ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
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Orquesta Barroca de Sevilla. Femás 2012. Programa: Obertura de 'L'isola disabitata', de F. J. Haydn; Aria académica nº 2, de L.Boccherini, Concierto para violonchelo en Do mayor, de Haydn; Aria 'Involarmi il mio tesoro', escena dramática 'Non so più' y sinfonía nº 33, 'El maniático', de C. Brunetti. Soprano: Raquel Andueza. Violonchelo y director: Christophe Coin. Lugar: Centro Cultural Cajasol. Fecha: Sábado, 31 de marzo. Aforo: Lleno.
Justo cuando los tiempos se vuelven más cicateros con la Cultura la Barroca de Sevilla parece vivir su especial momento de gracia. No faltan proyectos ilusionantes y posibilidades de sacar de los archivos interesantes repertorios olvidados de nuestro patrimonio musical. Lo que falla es el apoyo de las instituciones para un grupo como la OBS que devuelve con creces a la sociedad lo que ésta le aporta.
Una muestra es el programa con el se cerró, de la forma más brillante imaginable, este Femás. De la mano de alguien del renombre de Christophe Coin, se presentó un coherente programa en torno a músicas y músicos del Clasicismo presentes en la corte madrileña de finales del siglo XVIII. Las relaciones de Haydn con la casa de Benavente-Osuna están bien documentadas y son el origen de la presencia en España de la partitura de la obertura de L'isola disabitata que abrió el concierto. Resulta notable comprobar cómo la OBS es capaz de adaptar su color a los repertorios que interpreta, pues al habitual sonido brillante y punzante con el que aborda el Barroco le sustituye un sonido más suavizado, más carnoso y compacto, con cuerdas menos ácidas (ensoñador sonido con sordinas en el inicio de la sinfonía de Brunetti) y maderas más relevantes. Coin, aquí como en el resto del programa, aplicó un fraseo milimétricamente matizado y fundamentado en los contrastes dinámicos y en acentos bien subrayados. Raquel Andueza interpretó arias de concierto de Boccherini y de Brunetti y en todas deslumbró por la naturalidad de su canto, la limpieza de su emisión (maravilloso el primer ataque sobre el agudo en el aria de Boccherini) y la aparente facilidad con la desgranaba las vocalizaciones y las coloraturas más complejas. Por su parte, Coin desgranó con agilidad y sentido del color el concierto de Haydn, con un Allegro molto final chispeante.
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