Nueve muertos en un ataque de Israel a una flota de ayuda a Gaza
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dice que los soldados "fueron atacados, golpeados y apuñalados" y que sólo pretendían "proteger sus vidas".
El periplo de la denominada Flota de la Libertad, que pretendía burlar el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza para entregar ayuda humanitaria, concluyó este lunes de forma trágica después de que efectivos del Ejército israelí asaltasen el principal buque del convoy y provocasen la muerte de al menos nueve personas. La acción ha despertado la condena unánime de la comunidad internacional, que en su mayor parte ha considerado "desproporcionado" el uso de una fuerza que Israel justifica en la "defensa propia".
La flota, coordinada por la fundación humanitaria turca IHH (Insani Yardim Vakfi), partió el pasado 22 de mayo del puerto de Estambul, y desde entonces el intercambio de declaraciones por una y otra parte ha sido constante. Los cooperantes exigían entregar en mano las 10.000 toneladas de ayuda humanitaria, mientras que Israel a lo más que accedía era a repatriar a los activistas y a hacerse cargo de la mercancía, que entregaría a Gaza una vez que se diese la correspondiente inspección.
La tensión creció hasta el definitivo asalto en aguas internacionales. Efectivos del Ejército israelí se desplazaron hasta donde se encontraba la flota liderada por el buque Mavi Marmara, víctima directa del asalto. Las imágenes difundidas por los propios militares muestran a los comandos israelíes descendiendo desde un helicóptero sobre la cubierta del barco turco.
Versiones contradictorias
A partir de ese momento, cada una de las partes presenta su propia versión y, en puntos clave, resultan contradictorias. Las autoridades hebreas alegan que algunos activistas tenían vínculos con Al Qaeda y con las organizaciones islamistas Hamás y Yihad Islámica y señalan que los militares sólo empezaron a disparar al sentirse amenazados por el armamento de los ocupantes del buque.
La organización que puso en macha la flotilla, el Movimiento Gaza Libre, aseguró sin embargo que las tropas abrieron fuego "inmediatamente después" de abordar el barco.
Como consecuencia de la acción armada, murieron al menos nueve personas y decenas resultaron heridas, según un balance del Ejército israelí, que no aclaró la identidad de las víctimas mortales, en un ambiente de preocupación generalizada por el estado de cada uno de los pasajeros del convoy. Fuentes palestinas afirman que al menos cinco de las víctimas serían palestinos residentes en la localidad israelí de Haifa, mientras que otras voces identifican como turcos a la mayoría de los fallecidos.
A bordo de todos los barcos de la flota viajaban unas 700 personas, entre ellas tres españoles -los cooperantes Manuel Tapial y Laura Arau y el periodista de Telesur, David Segarra-, quienes salieron ilesos del ataque.
El Mavi Marmara, en el que viajaban el grueso de los activistas, llegó por la tarde al puerto de Ashdod escoltado por buques de la Armada israelí. Las autoridades israelíes detuvieron al menos a 32 activistas que se negaron a firmar las órdenes de deportación.
Netanyahu: "Los soldados fueronatacados, golpeados y apuñalados"
Israel, escueto con la información que transmitía durante todo el día, se apresuró a justificar la acción y difundió varios vídeos en los que se mostraban agresiones por parte de los activistas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su pesar por las bajas pero defendió la actuación armada, asegurando que si no se hubieran defendido habrían muerto, ya que fueron "atacados deliberadamente".
En declaraciones desde Ottawa, donde se encuentra de visita , Netanyahu hizo hincapié en el hecho de que "Israel tiene un gran problema de seguridad" por la presencia en la Franja de Gaza de Hamás, movimiento al que acusó de estar acumulando "miles de cohetes" para dispararlos contra territorio israelí.
El Gobierno tiene como política permitir la entrada de "todos los bienes humanitarios y pacíficos, como alimentos y medicinas", y evitar la entrada de "cohetes, misiles, explosivos y materiales de guerra", apostilló. Así las cosas, "le dijimos a la flotilla de barcos que podían llevar toda su carga, traerla a nuestro puerto de Ashdod, nosotros simplemente controlaremos que no hay ningún material de guerra y el resto seguirá su camino'".
El primer ministro apuntó que se logró que cinco de los seis barcos diesen la vuelta "pacíficamente" pero los ocupantes del sexto "atacaron deliberadamente a los primeros soldados que llegaron al barco", denunció el primer ministro.
"Nuestra política era y seguirá siendo que Israel permitirá la entrada de ayuda humanitaria, cualquier bien destinado a la paz, para la población civil de Gaza", explicó, subrayando que Israel "no tiene problemas con la población de Gaza". "Nosotros tenemos un conflicto con el régimen terrorista de Hamás, apoyado por Irán", aclaró.
Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, el ultraderechista Avigdor Lieberman, pidió a la comunidad internacional un "enfoque objetivo" respecto a la polémica y que no sigan el juego de los organizadores de la flotilla, a los que calificó de "partidarios del terrorismo" y atribuyó una "violenta provocación".
Tres días de luto en Palestina
En el lado opuesto, el líder exiliado de Hamás -organización que controla la Franja de Gaza desde 2007-, Jaled Meshal, condenó el ataque militar y pidió que los responsables sean procesados como criminales de guerra. "Este momento histórico debe ser aprovechado para romper el bloqueo de Gaza de una vez por todas", recalcó Meshal, según recoge la web Palestine Information Center.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que decretó tres días de luto, calificó de "masacre" lo ocurrido, que incluso ha derivado en la convocatoria de urgencia de una reunión de la Liga Árabe y de los países miembros del Consejo de Seguridad.
Estupor internacional
La acción armada generó la condena unánime de la comunidad internacional y derivó en una oleada de manifestaciones en Israely prácticamente todo el mundo, tanto en los países occidentales como, especialmente, en los de mayoría musulmana.
Países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido, asiáticos como China o iberoamericanos como Venezuela o Brasil se unieron a la crítica colectiva que respaldaron especialmente los estados más cercanos a Israel como Egipto, Jordania, Siria o Líbano.
En cambio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró más comedido y transmitió por teléfono a Netanyahu que lamenta "profundamente" la pérdida de vidas, al tiempo que le instó a esclarecer lo antes posible cómo se produjeron los "trágicos acontecimientos", según la Casa Blanca. Netanyahu canceló su viaje a Washington, previsto para mañana, a causa del polémico asalto.
Por su parte, la Unión Europea condenó "el uso de la violencia" y pidió la apertura "inmediata" de una investigación "completa e imparcial". Además, exigió a Israel "información" sobre los ciudadanos europeos que viajan a bordo de la embarcación atacada, mientras que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, lamentó la violencia y calificó de "crucial" que exista una investigación completa. Ban reclamó, asimismo, una aclaración "urgente" a Israel.
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