La 'doctrina Sinatra' sustituye a la 'doctrina Breznev' en la Unión Soviética de Gorbachov
La caída del Muro estuvo muy marcada por el cambio radical en la política soviética
La caída del muro de Berlín fue la gran prueba internacional para el proceso de cambios impulsado por el entonces líder soviético, Mijail Gorbachov, decidido a romper con decenios de confrontación con Occidente. "Frente a la doctrina Breznev preferimos ahora la doctrina Sinatra", declaró meses antes de aquel turbulento noviembre de 1989 el portavoz oficial de la diplomacia soviética Guennadi Guerasimov, aunque casi nadie tomó en serio esa declaración.
Pese a los avances de la "nueva mentalidad" proclamada por Gorbachov, parecía increíble que el Kremlin aceptara que sus aliados actuaran "a su manera", como reza la canción que interpretaba Frank Sinatra, y relegara al pasado la "soberanía limitada" que la URSS impuso a sangre y fuego en 1956 en Budapest y en 1968 en Praga.
Más aún cuando aliados de la República Federal Alemana (RFA) como Francia o al Reino Unido se oponían por todos los medios a la posible reunificación de su eterno enemigo de antaño.
En los cuatro años que precedieron a la caída del Muro las relaciones de Rusia con Alemania Oriental se habían complicado a niveles extremos. Mientras la perestroika (reestructuración) impulsada por Gorbachov en la URSS iba cambiando a todos los países del bloque comunista, dos de su líderes, el de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, y el de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, se resistían a cualquier cambio.
"Las amenazas acechan a aquellos que no se adecúan a las exigencias de la vida, mientras que aquellos que sienten los impulsos de la sociedad pueden afrontar sin temor las dificultades", declaró Gorbachov en Berlín, donde acudió a la celebración del 40 aniversario de la RDA. Su traductor alemán fue aún más rotundo: "La vida castiga a quien llega tarde".
Diez días después Honecker fue destituido de su cargos; tres semanas después cayó el muro. El entonces ministro de Asuntos Exteriores soviético, Eduard Shevardnadze, dijo en una entrevista con Efe que una de las principales preocupaciones de Gorbachov fueron entonces los ánimos reinantes entre el medio millón de efectivos del Ejército Soviético destacados en Alemania.
Gorbachov tuvo que viajar personalmente para evitar que las tropas soviéticas salieran a las calles de Alemania Oriental.
"Fuimos allí y Gorbachov dio órdenes de no intervención. Si no hubiésemos viajado, el Ejército podría haber intervenido", lo cual, según Shevardnadze, "podría haber desatado una nueva guerra mundial".
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