Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Elecciones en Estados Unidos
La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses ha encendido alarmas en América Latina, una región que anticipa cambios drásticos en las relaciones bilaterales, el comercio, la política migratoria y la seguridad.
Países como México, Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba, Colombia y El Salvador se preparan para afrontar posibles repercusiones económicas y políticas que podrían reconfigurar su vínculo con Washington y modificar el panorama regional.
El triunfo de Trump ha sido recibido con optimismo cauteloso en México, donde empresarios y analistas ven oportunidades para fortalecer la relación económica. La presidenta Claudia Sheinbaum expresó su confianza en mantener una relación respetuosa y de cooperación con Estados Unidos.
A pesar de las políticas proteccionistas de Trump en su primer mandato, analistas consideran que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sigue siendo un marco sólido que brinda estabilidad y oportunidades a largo plazo.
Gabriela Siller, de Banco Base, destaca el potencial de crecimiento en exportaciones y la relocalización de empresas debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, mientras que Julio Carranza, de la Asociación de Bancos de México, estima que la relación comercial no solo se mantendrá, sino que se fortalecerá, siendo México un socio clave en el T-MEC.
Sin embargo, en el ámbito político se anticipan fricciones. Martha Bárcena, ex embajadora en Washington, advirtió de que la relación entre ambos países es como un "matrimonio sin opción de divorcio", con lazos históricos que perduran pese a las diferencias. Algunas promesas de Trump, como el cierre de fronteras y redadas, podrían afectar a México, considera.
En tanto, los mercados están reaccionando de forma menos volátil en comparación con 2016, lo cual se atribuye a una adaptación a su estilo de Gobierno y la protección que ofrece el T-MEC, considera Janneth Quiroz, de Grupo Financiero Monex.
Pocas horas después de que se confirmara el triunfo de Trump, presidentes, ex presidentes y líderes latinoamericanos le ofrecieron su apoyo para fortalecer los lazos políticos y comerciales de la región con el país norteamericano.
Uno de los primeros en felicitarlo fue el presidente argentino, Javier Milei, quien a través la red social X le dijo: "puede contar con Argentina para llevar a cabo su tarea". El gobernante ultraliberal exaltó la "formidable victoria electoral" del republicano y añadió: "Ahora, Haga América Grande Otra Vez".
Además, Milei ha anunciado que viajará la próxima semana a Estados Unidos para reunirse con su "colega republicano".
La victoria de Trump prácticamente ha coincidido con la destitución de la ministra de Relaciones Exteriores argentina, Diana Mondino, tras su decisión de votar a favor en la ONU de levantar las sanciones a Cuba. Este hecho evidencia cuál es la visión internacional de Milei, quien considera prioritarios a Estados Unidos e Israel, "según dijo el propio mandatario".
Milei nombró en el cargo a Gerardo Werthein, empresario millonario y judío sin experiencia diplomática. Se espera que el mandatario argentino anuncie al embajador en Washington durante su encuentro con Trump. Algunos analistas sugieren que podría ser un allegado tanto de Milei como de Trump proveniente del mundo de los negocios.
La victoria de Donald Trump ha sido celebrada en Brasil por los aliados del ex presidente Jair Bolsonaro, quienes consideran que este triunfo fortalece a las fuerzas opositoras al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, con miras a las elecciones de 2026.
Aunque Bolsonaro está inhabilitado legalmente durante unos años por problemas con la Justicia, sus partidarios creen que el nuevo escenario podría ejercer presión en el Congreso y la Corte Suprema para que le otorguen una amnistía o anulen las sanciones en su contra.
"La victoria de Trump activa el imaginario de que Bolsonaro también puede volver", comentó su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro.
En términos económicos, Brasil se enfrenta a posibles desafíos si Trump cumple sus promesas de elevar aranceles y adoptar políticas proteccionistas.
Los analistas prevén que el país podría experimentar una caída en sus exportaciones hacia Estados Unidos y un menor valor para sus materias primas. Además, el cierre de fronteras a productos chinos por parte de Estados Unidos podría reducir la demanda de materias primas brasileñas, afectando su principal mercado comercial.
Respecto al medio ambiente, la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, advirtió de que la comunidad internacional, incluido Brasil, deberá "trabajar el doble" para mitigar los efectos de la crisis climática ante eventuales retrocesos en las políticas ambientales por parte de Trump.
En Venezuela, Nicolás Maduro, que consideró a Trump su peor enemigo durante su primera presidencia (2017-2021), ve la vuelta al poder del republicano como "un nuevo comienzo" para una relación ganar-ganar, entre Caracas y Washington, que no mantienen vínculos bilaterales oficiales desde 2019.
Trump impuso más de un centenar de sanciones a Venezuela y ve como un error el alivio de estas restricciones por parte del Gobierno de Joe Biden, pero no está claro cuál será su posición ahora en relación con Venezuela, país que puede satisfacer las necesidades energéticas de Estados Unidos, especialmente en un contexto adverso por las guerras en Ucrania y Oriente Próximo.
Además, si en el pasado el estadounidense ya tildó al venezolano de "dictador", falta ver cómo percibirá Trump a Maduro tras las elecciones del 28 de julio, en las que el líder chavista fue proclamado vencedor por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un resultado señalado como fraudulento por la oposición mayoritaria y no reconocido por Estados Unidos ni muchos otros países.
Cuba teme que un segundo mandato de Trump en la Casa Blanca suponga una nueva vuelta de tuerca en el régimen de sanciones de Washington contra la isla.
En sus primeros cuatro años como presidente, el republicano aprobó más de 240 medidas contra el vecino socialista y lo incluyó en la lista de países que patrocinan el terrorismo, lo que dificulta enormemente las operaciones financieras del Estado cubano en el exterior.
El ex embajador cubano en Estados Unidos José Ramón Cabañas señala a Efe que para La Habana no era trascendente qué candidato ganaba las elecciones, porque la política exterior de ambos era similar.
Cuba está "acostumbrada a navegar en aguas turbulentas", asegura el diplomático, ahora director del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Pero lo cierto es que 48 horas después de los comicios, el Gobierno cubano aún no ha reaccionado públicamente.
El Gobierno colombiano confía en que la relación estrecha con Estados Unidos, basada en la colaboración contra el narcotráfico, se mantenga bajo la segunda Administración de Trump.
Aunque pueden surgir diferencias, "es importante encontrar un lugar común" en el tema de la política de drogas, considera el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo.
Trump "pondrá mayor atención a temas relacionados con la seguridad, migración y comercio", en contraste con el Gobierno de Joe Biden, estima María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia.
Aunque las políticas de "América Primero" protegen industrias críticas para Estados Unidos, Colombia no es vulnerable a estas medidas debido a su baja dependencia de las importaciones de bienes sensibles, agrega esta analista.
El Salvador está a la expectativa ante el tema migratorio por la amenaza de deportaciones masivas de salvadoreños, una de las propuestas de Donald Trump. Millones de salvadoreños viven en Estados Unidos de manera ilegal, pero son el principal sustento económico de sus familias en El Salvador.
Las remesas provenientes de Estados Unidos representan el motor económico principal del país. En el período de enero a julio de 2024, El Salvador recibió 4.756 millones de dólares en remesas, un aumento interanual inferior al 1% respecto al mismo período de 2023.
Sin embargo, el presidente Nayib Bukele mantiene una relación cercana con Trump, como se evidenció durante la primera Administración del ex presidente, donde ambos Gobiernos tuvieron buenas relaciones sin tensiones.
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