El agridulce hallazgo del cartel de Auschwitz
La policía sólo ha tardado tres días en atrapar a los ladrones del letrero de entrada al campo, pero ha sido dañado y cortado en tres piezas.
Tras la conmoción y la rabia por el robo, en Polonia no sólo se respira alegría y alivio. La policía tardó sólo tres días en atrapar a los ladrones del letrero "Arbeit macht frei" (el trabajo libera) de la entrada del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz. Los agentes encontraron la placa, símbolo mundial del terror nazi y del Holocausto, en un bosque en Czernikowo, entre Thorn y Wloclawek, escondido entre ramas y nieve. Después de que se investiguen las huellas, el histórico letrero regresará al lugar que ocupaba.
El portavoz del museo, Jaroslaw Mensfelt, confesó que se siente aliviado, mientras que el presidente polaco, Lech Kaczynski, alabó la actuación de la policía y felicitó a los investigadores por su labor para aclarar ese "vergonzoso acto".
Pero el hallazgo tuvo también un regusto agridulce: el letrero de acero había sido cortado en tres piezas y dañado. Para los encargados de su conservación, comienza ahora una carrera contra el tiempo: Se espera que el 27 de enero acudan al tristemente famoso lugar destacados políticos polacos y extranjeros para conmemorar el 65º aniversario de la liberación de los presos supervivientes, en 1945. Y no se sabe si para entonces a la entrada de Auschwitz podrá colgar el letrero original, en lugar de la copia que se ve ahora. En circunstancias normales, los trabajos podrían prolongarse meses, pero se trata de un caso especial, dijo una empleada del museo.
Para la policía polaca, esta misión era "una cuestión de honor", subrayó el portavoz de la policía de Cracovia, Dariusz Nowak. "Es un éxito", dijo sobre el trabajo de sus colegas. Decenas de agentes buscaron sin descanso a los ladrones, ayudados por los indicios que aportó la población. De la recompensa de 115.000 zloty (unos 27.000 euros) no mencionó nada. Al parecer, se aportaron más de 100 pistas.
Desde el principio, Polonia sufrió la presión de la opinión pública internacional. Israel y organizaciones judías exigieron una explicación rápida y el diputado de la gobernante PO Jaroslaw Gowin señaló incluso que el objetivo de los ladrones podría ser presentar a Polonia como un país antisemita. "En el mundo se nos ve como una banda de ladrones", dijo ante las cámaras una joven polaca. Pero según las primeras investigaciones, a los ladrones les movía el dinero, no la ideología. Los medios especulan con que pudo ser un "coleccionista chiflado" quien solicitara el robo vía Internet.
Con todo, en medio de la alegría por la captura de los delincuentes se perfila también un tono reflexivo. Este acto pone de manifiesto que para algunos Polonia ya no es sagrada, lamentó el ministro para la Protección del Patrimonio, Andrzej Przewoznik. En este país tan duramente castigado por la Segunda Guerra Mundial, que dejó millones de muertos, lugares como Auschwitz eran tabú.
Aunque habrá que esperar a que los investigadores aclaren cómo los ladrones consiguieron hacerse con el letrero sin ser vistos por los guardias y burlando el servicio de vigilancia electrónico, el robo ya ha abierto el debate sobre la seguridad en el histórico lugar. Una superficie de 200 hectáreas con cientos de restos y ruinas históricas.
Auschwitz no es un "museo normal", dijo Przewoznik. En su opinión, otros países europeos también deberían compartir la responsabilidad sobre su mantenimiento. Es necesario encontrar financiación para que el lugar se mantenga para futuras generaciones, añadió. Por eso, no es el único que tiene muchas esperanzas puestas en la recién creada fundación Auschwitz, destinada a financiar la renovación del lugar, en la que también colaborará Alemania. Para el vicepresidente del consejo internacional de Auschwitz, Stefan Wilkanowicz, el reciente robo también tiene aspectos positivos: gracias a ello se ha divulgado el significado del lugar, dijo este publicista católico en la radio polaca.
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