La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Mientras la cifra de civiles muertos crece sin freno desde que el jueves las tropas israelíes penetraron en Gaza, la diplomacia en busca del ansiado alto el fuego parece volver a rodar, aunque con el ritmo cansino que tantas vidas cuesta.
Una diplomacia que más allá del sufrimiento del pueblo palestino, parece estar librando una partida de ajedrez en el ensangrentado tablero de Gaza, con Israel como martillo y la ONU como convidado de piedra.
Egipto, tradicional mediador y a quien recurrió una vez más el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, reiteró ayer que su plan de alto el fuego, aceptado por Israel y rechazado por el movimiento islamista Hamas (que controla la franja) "sigue aún vigente sobre la mesa". "Consideramos que incluye las necesidades de las dos partes. Y por eso lo mantenemos. Esperemos que las dos partes lo acepten", subrayó el jefe de la diplomacia egipcia, Sameh Shukri.
Consultado por Efe en Gaza, el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, contestó de forma expeditiva: "la iniciativa de Egipto esta muerta. Se está forjando otra a través de otros dos negociadores", que evitó enunciar.
Muy probablemente, esos dos nuevos actores son Qatar y Turquía, dos de los países que buscan acumular influencia regional en la zona tras el hundimiento de potencias tradicionales a causa del fracaso de las llamadas primaveras árabes.
El actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, parece estar a punto de perder su primera batalla diplomática regional y parte de la influencia de la que siempre disfrutó El Cairo.
"Gaza es el cuadrilátero en el que Egipto, Qatar y Turquía pelean mientras Israel juega con todos", explicó ayer el analista gazatí Naser Elewa.
A esos esfuerzos se unió ayer el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien viajó a Israel para tratar de convencer a las partes.
Fuentes diplomáticas en Jerusalén aseguran el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está ya listo, después de que la incursión terrestre haya fortalecido su posición frente a la derecha más dura y el número de objetivos alcanzados se pueda presentar como una victoria sin grandes bajas.
Abu Zuhri, por su parte, aseguró que el resto de las milicias están unidas en torno a Hamas y que seguirán los pasos de éste.
En el plano bélico, la artillería, la aviación y la marina de guerra israelí siguieron ayer con su intenso castigo a la Franja, tras una de la noches más cruentas y demoledoras de los 12 días de ofensiva bélica, en la que murieron más de una treintena de personas.
Con ellas son ya cerca de 330 los palestinos (tres cuartas partes de ellos civiles) que han muerto en bombardeos en la Franja desde que el pasado día 8 comenzó la operación Margen Protector.
Además, dos soldados israelíes perdieron la vida en combates con milicianos cerca de la frontera, lo que eleva a tres las bajas militares de Israel después de que el jueves muriera un comandante por "fuego amigo de artillería".
En un comunicado, la portavocía castrense confirmó la batalla y aseguró que desde que comenzó la operación terrestre mató a unos 70 milicianos, 20 de ellos en las últimas 24 horas.
Además, destruyó "450 objetivos terroristas", en referencia a las lanzaderas de cohetes y a los túneles que entran en Israel, que dice son su principal preocupación.
Las milicias continuaron lanzando decenas de cohetes contra Israel, que ayer causaron la muerte de un beduino en la zona del desierto del Neguev.
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