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La policía griega, desbordada por los recortes, la crisis y la criminalidad

Los recortes exigidos por la 'troika' han llevado a que la mayoría de los agentes cobre menos de 700 euros como salario base. Si se adoptan las nuevas medidas, recibirán el salario mínimo: 585 euros.

Andrés Mourenza (Efe)

30 de junio 2012 - 18:05

Atenas/Bajos sueldos y menos dinero para operativos: los recortes afectan de lleno a la Policía griega, desbordada por las protestas contra la austeridad, el aumento de la criminalidad por la crisis y la llegada de inmigrantes ilegales.

Día de redadas. Desde primera hora, los policías se congregan en la terraza de una cafetería de Omonia, uno de los barrios más degradados del centro de Atenas. A lo largo de la jornada entrarán en cinco domicilios en busca de inmigrantes sin papeles y productos falsificados. Para hacer tiempo y combatir el calor, que aprieta desde temprano, los policías charlan con un frappé frío a base de café soluble. Uno de ellos abre un azucarillo tras otro y se los lleva a la boca: "El azúcar es mi droga", dice. "Necesita mucho azúcar y energía porque está casado y tiene dos hijos. Su situación es muy difícil", bromea otro agente. Pero, en verdad, la situación de la policía griega no es fácil.

Los recortes exigidos por los prestamistas internacionales han llevado a que la mayoría de los agentes cobre algo menos de 700 euros como salario base, y si se adoptan las nuevas medidas de austeridad demandadas por la troika, recibirán el salario mínimo: 585 euros. "Nuestro horario legal de trabajo es de ocho horas diarias y cinco jornadas semanales. Pero ahora, especialmente cuando hay disturbios, trabajamos hasta 6 y 7 días, por muchas más horas de las convenidas y sin retribución extra", se queja Jristos Fotópulos, presidente de Poasy, el sindicato mayoritario entre los 50.000 agentes de la Policía Nacional.

La carga extra de trabajo no se debe sólo a la tensión social que han provocado en el país mediterráneo las medidas de austeridad, sino también al incremento de la inmigración ilegal. Desde que en 2007 y 2008 España e Italia reforzaron su vigilancia fronteriza y llegaran a acuerdos con sus vecinos del norte de África, Grecia -con unas fronteras muy difíciles de vigilar por sus numerosas islas- es el principal punto de entrada de inmigrantes sin documentos en Europa, según la Unión Europea (UE).

"Sólo en el centro de Atenas, detenemos a unos 500 sin papeles al día", explica Andreas, un agente que lleva trabajando desde las seis de la mañana -y concluirá su jornada a media tarde- puesto que antes de la redada ha tenido que ir a investigar una pelea con cuchillos entre afganos y bengalíes por una tonelada de hierro. "De acuerdo a la ley el castigo para los sin papeles es muy estricto, unos tres años de prisión, pero tenemos en cuenta que vienen de países con problemas y que no tienen dinero. Algunos irán a centros de retención pero en la práctica, dado que no hay sitio en las cárceles ni dinero para repatriarlos, la mayoría serán puestos en la calle con una orden de expulsión que muy pocos cumplen. Y al poco tiempo volverán a ser detenidos y ocurrirá lo mismo. Es una situación que no lleva a ninguna parte", indica el fiscal Dionissios Mussakis, que acompaña a la patrulla. "Hace veinte años no había problemas en estos barrios pero ahora la situación ha cambiado dramáticamente", se lamenta el fiscal sobre la degradación de zonas del centro de Atenas.

Por su parte, diversas ONG denuncian malos tratos de la policía a los inmigrantes y pasividad ante los crecientes ataques racistas del partido neonazi Amanecer Dorado. Según los estudios de diversos diarios griegos, en torno a la mitad de los 5.000 policías que estuvieron de servicio durante las elecciones legislativas del pasado 17 de junio votaron a ese partido ultra, algo que se atribuye al descontento con las formaciones que han gobernado en los últimos años. "No tenemos información sobre vinculaciones con Amanecer Dorado. Eso sí, nuestra Federación exige que esto se investigue y si hay una conexión y colaboración de algún agente debe asumir sus responsabilidades. Nuestra posición es contraria a la violencia venga de quien venga", asegura Fotópulos.

El presupuesto para operaciones de la Policía también ha sido reducido, lo que hace más difícil hacer frente al incremento de la delincuencia que ha acarreado la crisis económica en un país antaño tranquilo, así como a la presencia de mafias locales e internacionales y el creciente papel de Grecia como entrada de productos falsos a Europa.

Yannis, un policía de una comisaría del centro de Atenas, señala su chaleco antibalas: "Estos sólo detienen balas de pistola, las de un kalashnikov lo atraviesan. Ahora nosotros somos los únicos que llevamos pistola, todos los delincuentes utilizan kalashnikov". "La criminalidad organizada está creciendo. pero cuando hay tantos policías que se emplean para reprimir protestas, ¿cómo podemos dedicarnos a luchar contra el crimen?", se pregunta el presidente de Poasy. En su opinión los últimos Gobiernos están "infravalorando" al cuerpo de Policía, que en su opinión debería ser utilizado "para su tarea habitual, luchar contra el crimen", y no para reprimir protestas.

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