Una película explosiva

revuelta musulmana Se desata la violencia ante las embajadas norteamericanas

No se conoce el autor del polémico filme sobre Mahoma que ha conseguido calentar los ánimos en el mundo árabe y musulmán, y todo a su alrededor son conjeturas

Nakula Basseley Nakula, uno de los presuntos implicados en la película, es llevado por agentes federales para su interrogatorio.
Nakula Basseley Nakula, uno de los presuntos implicados en la película, es llevado por agentes federales para su interrogatorio.
Andy Goldberg (Dpa) / Los Ángeles

16 de septiembre 2012 - 05:03

¿Quién está detrás de la polémica película sobre Mahoma que ha incendiado los ánimos en el mundo árabe y musulmán? Esta obra amateur, que ha desatado especulaciones de lo más dispares sobre sus orígenes y sus intenciones, es todo un rompecabezas.

La película que está en el centro de las sangrientas protestas antiestadounidenses es ante todo un misterio. Se desconoce quién la hizo, quién la colgó en internet y por qué. Y todo aquel que intente responder a estas preguntas se topa con un torrente de especulaciones, pues por ahora lo único que es seguro es que el nombre de Sam Bacile, que en un principio se había señalado como el autor, es sólo un seudónimo.

Sin embargo, la violencia desatada ante las embajadas de Estados Unidos en el mundo árabe y en Irán es real y la historia tras esta película es tan sólo una mezcla de medias verdades e interpretaciones erradas.

Según informó la BBC, el largometraje podría haber sido estrenado a finales de junio en un pequeño cine de Los Ángeles. Sólo un poco después apareció por primera vez en internet, distribuida por un tal Sambacile.

En las secuencias difundidas en Youtube de Innocence of Muslims (Inocencia de los musulmanes) el profeta Mahoma es caracterizado como una gánster sediento de sangre, mujeriego, poco lúcido y pedófilo.

La producción no parece profesional y al parecer se hizo con medios bastante básicos.

The Wall Street Journal describió al principio al presunto autor Sam Bacile como un hombre de más de 50 años, estadounidense-israelí que hizo esta película de dos horas con un presupuesto de unos cinco millones de dólares (unos 3,9 millones de euros) que consiguió reunir con donaciones de judíos. Ahora parece claro que no era así después de que el nombre de Sam Bacile no apareciese ni los registros oficiales de Estados Unidos ni en los israelíes, según apunta el diario.

Una pista apunta a un tal Steve Klein, que al parecer participó en el proyecto. Klein se describe a sí mismo, según palabras del periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, como un militante cristiano. Dijo que conoció al hombre conocido como Sam Bacile, con quien se entrevistó. "Su nombre es un seudónimo", aseguró Klein a la revista estadounidense The Atlantic. "No es israelí. Dudo que sea judío", añadió.

En lugar de ello, las últimas investigaciones de los medios estadounidenses, entre ellos The Wall Street Journal, parecen apuntar hacia el cristiano copto Nakula Basseley Nakula en California, quien dijo ser el ejecutivo de la productora que distribuyó la película, pero niega ser Sam Bacile. Nakula fue trasladado ayer a una comisaría de Policía de Los Ángeles para ser sometido a interrogatorio en relación a su participación en la película.

Pero hay otro nombre que, según informaciones de The Wall Street Journal, desempeña un papel central: se trata de Morris Sadek, a quien se considera el responsable de que el vídeo que durante meses estuvo pululando en internet de repente se conociera.

A principios de septiembre, el periodista cristiano copto, que vive en Washington, envió un link con el vídeo de Youtube. Algunas personas en Egipto lo tradujeron al árabe y lo colgaron en la red. Además, la película recibió el apoyo del pastor estadounidense Terry Jones, quien en 2010 desató la indignación de miles de fieles con protestas en todo el mundo por quemar el Corán.

Las declaraciones de los actores estadounidenses en la película ayudan poco a aclarar la situación. A través de un comunicado que publicó Los Ángeles Times, indicaron que no sabían que la obra iba a ser una propaganda antiislámica y que fueron contratados para una película con otro título.

Aseguran que los comentarios más provocadores en la película fueron añadidos después. "Los actores y el equipo están sumamente indignados," aseguran en el comunicado, en el que también aclaran que no están detrás de esta producción de forma alguna.

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