La comunidad internacional aumenta la presión sobre el régimen de Damasco
convulsión en el mundo árabe Más de 2.500 sirios han huido a Turquía en los últimos días
El Consejo de Seguridad debate un texto de condena al que se oponen Rusia y China
El régimen sirio afrontaba ayer nuevas presiones internacionales -con una eventual condena en el Consejo de Seguridad- para obligarlo a detener la sangrienta represión del movimiento de oposición popular, en vísperas de una nueva jornada de protestas.
La violenta intervención del Ejército estos últimos días en Yisr al Shagur provocó la huida hacia la vecina Turquía de más de 2.500 sirios que evocaron la actuación brutal de las fuerzas de seguridad contra los habitantes desarmados.
A pesar de las protestas, la presentación en el Consejo de Seguridad de la ONU de un proyecto de resolución que condena la represión, el éxodo de habitantes y la elevada cantidad de víctimas, el régimen de Bashar al Asad persiste en su voluntad de represión.
Según un militante de defensa de los derechos humanos, al menos 60 camiones que transportaban tanques y blindados, así como más de 10 vehículos de transporte de tropas, partieron la noche del miércoles desde Alep en dirección de Yisr al Shagur, a 300 kilómetros al norte de Damasco. Un manifestante murió y seis resultaron heridos en la ruta principal entre Alep e Idleb cuando lanzaban piedras contra el convoy, agregó.
Entre tanto, la comunidad internacional se esforzaba para obligar al régimen a poner fin a la represión, que dejó al menos 1.100 muertos desde el comienzo de las protestas el 15 de marzo mientras que unas 10.000 personas fueron arrestadas y miles huyeron hacia el Líbano y Turquía.
"La actitud de Siria es inaceptable. No se puede seguir masacrando a la población civil con el pretexto de que esa población aspira a más libertad y más democracia", declaró el ministro francés de Relaciones Exteriores Alain Juppé al margen de la reunión del Grupo de Contacto sobre Libia en Abu Dabi.
Ante numerosos "informes alarmantes sobre los constantes esfuerzos del Gobierno sirio para aplastar despiadadamente las manifestaciones civiles", la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, instó a las autoridades de Damasco a "cesar sus ataques contra su pueblo".
Por su parte, el Consejo de Seguridad empezó a debatir el miércoles un texto que condena a Siria con el respaldo de EEUU. Las potencias europeas presionaron al Consejo para que condene a Damasco, en tanto Rusia y China expresaban una fuerte oposición.
Rusia repitió que "se opone a toda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria", declaró Alexander Lukachevich. "Desde nuestro punto de vista, la situación en ese país no es una amenaza para la seguridad y la paz en el mundo", agregó. Una resolución de ese tipo podría provocar "una escalada violenta aún mayor" en Siria, recalcó.
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