciado ya que fue fraile, religioso agustino asuncionista, precisamente.
Pero la vocación religiosa se fue por una puerta con sigilo mientras que por una ventana entraba otra inspiración con mucha más fuerza. La de escribir canciones. Y es que a los 18 años Salvador Guerrero salió del noviciado para ir al Servicio Militar donde cumplió en el cuerpo de Sanidad. “Yo no me puse el uniforme nada más que el día que juré bandera”, recordaría el propio autor, nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad en el año 2004, en la citada entrevista.
Para cuando terminó el Servicio Militar ya no escuchaba la llamada religiosa y se fue a Barcelona para trabajar como profesor en un correccional de menores. Por la mañana daba clases en la institución y por la noche componía y cantaba. Su verdadera vocación, esa que lo mantuvo en activo hasta hace relativamente pocos años.
Empezó a cantar y a enseñar sus coplas bajo el nombre de Julio Reyes (la humildad e inseguridades de los comienzos). Sin embargo, grandes composiciones nos dejó de aquella época como La mare mía o La Reina Juana, con música de Reyes y Algarra y que hizo famosa, primero, Antonio Amaya o “la versión genial por bulerías que hizo Bernarda de Utrera”, como recordara el escritor Antonio Burgos.
Más adelante, el Maestro Guerrero escribió uno de los temas de su rúbrica que dio la vuelta al mundo, El cordón de mi corpiño, al que puso música Benito Castellanos y que popularizó la voz de Antoñita Moreno.
Después llegarían los días de la academia en la calle Conde del Asalto donde conoció a la diva, actriz y cantante Raquel Meller (ella ya en sus últimos años) con la que trabó una grandísima amistad. No sería la única estrella que pasaría por la vida de Salvador Guerrero. A Dolores Abril, por ejemplo, la dio a conocer al gran público cuando la llamó para participar en su espectáculo La copla eterna. Escribió también para Lola Flores, a la que le hizo Volviendo a España en la primera ocasión que la cantaora hizo las Américas; para Paquita Rico, Romances y coplas; para Pepe Baldó, La mujer y la copla; para los Chavalillos de España, para Carmen Morel, para Pepe Blanco, Manolo Escobar, Imperio de Triana... Todos los grandes de los años 50.
No en vano, el Maestro Guerrero se va de este mundo dejando 7.000 canciones registradas en la Sociedad General de Autores, 50 espectáculos, 14 marchas procesionales, un buen número de pregones y el libro Romances y coplas de España.
Se va con el título de Hijo Predilecto de la Ciudad (2004) y con el de Vecino Predilecto (2007) que le otorgó la asociación de vecinos de Cádiz Centro que recordó que, además de la calle Bilbao, vivió en Barrié y en la plaza de San Juan de Dios, de realojo mientras arreglaban su vivienda, y en “su segunda residencia”, el puesto de Pecino donde pasaba buena parte de sus horas. De hecho, fue Manuel Pecino quien acompañó al Maestro Guerrero en sus últimos años.
La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, además de decretar dos días de luto oficial, hoy y mañana, ha querido destacar que con la muerte de Salvador Guerrero “Cádiz pierde a uno de sus hijos más notables, un trabajador nato que supo reflejar en su prolífica obra todo un universo del que los españoles durante años hemos disfrutado en las más importantes voces de la copla”.
Por su parte, la concejala socialista Marisa de las Cuevas quedó “muy consternada” al conocer la noticia y distinguió al Maestro Guerrero como “un referente musical” y como “un hombre amable, cordial y entusiasta”. Así, de las Cuevas pide el Ayuntamiento que “en el futuro” se pueda hacer “una casa-museo” en la que fue la vivienda del poeta “ya que según tengo entendido él guardaba numerosas obras y objetos artísticos” que recopilados pueden servir para mantener viva su memoria.
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