Otra tensión en la compleja relación con México

Alberto Cabezas (Efe) México

24 de octubre 2013 - 05:03

La compleja relación México-EEUU afronta momentos de alta tensión tras las revelaciones halladas en documentos filtrados por Edward Snowden sobre el presunto espionaje de agencias de inteligencia estadounidenses al ex presidente Felipe Calderón y a su sucesor, Enrique Peña Nieto, cuando era candidato.

Las revelaciones, dadas a conocer por el semanario Der Spiegel, derivaron el martes en el anuncio del Gobierno de que citará al embajador de EEUU en México, Anthony Wayne, y que realizará un "investigación exhaustiva" para saber cómo se hizo el espionaje.

"Creo que (el espionaje) tiene implicaciones muy serias porque da muestra de una gran desconfianza por parte de EEUU", dijo la académica del departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Pía Taracena, quien explicó que "el principal problema está en la cancha de (Barack) Obama", que debe explicar para qué se utilizó la información recopilada.

"Aquí el punto es que hay un abuso del poder de las agencias, no me atrevo a decir del presidente, y de inteligencia de EEUU, en el sentido de que se meten en los correos privados de personajes públicos de naciones aliadas. Eso debería tener una consecuencia. Lo que necesita decirnos EEUU es si Obama dio la orden o si las agencias de inteligencia, que forman parte del Ejecutivo pero son independientes, trabajan ya por rutina" en esa labor, replicó Taracena.

La analista Denisse Dresser dijo que, en lo ocurrido a Calderón, supuestamente espiado cuando era jefe de Estado, el hecho fue motivado por una coyuntura de desconfianza hacia México, inmerso en una estrategia de combate frontal contra el crimen organizado. Obama "pensaba que al presidente la situación se le había ido de las manos, que no el control de la guerra contra el narcotráfico", señaló Dresser, quien cree que esa duda sembró el temor y desencadenó "un espionaje ilícito".

El doctor en Sociología mexicano Nelson Sandoval cree que "se va generando un consenso al respecto por todos los países y se podría generar un acuerdo sobre la recolección de información".

Con él coincide Taracena: "No sé qué organismo internacional podría tomar esta situación porque finalmente es una violación a los derechos humanos y al gran tema de los datos privados".

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