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La crisis financiera da un vuelco a la campaña

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McCain ha endurecido el tono contra las financieras tras ver reducida su ventaja en las encuestas sobre Obama en apenas una semana

La crisis financiera da un vuelco a la campaña
César Muñoz Acebes / Efe

17 de septiembre 2008 - 21:31

La crisis en los mercados ha cambiado de la noche a la mañana los temas y el tono de la campaña electoral estadounidense, y ha colocado a la defensiva a John McCain, el candidato que había abogado por menos regulación financiera.

Hace una semana, el debate era sobre si el candidato presidencial demócrata, Barack Obama, se refería a Sarah Palin, la "número dos" de McCain, cuando dijo que "por pintar los labios a un cerdo, no deja de ser un cerdo", una expresión común en inglés equivalente a la española de que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Esa controversia beneficiaba, según los expertos, a la campaña de McCain, que había acusado a Obama de sexista, pero con la explosión en Wall Street, todo eso es agua pasada y quien está en la silla incómoda es ahora McCain.

Su difícil posición quedó hoy de manifiesto cuando revisó su postura respecto a la intervención pública de American Internacional Group (AIG), la mayor aseguradora del país.

En un comunicado, McCain señaló que el gobierno "se ha visto forzado a comprometer 85.000 millones de dólares para evitar la quiebra de AIG" y dijo que el objetivo debe ser proteger a los clientes de la empresa y no a sus directivos.

Ayer martes, en cambio, McCain fue categórico en su oposición a que la mano del Gobierno sostuviera a AIG.

"No, creo que el contribuyente estadounidense no debería cargar con el peso de AIG, y estoy contento de que el secretario (del Tesoro Henry) Paulson parece haber tomado la misma postura", afirmó entonces en una entrevista en la cadena ABC.

Esa opinión se encuadra en la percepción republicana del gobierno como un impedimento frecuente al florecimiento económico y el libre mercado en el camino hacia la prosperidad.

Con la calamidad acampada en Wall Street, los promotores de esa visión están ahora mudos en Washington y el gobierno republicano ha puesto dinero público para salvar no sólo a AIG, sino también a los gigantes hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae, y al banco de inversión Bear Stearns.

Obama, por su parte, cree haber encontrado un talón de Aquiles en su oponente.

La intervención de AIG "es el veredicto final de la filosofía económica fallida de los últimos ocho años", dijo hoy en un comunicado. "El senador McCain ha apoyado esta filosofía durante sus 26 años en Washington", añadió.

En las encuestas, los votantes tradicionalmente han dicho confiar más en los demócratas en asuntos económicos, por lo que las lágrimas en Wall Street deberían ayudar a Obama.

Además, las crisis económicas "siempre son un riesgo para el partido en el poder, particularmente un partido que ha ocupado la Casa Blanca durante más de siete años", según Sebastian Mallaby, un analista del Centro de Relaciones Exteriores, un instituto independiente.

Esos factores pueden explicar el sesgo que ha tomado la intención de voto en los últimos días.

Tras la Convención Republicana, a principios de septiembre, McCain eliminó la ventaja de Obama e incluso le adelantó, gracias principalmente a su elección de la telegénica Palin como su candidata a la Vicepresidencia.

Ahora ese aliento parece habérsele terminado y en poco más de una semana McCain ha perdido dos puntos porcentuales, aunque aún le saca uno a Obama, según RealClearPolitics, que hace una media de una veintena de sondeos.

La alarma ha sonado en la campaña del senador y McCain ha adoptado un tono mucho más duro frente a las compañías de Wall Street, a las que acusó hoy de vivir una "cultura de casino" y realizar "una gestión imprudente".

En su comunicado también pidió "regulación fuerte y eficiente", lo que supone un cambio palpable de sus posturas anteriores.

Como senador y presidente del Comité de Comercio votó a favor de relajar las normas que ciñen las operaciones de las compañías financieras.

Por ejemplo, en 1999 apoyó una ley del entonces senador Phil Gramm, uno de sus principales asesores económicos ahora, que desmanteló los muros que separaban el sector de los seguros, la banca tradicional y la banca de inversión, según el diario "The Washington Post".

Eso permitió que AIG entrara de cabeza en el negocio de avalar títulos con garantías hipotecarias, que le ha generado las pérdidas multimillonarias que la han hundido.

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