¿Qué productos suben de precio en España a causa de la guerra de Ucrania?
Las consecuencias de la guerra las notaremos, sobre todo, en nuestro bolsillo.
Los precios del aceite de oliva comienzan a dispararse
La guerra de Ucrania no tiene impacto turístico de momento en Sevilla
En al otra punta del continente europeo ha comenzado una guerra y la mayor preocupación de los españoles es si podría llegar aquí. En un principio, la guerra se mantendrá alejada del país, pero sí podremos notar sus consecuencias, sobretodo en la economía. La consternación que provoca esta guerra en la sociedad se plasma en el plano de la materia prima. Rusia y Ucrania son fichas clave en el tablero europeo en todo lo referente a energía y agricultura. De todo el gas que llega a Europa, el 40% viene de Rusia. Moscú también suministra un cuarto del petróleo que se consume en los países comunitarios, y Ucrania un 30% de todo el trigo que compra la UE.
Estos problemas de suministro no afectan directamente al ciudadano, sino que se ve reflejado en la subida de precio de los productos. Esta subida se debe a que las empresas tendrán que invertir más en energía y materia prima, por lo que terminarán repercutiendo el alza en la cesta de la compra. En febrero, la inflación ya se disparó un 7,3%, y preludia una primavera descontrolada por la crisis de Ucrania.
Echar gasolina, pagar la factura de la luz o comprar aceite de girasol son sólo algunos ejemplos de productos cotidianos que sufrirán el alza de precios en España.
El trigo y el maíz
Rusia es el mayor productor de de cereales del mundo, por encima de otras potencias como Estados Unidos o Canada. Así mismo, Ucrania suministra el 30% del trigo de compra la Unión Europea.
Esto afecta a España de manera directa, ya que es el país que más pienso produce en Europa y para producirlo es necesario mezclas cereales con aceites. Por lo que la subida del precio empezaría en la compra de los cereales, que se traduciría en una subida del precio del pienso. Ese pienso es el que alimenta a los animales que posteriormente encontramos en los mercados para nuestro consumo, por lo que aumentaría el precio de la carne. En el sector porcino, por ejemplo, el 70% de los costes se debe al pienso para alimentar a los cerdos.
Aceite de girasol
Aproximadamente el 63% del aceite de girasol que España compra viene de Ucrania. Afortunadamente, para consumo humano suele usarse aceite de oliva en los hogares españoles, pero ocurrirá lo mismo que con los cereales. El aceite de girasol es usado principalmente para el sector agrícola, así como para la elaboración de productos de hostelería como de la industria alimentaria.
Gasolina y diesel
El mismo día que estalló el conflicto, el petróleo escaló hasta los 100 dólares por barril. El temor ante un corte de suministro de petróleo, como consecuencia del conflicto, está llevando los precios a máximos no vistos desde 2014.
Rusia es uno de los principales productores mundiales de petróleo. Un cuarto de todo el oro negro que entra en la UE se le compra a Rusia. España, de hecho, es más vulnerable que otros países a la montaña rusa de precios del petróleo. Un 35% de la energía que consume Europa viene del petróleo, pero es que en España este porcentaje supera el 40%. Eso quiere decir que, si el petróleo sube de precio, Europa lo nota en el 35% de la energía que consume, pero España en un 40%.
Transporte y turismo
Todas las empresas de transporte sufrirán una subida de costes, el efecto dominó de la subida de los carburantes. Al igual que todas aquellas empresas que dependen de esta energía para producir sufrirán un encarecimiento de costes, y si producir es más caro, los precios de venta también suben.
Y lo mismo ocurre con el turismo. El encarecimiento de la energía y la electricidad están pasando factura al transporte y a los servicios de alojamiento. Estas subidas se producen en un momento en que el sector trataba de volver a la normalidad, tras dos años de pandemia.
Factura de la luz
Si el gas se encarece, sube el precio de la luz (hace falta gas para generar electricidad), y si sube la electricidad, la inflación aumenta, y ya estábamos en los niveles más altos desde 1989. El encarecimiento de costes también afecta al precio de la calefacción. Como las subidas se concentran en suministros esenciales (luz, calefacción, gasolina, alimentos...), afectará desproporcionadamente más a los más vulnerables, es decir, aquellos españoles con rentas más bajas.
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