¿Qué son los incendios de sexta generación y en qué se diferencian de los causados por los vientos de Santa Ana en Los Ángeles?
Existen diferencias clave entre estos dos sucesos, como la época del año en la que se producen y las características que los definen
La relación entre el cambio climático y los incendios forestales
El sur de California atraviesa una situación crítica debido a los incendios agravados por los vientos de Santa Ana. No cabe duda de que las fuertes rachas de más de 100 km/h avivan las llamas, haciendo que sea aún más peligrosa y difícil de controlar. Sin embargo, como ha informado recientemente la Agencia EFE, “nada tiene que ver con otros fuegos forestales también muy peligrosos, como los de sexta generación”.
Cabe preguntarse entonces qué diferencia existe entre estos dos tipos de sucesos y por qué se ha comparado a los actuales incendios de Los Ángeles con los también llamados “megaincendios”. “Los vientos de Santa Ana son corrientes de aire recalentado que soplan desde el interior del continente hacia la costa de California contribuyendo a expandir el fuego sin control”, aseguran expertos consultados por EFE.
¿Qué son los incendios de sexta generación?
En el caso de los incendios de Los Ángeles, prosiguen, “están muy localizados por barrios y zonas, no se trata de megaincendios, sino de voraces fuegos dispersos en los que las brasas de ramas enteras de árboles y otros elementos son esparcidos sin control”. De esta forma, prenden fuego al caer sobre distintas superficies; algo a lo que ayuda la sequedad del aire.
Sin embargo, el ingeniero de Montes, Víctor Resco de Dios, afirma en declaraciones a EFE que “es difícil que cuando se da un incendio de viento se produzca también uno de sexta generación”. Vamos a ver a continuación qué entendemos por este último concepto.
Un megaincendio o incendio de sexta generación, también frecuente en California, se caracteriza por ser extremo en lo que a tamaño, comportamiento o impacto se refiere. En este caso, “se forma un pirocúmulo”. Es decir, nubes de desarrollo vertical provocadas por el acenso del aire caliente y el humo de los grandes incendios forestales. “Este pirocúmulo acaba desplomándose, con un comportamiento errático y muy agresivo”, añade EFE.
Además, se trata de un fenómeno más propio de otra época del año. Si los vientos de Santa Ana son frecuentes en los meses fríos del año, desde septiembre hasta abril o mayo; los incendios de sexta generación pueden ocurrir en verano, debido al calor intenso.
El cambio climático influye en los incendios
Además, hay que tener en cuenta la incidencia del cambio climático en los incendios forestales de cualquiera de estos dos tipos. Así lo ha concluido el proyecto europeo ClimaMeter, según el cual las altas temperaturas, la escasa humedad y los fuertes vientos influyen directamente en la propagación del fuego. Y, cada uno de esos factores, se ve agravado por el calentamiento global.
Para alcanzar incendios de semejante envergadura como el que ahora se cierne sobre Los Ángeles, es preciso que se reúnan ciertas condiciones que favorezcan su crecimiento; y que además dificulten la extinción del fuego. Por el momento, se estima que la cifra de fallecidos asciende hasta 24 y se han quemado más de 16,000 hectáreas. Además, miles de personas han sido evacuadas de sus hogares a la espera de que la situación pueda ser controlada lo antes posible por los cuerpos de bomberos presentes en lugar.
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