Alba Molina | crítica
No lo es ni pretende serlo
La banda australiana AC/DC, uno de los más grandes iconos del rock de las tres últimas décadas, actuará el próximo 26 de junio en el Estadio de la Cartuja de Sevilla. La noticia venía rumoreándose en los activos foros de internet desde hace meses, y ayer quedó por fin confirmada. El grupo ha incluido esta parada en la capital andaluza dentro de su gira Black Ice, que presentará asimismo en Bilbao (28 del mismo mes en el Estadio de San Mamés) en su tramo español.
Reyes de los decibelios y de la reciedumbre del rock & roll pasado por el alto voltaje del heavy, de las manos en forma de cuerno, el cabeceo enérgico y los uniformes escolares de niño malo, los australianos, con los infatigables hermanos Young a la cabeza, actuaron por última vez en España en junio del año pasado, cuando reunieron a más de 40.000 espectadores en el Estadio Vicente Calderón de Madrid y a otros 60.000 en el barcelonés Estadio Olímpico Lluís Companys. Para el concierto de Sevilla, la organización estima una audiencia de "en torno a 60.000 personas", según declaró ayer a la agencia Europa Press el presidente de la Sociedad Estadio Olímpico, Manuel Jiménez Barrios.
AC/DC cuenta ya con 35 años de historia a sus espaldas, durante los cuales han conseguido una imponente legión de seguidores en todo el mundo y un estatus de músicos atemporales, prácticamente clásicos en vida. Nacida en Sidney, la banda está compuesta por los guitarristas Angus y Malcolm Young, el bajista Cliff Williams, el batería Phil Rudde y el cantante Brian Johnson, que sustituyó a Bon Scott, fallecido en 1980 a los 33 años en el apogeo de la formación y uno de los vocalistas más carismáticos y añorados del rock en las últimas décadas.
Antes de este trágico suceso la banda había comenzado a ganarse una sólida reputación en la escena del rock. Tuvo que esperar a 1979 para alcanzar el éxito internacional con la canción Highway to Hell, todavía hoy un paradigma del rock machote y al mismo tiempo un himno recurrente entre muy distintos tipos de público. En 1981 el grupo consiguió su primer número uno en el complicado mercado de Estados Unidos con el álbum For Those About to Rock. La publicación a finales de 2009 de su nuevo álbum, Black Ice, significó el reencuentro con un grupo que a lo largo de su carrera ha vendido más de 200 millones de discos y creado un buen puñado de temas emblemáticos e inevitablemente adhesivos, como el ya citado Highway to hell, Back in black, Hell's Bells o Thunderstruck.
Esta nueva cita en Sevilla, para la que aún no hay entradas a la venta, viene a confirmar la nueva política de los administradores del Estadio de la Cartuja. A falta de un uso deportivo continuado, sus responsables han apostado por tratar de amortizar sus instalaciones atrayendo conciertos multitudinarios e internacionales, un circuito del que la ciudad ha estado excluida durante décadas. Tras el patinazo organizativo que representó el concierto de Héroes del Silencio en octubre de 2007, actuación que congregó a unos 70.000 seguidores para asistir a la rentable reunión efímera de Bunbury y compañía, el Ayuntamiento se puso manos a la obra y realizó todo un máster en capacidad logística para el macroespectáculo que Madonna trajo en septiembre de 2008, contemplado por más de 50.000 personas. Lanzaderas de Tussam y la activa participación del Cecop salvaron la imagen de cara a futuros proyectos.
Aprobado este examen, los promotores parecieron empezar a ver las virtudes de Sevilla como sede de este tipo de eventos (entre ellas su buena cercanía al sur de Portugal). Tras Madonna vino Bruce Springsteen con su fiel E Street Band, que atrajeron en julio a cerca de 30.000 espectadores. La lista podría ser más amplia de no haber sido suspendido a última hora, también en julio del año pasado, el concierto de Depeche Mode debido a una lesión muscular de su cantante, Dave Gahan.
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