Los tunecinos exportan solidaridad
Los tunecinos están desplegando en el paso fronterizo de Ras el Jebir una impresionante muestra de solidaridad con todos los que huyen de la violencia en Libia, donde la caída de su líder, Muamar el Gadafi, parece cada vez más próxima.
Ras el Jebir es el último punto de Túnez. Justo después se encuentra Libia, adonde no puede entrar nadie por ahora, ni siquiera los trabajadores humanitarios o los médicos de varias ONG que se han trasladado hasta aquí no sólo para intentar ayudar a los que llegan, sino que también esperan poder pasar al otro lado para verificar sobre el terreno cuál es la situación.
En declaraciones a Efe el doctor Thanasis Papacristopoulos, de la ONG griega Doctors of Peace, señaló que "hemos intentado cruzar la frontera hacia el lado libio, pero fue imposible porque la Policía libia dice que si no tenemos visado no podemos pasar".
No obstante, el doctor Papacristopoulos señaló que la situación "es muy cambiante" y que, por lo tanto "todo es impredecible. Por el momento, estos policías parece que apoyan a Gadafi, pero pueden cambiar en cuestión de días, si no de horas, ya que al régimen le quedan horas."
En cuanto al estado de salud de los refugiados en Ras el Jedir, por donde hasta ayer habían entrado 22.000 personas, según indicaron a Efe fuentes de la Comisión Europea desplegadas en la zona, fuentes médicas precisaron que presentan síntomas de estrés y fatiga, producto de la desesperada huida y de la sensación de caos y violencia que se ha desencadenado en Libia.
En Ras el Jedir se encuentran unidades de la Protección Civil de Túnez así como equipos sanitarios que han venido voluntarios hasta la zona, donde es constante el flujo de autobuses y autos, muchos de ellos adornados con la antigua bandera libia, roja negra y verde, con una media luna y una estrella blancas, que los grupos contrarios a Gadafi han adoptado como propia.
Muchos de esos vehículos también llevan pegados en las puertas y en las ventanillas carteles con la efigie de Gadafi con una soga al cuello.
Pese a la tensión que han tenido que soportar los refugiados, de momento no se han detectado casos graves que requieran de hospitalización, según manifestaron fuentes médicas tunecinas.
La mayoría de los que huyen son hombres solos, en su mayoría egipcios y tunecinos, y también se observa la presencia de otras nacionalidades, como un grupo de trabajadores indios, que, según dijeron, ayer mismo pensaban regresar a su país.
No obstante, también se observan algunas familias completas, con niños de corta edad e incluso ancianos, quienes al parecer tampoco han requerido de cuidados médicos de especial relevancia, más allá de la prestación de la atención de urgencia inmediata, que comprende también una ración alimenticia de urgencia, con abundancia de pan, leche y agua.
"Básicamente, lo que necesita esta gente es descansar, comer y relajarse, pero de momento no hemos detectado ningún caso que requiera hospitalización", dice Zidi Habib, de los servicios sanitarios tunecinos.
Por su parte, Stephane Quinton, responsable de la Oficina Regional de la Dirección General para la Ayuda Humanitaria y la Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO), se mostró "impresionado" por la organización desarrollada por Túnez, un país que, por otra parte vive aún la resaca de la revolución que el pasado 14 de enero derrocó al presidente Zine El Abidin ben Ali.
Quinton señaló que "estoy impresionado por la organización y la solidaridad que se pueden ver aquí". Subrayó que la Comisión tiene intención de entrar en Libia, tanto por el lado oriental, fronterizo con Egipto, como por el oeste desde Túnez, "en cuanto la situación lo permita".
"Tenemos que evaluar la situación sobre el terreno, verificar si se han destruido servicios esenciales, comprobar la cifra de víctimas y obrar en consecuencia", dijo el funcionario comunitario.
En este sentido, Quinton precisó que "junto con la ONU y la Cruz Roja estamos estudiando planes de contingencia" que contemplan todas las alternativas tanto si Gadafi consigue mantenerse fuerte y aguantar la embestida revolucionaria, como si cae y se produce un eventual vacío de poder que implique una oleada de refugiados todavía mayor.
Ante la posibilidad de que ocurra tal eventualidad, la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (Acnur) está montando un pequeño campamento en colaboración con el Ejército tunecino, que está situado en la localidad de Shousha, a unos 10 kilómetros de la frontera.
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