La teoría de la conspiración

La decisión de Obama de no permitir la difusión de la foto de Ben Laden muerto alimenta todo tipo de teorías entre usuarios de internet y políticos de la oposición.

Un paquistaní sigue por internet la información sobre la muerte de Ben Laden.
Un paquistaní sigue por internet la información sobre la muerte de Ben Laden.
F. Brandmaier (Dpa) / Washington

10 de mayo 2011 - 05:03

La Casa Blanca quiere mantener en secreto las fotos del líder de Al Qaeda, Osama ben Laden, muerto. Una clara prueba, según los seguidores de teorías conspiratorias, de que hay gato encerrado. Internet bulle de especulaciones y rumores.

El usuario en clave Chrisfishenstein lo supo todo el tiempo: naturalmente, no puede creerse la descripción de los hechos de la muerte de Ben Laden hecha por el Gobierno. "Porque si hubiera ocurrido así, habría fotografías, vídeos y una documentación sobre cómo se mató al terrorista número uno del mundo", escribe en la web de fans de las teorías conspiratorias abovetopsecret.com.

"No se habrían llevado su cadáver inmediatamente. Pero el tiempo de la reelección (del presidente estadounidense, Barack Obama) se acerca y ¿qué mejor momento habría para una noticia así?".

La decisión de Washington de no publicar las imágenes del líder terrorista muerto da alas a los incrédulos. "Es una auténtica locura dar evasivas con un asunto de tal importancia", opina el usuario ProtoplasmicTraveler en el foro de la web, que habla de una clara ruptura con los cauces habituales de la política.

El usuario Flighty añade: "Creo que (Ben Laden) está muerto, pero no que lo mataron el pasado fin de semana".

Cuando la noticia de la muerte del líder de Al Qaeda apenas se había anunciado en la madrugada del domingo, escépticos y fantasiosos ya maquinaban historias increíbles, sobre todo en internet. El rápido entierro, el acelerado análisis de ADN, la falta de imágenes... ¿podía ser verdad? Según el Gobierno estadounidense, el test genético de Ben Laden daba una certeza de su identidad al 99,9%. ¿Y qué ocurre con el otro 0,1%?

Son otras preguntas como las que desde hace tiempo circulan sin ser respondidas en Estados Unidos, como cuestiones sobre los atentados del 11 de septiembre de 2011, el asesinato de John F. Kennedy, la llegada a la luna o el avistamiento de ovnis.



Pero no sólo circulan en las oscuras profundidades de internet, sino también entre las luces mediáticas. Y en primer plano: el icono de los medios de derecha estadounidense, Glenn Beck, se preguntó en público si las encuestas tenían que ver con todo esto o si estamos siendo testigos de un show.

La famosa activista antibélica Cindy Sheehan escribía en internet: "Si creen la última muerte de OBL (Osama ben Laden), son tontos". Y el icono de los conservadores radicales, Sarah Palin, exigió en Twitter: "Muestren fotos como advertencia para todos los que quieren destruir América. No se anden por las ramas, nada de politiqueo, nada de dramas: es parte de la misión".

El senador conservador Lindsey Graham está en el mismo barco: no publicar las fotografías es un "error", asegura. "Sé que Ben Laden está muerto, pero la mejor forma de defender nuestros intereses en el extranjero es probárselo al resto del mundo". La decisión del presidente de no publicar las fotos "alargará innecesariamente el debate", teme el republicano.

La Casa Blanca defiende sin embargo otra opinión, pese a que las numerosas correcciones hechas sobre los detalles de la acción de comando contra Ben Laden no dan precisamente la impresión de que Washington juega con cargas limpias. "No creemos que una foto suponga una diferencia", dijo Obama encogiéndose de hombros. "Incluso habrá gente que lo ponga en entredicho".

Sin embargo, la cuestión no podrá disiparse tan fácilmente, como ilustra la columnista del diario The Washington Post Alexandra Petri. "La diferencia principal entre las cucarachas y los teóricos de la conspiración es que hay medios para rociar a las cucarachas". Y si un día un asteroide acabara con la vida inteligente en la Tierra, "seguirá habiendo una cucaracha y un seguidor de las teorías conspiratorias convencido de que nunca sabremos lo que ocurrió".

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