Una cordobesa en el infierno
Rosa Romero, con 50 impactos de metralla en el lado izquierdo de su cuerpo, sale de la UCI mientras su marido sigue grave, con un pulmón afectado por los ataques
La cordobesa Rosa María Romero fue una de las turistas que convivieron con decenas de cadáveres en busca de un escondite para no ser descubiertos y que durante horas se debatieron entre la vida y la muerte durante la cadena de ataques perpetrados anteayer en Bombay. Apenas dos días después de verse inmersa en ese infierno de disparos y bombardeos y tras abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), asegura que el destino se le ha presentado con una doble cara. Tenía previsto llegar a Bombay un día después, pero a última hora cambió de planes y se hospedó en el lujoso hotel Taj Mahal, justo la noche anterior a este fatídico episodio. Sin embargo, a pesar de que el destino le había deparado una desagradable sorpresa, asegura que también le ha brindado una segunda oportunidad para seguir viviendo y poder regresar a España.
A Rosa María todavía le tiembla la voz cuando recuerda las horas pasadas junto a su marido en el interior del hotel Taj Mahal durante los atentados. Fue su cónyuge además quien evitó su muerte, ya que, al producirse una de las explosiones -que se registró al lado de ellos-, no dudó en abalanzarse sobre ella para tratar de minimizar los impactos de la metralla y los disparos lanzados por todos los rincones del hotel. Sin embargo, Rosa y su marido no pudieron evitar salir maltrechos de esta situación y en pocos segundos la sangre que derramaron formó un inmenso charco.
"Al principio creí que sólo eran cristales, pero luego me di cuenta de que era más grave", precisa esta cordobesa de 66 años al narrar el momento. En total, según precisa ella misma en una entrevista concedida a este periódico, recibió 50 impactos de metralla en la parte izquierda del cuerpo. "Tengo afectados desde los dedos del pie hasta el hombro, el pecho y el brazo, pero, al menos, conseguí salir con vida", destaca.
A su juicio, los momentos más desagradables fueron justo después de la bomba que explosionó junto a ellos, ya que durante más de una hora permaneció sobre un charco de sangre con su marido y temiendo lo peor. "Disparaban de todos lados y era imposible salir de allí", explica Rosa María, quien continúa que, al final, dos policías armados con metralletas se acercaron a ellos y los sacaron de allí "a empujones y de mala manera, porque no había otra forma de hacerlo".
"El desconcierto fue total, pero tampoco hemos tenido tan mala suerte después de todo lo que podía haber ocurrido", destaca esta cordobesa afincada en Barcelona. La mayor parte de sus pertenencias -equipaje, ordenador y objetos personales- siguen en el hotel, pero ella gana en tranquilidad a medida que pasan las horas. Ayer salió de la UCI y espera que su marido, con daños en uno de sus pulmones como consecuencia, lo haga en los próximos días. Además, uno de sus hijos ya ha llegado a Bombay y el otro lo hará entre la jornada de hoy y la de mañana, según la información facilitada a este periódico por la propia Rosa María.
"Nos han dicho que en el plazo de diez días podemos abandonar el país y salir para España, pero no voy a olvidar lo que he pasado en estos días", concluye.
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