Más de 400 obras y un fin solidario: la exposición ‘De corazón’

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El convento de San Leandro acoge, del 4 al 6 de abril, una muestra cuyo propósito es ayudar a las monjas agustinas en la remodelación del patio de este histórico edificio

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Varias personas visitan la muestra ‘De corazón’ en el convento de San Leandro.
Varias personas visitan la muestra ‘De corazón’ en el convento de San Leandro. / Juan Carlos Muñoz

Ayudar al prójimo es quizá la mejor de las obras. Qué oportuno por tanto que ese propósito se haga a través del arte, pues así suman dos de las aspiraciones más nobles de nuestra especie: la creación artística –la búsqueda de una respuesta, de una belleza- y la predisposición a hacer la vida más fácil a los demás. Esta conjunción tan apropiada se puede ver en la exposición De corazón, en el convento de San Leandro de Sevilla, del 4 al 6 de abril. Se trata casi de un milagro –ya que estamos en territorio sacro- en este mundo cada vez más hostil. En este mundo en el que predominan otras formas de afrontar la vida.

De corazón consiste en la exposición de más de cuatrocientas obras alrededor del claustro del convento agustino –del siglo XIII-. Los artistas –más de doscientos- han cedido sus obras con una única condición: lo que con ellas se recaude debe destinarse a la restauración del patio del monasterio, donde se está construyendo una hospedería que servirá de ayuda a los ingresos –discretos- de las monjas agustinas. Entre estos artistas encontramos nombres como el de Manolo Cuervo, Ricardo Suárez, Rafael Laureano, María Tapia o Jonzioman. Además, en la muestra participan los alumnos, más de cincuenta, del taller de la pintora Nuria Postigo; taller donde “nace” este “evento solidario para financiar la adecuación de las antiguas casas de portero del monasterio”, precisa el historiador Salvador Guijo, administrador de un convento en el que actualmente viven diecinueve monjas. “Mismo número que en el convento de Santa Paula, pero la edad media de este convento no llega a los cuarenta años. Son monjas muy jóvenes. Lo que nos invita a pensar que tendremos una proyección de sesenta años por delante”, considera Guijo.

En el amplio claustro vemos una serie de paneles blancos decorados con el color de las propuestas de José Tomás Pérez Indiano o del artista LocodelColor. “El año pasado todo este claustro se llenó de gente”, comenta Mariló Rivera, artista participante en la iniciativa y encargada de la organización de la muestra. “En 2024 te confieso que no teníamos ni idea de cómo iba a funcionar esto. El convento se abría después de 600 años. Sin esperarlo por aquí pasaron diez mil personas, de las cuales cuatro mil y pico hicieron la visita guiada para ver una imagen de San Juan, obra de Luisa Roldán, la Roldana. Este año se expone otra talla, desconocida, atribuida por Salvador Guijo a Juan de Mesa. Es una virgen con una historia muy interesante”, adelanta Rivera.

La iniciativa consiste en "un evento solidario para financiar la adecuación de las antiguas casas de portero del monasterio”

Salvador Guijo nos detalla más acerca de esa virgen. “Este año, así es, exponemos una imagen completamente inédita, que no se ha expuesto nunca”. Esta desconocida talla “era titular del coro alto de las monjas”. “En 1894, no sé si el imaginero Gutiérrez Reyes-Cano o quizá Ángel Álvarez, su discípulo, remodelan esta imagen y crean a una dolorosa, modificándole el cuello, mirando hacia la cruz de un calvario. Pero esta imagen era una virgen de gloria a la que se le ha puesto lágrimas”. “No obstante, la imagen, morfológicamente y estilísticamente, es de Juan de Mesa”, concluye Salvador Guijo.

Algunas de las piezas expuestas tienen autoría de Manolo Cuervo, María Tapia y Ricardo Suárez.
Algunas de las piezas expuestas tienen autoría de Manolo Cuervo, María Tapia y Ricardo Suárez. / Juan Carlos Muñoz

Otra de las actividades previstas de esta exposición es la visita guiada por el convento, con su espléndido retablo de Duque Cornejo, sus numerosas obras de arte y su historia. “En la muestra se hacen visitas de contextualización”, relata Guijo. “Como estamos en Cuaresma vamos a exponer dos Ecce Homo. Uno de Gaspar Núñez Delgado, el cual tenemos en la clausura, y otro de Francisco de Ocampo, una talla fantástica”. Estas visitas cuentan con un donativo de cinco euros.

Además de disfrutar de las obras de estos artistas –pasados y coetáneos-, y de contribuir a nuestro patrimonio histórico, en De corazón habrá tiempo para alimentar el cuerpo, porque de pan también el hombre. El historiador Salvador Guijo denomina a esta propuesta “ambigú”. “Vamos a dar un ambigú, que es la palabra que me gusta”. “Todo será donado”, añade. “El viernes tendremos a Juanma Muñoz Vera, un cocinero estrella Michelin que nos pondrá un catering con pavías, espinacas, maridaje de Bodegas Góngora. El sábado tendremos bebidas, café y comidas del monasterio, con guisos del convento. El domingo ofrecemos tres paellas de ochenta kilos cada una”. Por si este menú de tres días no fuese suficiente, en el convento de San Leandro se dedicarán a vender repostería de las monjas. En esta edición con la novedad de la sultana de coco. Unas sultanas de coco cuyo aspecto –por apetecible- es similar a esas “yemas de huevo hilado” que según Luis Cernuda eran como “si mordiéramos los labios de un ángel”.

Del 4 al 6 de abril, en el claustro del convento de San Leandro, la cultura se concreta –de mañana y de tarde- en la pintura, la música, la gastronomía y la ayuda al prójimo. Esta última manifestación del arte quizá sea la mejor de todas las obras. La obra que da sentido a todas las demás. Y a todo lo demás.

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