Seguimiento desigual en la huelga general convocada en Bahréin
Los ciudadanos están a la espera de que comience ese diálogo del Gobierno con la oposición para buscar soluciones a las demandas políticas presentadas durante las protestas.
Manama/Bahréin vive este domingo una nueva jornada de protestas políticas, con una huelga general convocada por la oposición que está teniendo un seguimiento desigual, mientras se está a la espera del diálogo nacional convocado por las autoridades.
Las protestas, que estallaron el pasado 14 de febrero al calor de las revueltas populares de Túnez y Egipto, han causado media docena de muertos y obligado al Ejército a desplegarse por las calles de esta capital para reforzar la acción de la policía.
Las escuelas de Bahréin mantuvieron este domingo cerradas sus puertas, y también se notó un cierre parcial en empresas de servicios y algunos sistemas de transportes han suspendido sus operaciones, pero la convocatoria a la huelga no ha logrado paralizar todo el país.
Mientras, se mantienen grupos de manifestantes en la plaza de la Perla, en el centro de esta capital y epicentro de la revuelta de este pequeño país del golfo Pérsico, de 727 kilómetros cuadrados y tan sólo un millón de habitantes, la mitad de ellos extranjeros.
La policía se retiró este sábado de esa plaza, que estuvo custodiada en los últimos días por las fuerzas de seguridad y el Ejército.
Por otra parte, se está a la espera de que comience ese diálogo nacional con grupos de la oposición que ha convocado el Gobierno con el fin de buscar una solución a las demandas políticas presentadas durante las protestas.
Este diálogo, sin embargo, no cuenta con las simpatías de los manifestantes que se encuentran en la plaza Lulu, y los principales grupos de la oposición no han dicho tajantemente que estén dispuestos a participar en él, aunque tampoco lo han rechazado.
Aparte de la concentración en esa plaza, hoy no se registraban manifestaciones en esta capital y en otras localidades de este pequeño archipiélago.
Entre las reformas que se persiguen se encuentra la eliminación del privilegio real para designar la mitad del Parlamento y que se amplíe la participación política de la mayoría chií, gobernada por una minoría suní.
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