Los burros golean al elefante
Elecciones en Estados Unidos
Los demócratas son legión en Andalucía ante una exigua representación republicana
Seis estadounidenses aportan su visión de una cita convertida en un plebiscito a Trump
Mike, Michael, Christina, Karen, Meghan, Dan, Kevin, John, Douglas, Pete... Los estadounidenses que residen en Andalucía son azules, votan demócrata, como la mayoría de ellos que viven en la vieja Europa. "Siempre digo que no conozco a republicanos fuera de EEUU, no suelen vivir fuera de Oklahoma", resume con gracia Enrique Parrilla, ingeniero con doble nacionalidad que pasó tres lustros al otro lado del charco y que llegó a presidir en España el partido simbolizado por un burro. Y lleva (buena) parte de razón.
No hay republicanos o no lo admiten abiertamente, menos aún desde que Donald Trump se aloja en la Casa Blanca. Los demócratas, en cambio, van a pecho descubierto. De la media docena de voces para este reportaje, sólo uno ha elegido al partido del elefante;de los otros cinco, dos ex republicanos, dos demócratas y un abstencionista. Extrapolando este resultado a las elecciones de Estados Unidos, Joe Biden arrasaría con un 80% de los votos.
La pasada semana circuló en grupos de Whatsapp yanquis que los republicanos no habían encontrado ningún orador en España para un debate virtual sobre los comicios con un rival demócrata y tuvieron que recurrir a un estadounidense que está en Francia... No está bien visto votar a Trump e incluso una empresaria optó por no participar en este reportaje para no ser acusada de facha.
Sí se prestó Mitch Jarmell, profesor de Secundaria de 60 años, que entra al trapo cuando se le pregunta con guasa si ve cincelada la cara de Trump en el Monte Rushmore de Dakota del Sur junto a los ilustres presidentes George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt. "Es pronto, hay que darle un segundo mandato y luego verlo con perspectiva histórica porque eso es la Champions League".
Estas quincuagésima novenas elecciones presidenciales en el país de las barras y estrellas no se ciñen sólo en un duelo entre rojos –republicanos– y azules –demócratas–, sino más bien es un plebiscito a Trump, el multimillonario empresario neoyorquino que hizo buena la distopía de Los Simpson y se convirtió por sorpresa en noviembre de 2016 y tumbando los sondeos –en perjuicio de Hillary Clinton– en presidente del país más poderoso del mundo. Estos comicios los tiene de antemano perdidos, dicen todas y cada una de las encuestas que se han publicado en una nación a la que le encanta medirlo todo. Ohio, ese estado que sirve de laboratorio electoral, da por bien derrotado a Trump. Pero...
El magnate lucha contra los sondeos y contra una legislatura que, al menos vista desde el prisma europeo, ha tenido más sombras que luces. Su trayectoria en la Casa Blanca, a golpe de tuit diario desde primera hora de la mañana, ha estado jalonada de polémicas como el muro con la frontera mexicana, la injerencia rusa en las elecciones anteriores que desembocó en un frustrado impeachment –proceso de destitución–, dimisiones por doquier (Jim Mattis, James Comey, John Bolton...), protestas por su intervencionismo en la judicatura, como en el reciente nombramiento de la magistrada Barrett para el Supremo, racismo, guerra comercial con China, subida de aranceles a productos europeos, dudosa gestión de la pandemia...
Da igual. Hasta el más recalcitrante demócrata prefiere no cantar victoria hasta que Biden sume 270 delegados o más. Mitch Jarmell, en cambio, tiene fe en su candidato. "Yo creo que hay partido y que va a ganar Trump. Sólo hay que ver el entusiasmo de la gente en sus mítines y los actos demócratas están vacíos incluso con Obama. Considero que los intereses de la clase trabajadora están más recogidos en el programa del Partido Republicano y hay mucho voto de afroamericanos y latinos que se va a ir a Trump", argumenta este profesor de Pensilvania de 60 años que trabaja en Sevilla. "Por cierto, decían que iba a ser un loco guerrero y ha sido todo lo contrario:no se ha metido en ningún conflicto armado, ha fomentado la paz en Oriente Próximo, no ha habido lanzamientos de misiles de Corea del Norte cuando parecía inminente, ha sido muy cuidadoso para no entrar en otra guerra de Iraq...".
Como los ex fumadores, los desengañados en política suelen hacer más sangre que quienes juran fidelidad a una causa. A Douglas McClure no le duelen prendas en reconocerlo: "El Partido Republicano me ha dejado a mí porque ya no es lo que era, no me considero de ellos", justifica este maestro de 64 años nacido enOregón y criado en Kansas City que llegó a España en el 83. "No voté a Trump en 2016 y ahora he apostado por Biden. El Partido Republicano se ha convertido en un monstruo. Estados Unidos está mucho peor que hace cuatro años. Trump va a perder a lo grande y va a protestar mucho. Pero él nunca ha querido ser presidente, ni lo quiere ser, y se hará aún más rico con su imperio mediático o montará su propio partido. Aunque a lo mejor acaba en la cárcel...", prevé Doug.
"Con Trump se ha radicalizado el partido, aunque no representa a la mayoría. Hemos perdido mucha influencia en el mundo por decisiones caprichosas. Ningún país considera a EEUU ya un líder. Trump ha beneficiado a Israel y a Arabia Saudí, que se han aprovechado de que hay un idiota en la Casa Blanca.Me encanta Biden porque es muy centrista", zanja.
Nacido en Princeton (Nueva Jersey) y con residencia en Austin (Texas), Peter Sánchez (1987) tiene doble nacionalidad y ha pasado más de una década entre Ronda –donde vuelve a ver a la familia–, Sevilla y Córdoba. ¿Se ha puesto Peter para no llamarse como el presidente español? "Jaja, no, no. Soy Peter, aunque Pedro Sánchez es un nombre difícil de llevar ahora en España...". Director de un fondo financiero, su bolsillo se decanta por una papeleta y su cabeza por otra. "Trabajo en Finanzas y me convienen más los republicanos, pero en estas elecciones he cambiado y he votado a los demócratas. No puedo elegir a Trump por conciencia, estamos viviendo un momento como nunca he visto, con el país muy dividido. Este hombre es una persona inestable y aunque no soy fan de Biden, lo prefiero para que todo vaya mejor".
John Julius Reel no va con los rojos ni con los azules. Abstencionista. Este neoyorquino de 54 años imparte clases de matemáticas e inglés en la capital andaluza. "Hay más motivos que nunca para no votar", argumenta. Ni critica tanto a Trump como tantos otros ni alaba la figura de Biden. Más bien lo contrario. "Los demócratas han perdido una gran oportunidad de elegir un aspirante con más integridad y personalidad para enfrentarse a un rival que aunque, parezca un payaso, tiene carácter e identidad. Biden es un blandengue, un muñeco que va a hacer lo que quiera su partido, que ha preferido no arriesgarse", apunta Reel, quien entiende que los demócratas "cambiaron de rumbo con Clinton, cuando empezaron a buscar el dinero de los lobbies en vez de defender los derechos de la clase media-baja. No hay ningún candidato que merezca el voto en este circo", subraya.
Enrique Parrilla, 49 años, ingeniero y empresario del mundo editorial, es demócrata de los pies a la cabeza. Nacido en Barcelona y residente en Sevilla, pasó 15 años en Texas desde que llegó a estudiar Bachillerato. "Ha habido una corrupción del concepto republicano en los últimos años y no es justo llamar republicano a Trump. Su partido se ha convertido en un burdel que se vende a la ideología que diga él. Hasta el almirante William H. McRaven, republicano convencido y que lideró la operación para capturar a Ben Laden, escribió en The Wall Street Journal que votará a Biden porque Trump es la mayor amenaza para la democracia en Estados Unidos".
¿Un pronóstico? "La última vez metí tanto la pata... Puse de descerebrado a cualquiera que pensara que Trump podía ganar y mi ejemplo fue como si en España hubiera gobernado Jesús Gil, que el sistema no lo iba a permitir", recuerda Parrilla, quien cree que para el planeta sería mucho mejor la llegada de Biden: "Ya dijo Merkel que Europa se siente desamparada con Trump. La llegada de Biden nos afectaría para bien en cuestiones como el cambio climático, la relación con la OTAN, mantener a raya a China y Rusia...".
Neoyorquino de Brooklyn, Dan Kaplan (1960) aterrizó en España hace 34 años. Guitarrista y profesor de música, Biden se le queda a la derecha. Su ideología va más pareja a la de Bernie Sanders. "He votado siempre demócrata, mi familia es de tradición liberal. Mi abuelo era un socialista emigrante de Rusia que organizaba a trabajadores del textil y mis padres son periodistas liberales. Me entusiasma más Sanders que Biden porque tiene un programa contundente en cuanto al cambio climático, la Seguridad Social... Pero, sí veo que Biden es capaz de ganar bien a Trump y puede ser una buena elección porque la derecha tendría más balas contra Sanders para llamarlo radical o un comunista. Hay que quitar a Trump de en medio porque está destruyendo el país y haciendo añicos la democracia".
Barrunta Kaplan que no debe haber sorpresas: "Mucha gente votó a Trump con la nariz tapada en 2016 y no querrán tirar los dados otra vez. Además, la izquierda está más motivada que entonces".
Los burros, es palpable, en Andalucía golean al único elefante.
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