La extrema derecha gana con margen en Austria
El ultranacionalista FPÖ logra un triunfo histórico, pero el rechazo de conservadores y socialistas impedirá que gobierne Kickl
Viena/El ultraderechistaHerbert Kickl, líder del partido FPÖ, ha logrado este domingo una histórica victoria electoral en Austria al ganar por primera vez unos comicios a nivel nacional desde 1945. Con un resultado de en torno al 29% de los votos, según los sondeos, el FPÖ se impuso con claridad al hasta ahora gobernante partido popular ÖVP y también al opositor partido socialdemócrata SPÖ, con lo que Kickl puede ahora soñar con gobernar el país, siempre y cuando logre formar una coalición.
Pese a su victoria en las elecciones legislativas austriacas, el jefe del FPÖ es el político más rechazado del país, según los sondeos de opinión: el 60% de los austríacos no quieren que sea canciller federal y los demás partidos políticos rechazan formar una coalición con él. El ultraderechista centró su campaña en presentarse como un "canciller del pueblo" (volkskanzler) y definir a otras formaciones como "traidores al pueblo" (volksverräter), términos en alemán con claros ecos nazis. Este corredor aficionado de triatlón y maratones es un representante de la línea dura del FPÖ y siempre se ha sentido cómodo como una eminencia gris alejada de los focos.
Kickl se ha mostrado satisfecho con las proyecciones electorales y se postuló ya para "dirigir el Gobierno". Aunque ha pedido esperar a los resultados finales, se ha mostrado en unas declaraciones a la televisión pública ORF dispuesto a hablar con todos los partidos para hacer cumplir "el mandato ciudadano" de cambio. "Los votantes han hablado", señaló Kickl, que solicitó a los demás partidos y también al presidente federal, Alexander van der Bellen, "recapacitar" y asumir la petición de cambio de rumbo.
Pese a su probable victoria en las urnas, el FPÖ necesita un socio de coalición porque todas las proyecciones de votos le niegan una mayoría para gobernar en solitario. El actual canciller federal, Karl Nehammer, del conservador ÖVP, ha repetido que no gobernaría con un FPÖ dirigido por Kickl, mientras las demás formaciones, socialdemócratas, ecologistas y liberales, rechazan coaligarse con los ultras.
Van der Bellen, que tiene la potestad de encargar la formación de Gobierno, ha repetido en numerosas ocasiones sus reticencias a darle ese mandato a Kickl.
Nehammer ha criticado los "métodos" de Kickl y anunció que apuesta por "resolver los problemas de la gente y no vivir de ellos". Reconoció que su formación, segunda con una estimación del 26,4% de los votos –11 puntos menos que en 2019–, no logró ganar y dijo que debe analizar "por qué los radicales sacan más votos" que ellos. Al ser preguntado por una posible coalición con el FPÖ, señaló que mantiene su postura "previa a las elecciones", cuando aseguró que no formaría una coalición con Kickl al frente del partido ultra.
Sin el apoyo de los conservadores y con el rechazo tajante del resto, el FPÖ no podrá formar coalición, ya que cuenta, según los resultados aún no oficiales, sólo con 57 de los 183 escaños en la Cámara Baja del Parlamento. Por ello, una alternativa de Gobierno que está tomando fuerza es una "gran coalición" entre el ÖVP y el socialdemócrata SPÖ, tercero ayer con el 21%. Esas dos formaciones, que reconstruyeron el país tras la II Guerra Mundial, sumarían 92 escaños, con un 82,8% de las papeletas escrutadas, es decir, un diputado por encima de la mayoría absoluta. Andreas Babler, jefe del SPÖ, se mostró dispuesto a iniciar contactos con los conservadores.
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