La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
El régimen sirio reconoció ayer que tiene armas químicas y amenazó con usarlas en caso de una intervención militar en el país, aunque dijo que nunca las utilizaría contra civiles, el mismo día en que seguían los combates entre el Ejército y los rebeldes en Damasco y Alepo.
En tanto, y como se esperaba, Siria rechazó la propuesta de los países árabes para una salida negociada del presidente Bashar al Asad para evitar la violencia que ya dejó más de 19.000 muertos en 16 meses de revuelta contra su régimen.
La comunidad internacional sigue siendo incapaz de adoptar una posición común frente a la situación, por lo que los países europeos decidieron reforzar sus sanciones para controlar mejor el embargo de armas.
Europa y EEUU también anunciaron más ayudas para los países vecinos de Siria, donde ya hay más de 120.000 refugiados
En Damasco, donde se suceden los combates desde hace una semana, al menos 23 personas, algunas con marcas de tortura, murieron el domingo "ejecutadas" por miembros del Ejército en varios registros, aseguró el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en el Reino Unido.
Dieciséis hombres, en su mayoría menores de 30 años, murieron en el elegante barrio de Mazze, en el oeste de la capital, durante esos registros, indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH, que no pudo precisar si se trataba de civiles o rebeldes. Otros siete hombres fueron ejecutados en el barrio de Barze. Según el OSDH, algunas víctimas tenían la cabeza aplastada por un vehículo, mostraban golpes evidentes de bayoneta en el cuerpo o tenían las manos atadas.
En la tarde de ayer habían muerto 18 personas, según un balance provisional del OSDH.
Ayer, el régimen reconoció que dispone de armas químicas pero que sólo las utilizará en una "agresión extranjera". "No se utilizarán armas químicas o no convencionales contra nuestros propios ciudadanos. Esas armas sólo serán utilizadas en caso de agresión extranjera", dijo Jihad Makdesi, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, reconociendo por primera vez que Damasco dispone de este tipo de armas.
El domingo, la Casa Blanca advirtió que considera responsable al régimen de mantener bajo seguridad su arsenal de armas químicas. Israel dijo, por su parte, que no "aceptará" que las armas químicas caigan en manos del movimiento chií libanés Hezbolá.
Por su parte, el Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal formación opositora, pidió a los rebeldes que continúen luchando para "liberar" Damasco y Alepo y aseguró que el régimen "se tambalea" pero "no se rendirá fácilmente", según su portavoz, George Sabra.
"Lo que pasa en Damasco, Alepo y otras ciudades sirias desde hace varios días es una etapa crucial para establecer una nueva fase en la historia de nuestro país y de la región", añadió en un comunicado.
En Damasco se observaba ayer una gran columna de humo sobre el barrio de Mazze, donde los enfrentamientos siguieron durante parte de la noche. El Ejército también desplegó nuevas tropas y realizó registros en Mazze, Nahr Aiche y Kafar Suse, según el OSDH.
En Alepo, la capital económica siria, seguían ayer los enfrentamientos entre Ejército y rebeldes, después de que el viernes el Ejército Sirio Libre (ESL), formado por desertores y civiles armados, tomara el control del barrio de Salahedin, en el oeste de la ciudad.
Homs (centro), símbolo de la revuelta, y Rastan también fueron bombardeadas por helicópteros del Ejército, según la oposición.
La situación en las fronteras de Siria, donde Ejército y rebeldes se disputan el control de los pasos fronterizos, preocupa a los países vecinos, entre ellos Jordania, que quiere evitar cualquier tipo de "infiltración". Turquía también reforzó su dispositivo en la frontera y desplegó baterías de misiles tierra-aire en Mardin (sureste), el mismo día en que decidió llamar a consultas a su cónsul en Alepo.
Los rebeldes controlan un puesto fronterizo vital con Iraq y otros tres en la frontera con Turquía.
Según las cifras del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) del 18 de julio unos 120.000 refugiados libios están en Jordania, el Líbano, Turquía e Iraq.
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