"La paz no va salir de encuentros como el celebrado en Annapolis"
El prestigioso politólogo francés Sami Naïr dio ayer su particular visión de la geopolítica de los conflictos, en especial la de Oriente Próximo, en un foro organizado por la Fundación Tres Culturas y la Universidad de Sevilla. Naïr lanzó críticas contra el carácter imperialista de EEUU y repudió la osadía de la Autoridad Nacional Palestina que, a través de su presidente Mahmud Abbas, "negocia en nombre de la mayoría de los palestinos cuando, según los resultados electorales, sólo representa a una minoría".
-¿Debemos tener esperanzas en la negociación que han iniciado esta semana el primer ministro israelí Ehud Olmert, Bush y Abbas en Annapolis (EEUU) para resolver el conflicto israelo-palestino?
-El mero hecho de que 24 países árabes, Israel y EEUU se reúnan para discutir sobre la crisis me parece muy positivo. Pero Annapolis se ha celebrado al margen de Naciones Unidas, así que la paz entre israelíes y palestinos no va a salir de encuentros como éste. La paz debe estar garantizada por la ONU y dentro del derecho internacional, porque si no se crearía un precedente para el resto de conflictos que se libran en el mundo.
-Entonces, ¿para qué sirven estos encuentros?
-Para nada nuevo. Puede que sea un primer paso, pero los puntos más difíciles de la crisis de Oriente Próximo ni siquiera se han discutido. Además, en Annapolis no se hizo referencia a las resoluciones de la ONU, ni tan siquiera a la 232, que obliga a Israel a volver a las fronteras de 1967, lo que significa que el acuerdo es unilateral y nunca será respaldado por los palestinos.
-¿Qué se ha conseguido?
-Israel ha reconocido por primera vez la necesidad de un Estado palestino con una continuidad territorial. Pero ha lanzado un nuevo órdago: habla de la existencia de un Estado palestino al lado de uno judío. Declarar a Israel como Estado judío plantea un problema jurídico muy grave para el millón y medio de palestinos árabes que viven en territorio israelí, porque no tendrán derecho de nacionalidad. La paz es posible, pero sin trampas.
-Hamas rechaza este diálogo...
-Es que ni Olmert ni Abbas cuentan con la legitimidad en sus respectivos países para negociar un acuerdo. El premier israelí se encuentra en una situación muy débil en su Gobierno y no tiene el respaldo de la Knesset. Pero la verdad es que no entiendo cómo el presidente Abbas participa en esta manipulación mediática. A no ser que, secretamente, Bush le haya dado algo a cambio. Porque esto va a fortalecer a los radicales de Hamas, que ahora les dice a los palestinos: "Mirad, están vendiendo nuestro país a cambio de nada". Ni siquiera las grandes potencias (China, Rusia y la Unión Europea) han dado su apoyo a la cumbre de Annapolis.
-¿Cuál es la cuestión más importante que hay que abordar?
-La colonización permanente de los territorios palestinos. Es decir, la dominación total de Israel sobre este pueblo.
-Los analistas han valorado positivamente la presencia árabe en esta cumbre, históricos negacionistas del Estado israelí, ¿qué supone realmente su apoyo?
-La presencia árabe no implica un reconocimiento de Israel. Ellos han asistido invitados por el presidente norteamericano en su territorio, pero jurídicamente no tiene ningún valor.
-La solución del conflicto en Iraq es esencial para resolver la crisis israelo-palestina, pero ¿hasta qué punto Hamas, Hezbolá o Irán son los grandes enemigos de la mediación pacificadora de Occidente?
-El islam se ha convertido en una ideología de resistencia y, concretamente el integrismo en el último instrumento de lucha contra los estados dominantes, ya sea EEUU o Israel. Iraq es un claro ejemplo, porque el poder está en manos de los chiíes radicales y si el ayatolá Ali al Sistani (chií) quisiera, él solo podría desatar la furia iraquí contra EEUU.
-La ONU da por finalizado en 2008 su apoyo a EEUU en Iraq...
-Esto no significará nada, porque de todos modos la ONU no existe en el terreno iraquí desde que fue expulsada tras el atentado a su sede en Bagdad. Sin embargo, EEUU se verá obligado a devolver los poderes al Gobierno iraquí que, hasta la fecha, sólo controla el 20 por ciento del territorio.
-Cada vez que viene a Andalucía coincide con graves revueltas en los suburbios de la capital francesa, ¿qué ha cambiado de 2005 a ahora?
-Nada. Creo incluso que la situación ha empeorado. Es verdad que los políticos están inquietos, pero el problema del paro sigue siendo el mismo, la exclusión étnica continúa, los guetos no han desaparecido y desde que el ex ministro del Interior (Nicolas Sarkozy) se ha convertido en presidente de la República, la Policía se siente más fuerte. Sarkozy lo considera un problema de delincuencia y esto es un error porque detrás subyace un grave problema social. Sigue haciendo falta una política de integración social, y no basta con poner a ministros procedentes de la inmigración en el Gobierno.
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