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Un centenar de muertos y 200 rescatados en una nueva tragedia en la costa libia

La mayoría de los tripulantes huían de la guerra en Siria y del África Subsahariana. Los guardacostas aún peinan la zona, ya que se cree que alrededor de cien personas más estarían desaparecidas.

Mohamad Abdel Malek (Efe)

28 de agosto 2015 - 12:38

Trípoli (Libia)/Pese a la precariedad de sus medios, los servicios de guardacostas libios lograron rescatar a unas 200 personas que naufragaron la noche del jueves en el Mediterráneo cuando trataban de huir de la guerra y la desesperanza en sus países de origen. Los barcos libios también sacaron del mar un centenar de cadáveres de personas que se ahogaron cuando viajaban a bordo de las dos embarcaciones en mal estado que se hundieron frente a las playas de la ciudad septentrional de Zauara, bastión de las mafias.

"Uno de los barcos llevaba a 400 personas (el otro 50). Cerca de 200 de ellas procedían de campos de refugiados en la provincia de Trípoli", explicó Basam Gharabli, responsable de inmigración en la ciudad de Sabratha. Gharabli confirmó, asimismo, que otras unidades aún peinan la zona, ya que se cree que alrededor de cien personas más estarían desaparecidas. Aquellos que lograron esquivar la muerte han sido trasladados ya a un centro de acogida en la ciudad septentrional costera de Sabratha, vecina a Zauara y situada a unos 200 kilómetros al oeste de Trípoli, agregó. Muchos de ellos eran mujeres y niños, y en su mayoría procedían de países del África Subsahariana, precisó el portavoz de los servicios de aduana e inmigración de Zauara, Anwar Abu Deeb. El responsable reveló que las autoridades de la zona han lanzado una operación policial para tratar de neutralizar la actividad de las mafias que trafican con personas y que ya se han practicado varias detenciones.

Pero se quejó de falta de material logístico para los rescates y de acogida de inmigrantes y ayuda por parte de Europa. "No podemos saber cuántas embarcaciones de este tipo han partido del norte de Libia ya que toda la operación se hace al abrigo del secreto", afirmó Abu Deeb, quien opinó que la falta de cooperación entre los guardacostas de Italia y Libia beneficia la actividad de las mafias. "Italia recibe apoyo y los barcos y los equipos necesarios para hacer frente a la inmigración ilegal, pero Libia no recibe nada. Este asunto debe ser abordado con seriedad" si se quiere acabar con la actual situación, agregó.

Al hilo de estas críticas, Abu Deeb insistió en que Libia "quiere una colaboración real con los países del sur de Europa". "Los que trabajan en el servicio de guardacostas libio tienen la sensación de estar trabajando para proteger a Europa y, al no recibir ni apoyo ni equipos, se sienten frustrados" y eso afecta "a las operaciones de rescate" y a la lucha contra la inmigración en una nación también debilitada por la guerra, agregó.

Libia es un Estado víctima del caos y la guerra civil desde que en 2011 fuerzas rebeldes apoyadas militarmente por la comunidad internacional lograron derrocar el régimen tiránico de Muamar al Gadafi. Desde entonces, el país está dividido, con un Gobierno rebelde en Trípoli y otro internacionalmente reconocido en Tobruk, que luchan por el control de los recursos naturales apoyados por miembros del antiguo régimen gadafista, islamistas, líderes tribales y señores de la guerra. El enfrentamiento es aprovechado por los grupos yihadistas para ganar influencia y territorio, pero también por las mafias dedicadas a la inmigración irregular a Europa, que este año han conducido a la muerte a más de 2.500 personas en el Mediterráneo, según datos de la ONU.

Naciones Unidas asegura que 310.000 personas más han logrado alcanzar islas griegas e italianas en lo que va de 2015, cifra que supone un gran aumento si se compara con las 219.000 que arriesgaron su vida con éxito en 2014. De ellas, unas 200.000 entraron por Grecia y alrededor de 110.000 por Italia, precisó la portavoz de Acnur, Melissa Fleming.

La de este viernes es la segunda tragedia humana que padece el Mediterráneo en las últimas 48 horas, después de que el miércoles un barco sueco se topara con otra embarcación que había salido de Libia y navegaba a la deriva con 51 personas muertas en su interior. El Poseidon logró, no obstante, rescatar con vida a cerca de 400 personas más, que trasladó después al puerto italiano de Palermo. Según cifras de organismos internacionales, cerca de 5.000 personas han sido salvadas de las aguas mediterráneas en los últimos siete días.

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