Sahel, el Afganistán africano

conflicto en Malí Las raíces profundas de la rebelión de los tuareg

La región desértica más extensa del mundo acoge a milicias armadas, yihadistas y contrabandistas que en los últimos meses se han hecho con el control político

Un grupo armado en los aledaños de la ciudad tuareg de Tombuctú.
Sergio Rodrigo / Sevilla

29 de abril 2012 - 05:03

La región africana del Sahel es en la actualidad un cruce de caminos por el que transitan grupos de diferente naturaleza, entre los que se incluyen tanto grupos yihadistas, algunos de ellos vinculados a la rama magrebí de Al Qaeda como otros desvinculados de dicha rama; el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África del Oeste (Mujao), que tiene en sus manos a los dos cooperantes españoles y una italiana secuestrados en Tinduf; organizaciones de carácter étnico vinculadas a la población tuareg, como el Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA), así como grupos dedicados al contrabando y otros dedicados al tráfico de droga.

Todos estos grupos se dan cita en una de las zonas más inestables, tanto política como socialmente, lo que ha desembocado en una crisis política en Malí, ya que tras el golpe de Estado de un grupo de militares, los independentistas del MNLA proclamaron la independencia del Azawad (norte de Malí).

Los tuareg son el pueblo autóctono del desierto del Sahara, que está rodeados por la llegada de los árabes por el norte y las tribus subsaharianas por el sur. Históricamente han habitado la región del Sahel como nómadas, pastando en países como Malí, Níger, Argelia, Mauritania o Libia. En la actualidad no todos los tuareg continúan siendo nómadas, existen poblaciones tuareg que se han sedentarizado y se dedican principalmente a actividades agrícolas y ganaderas.

Durante más de sesenta años las revueltas tuareg se han producido en los países donde se albergaban estas comunidades, pero especialmente su último conflicto tuvo lugar en el norte de Malí que se extendió a Níger y desembocó en una guerra de cinco años, que culminó tras un acuerdo de paz acordado con los países vecinos y Francia en el año 1995.

"Las reivindicaciones tuareg han sido de tipo social, denunciando su marginalidad; de tipo político, derecho a ocuparse y decidir sobre sus propios asuntos; e identitarios, es decir rechazo a que la identidad tuareg sea destruida por las políticas de arabización del Estado" asegura Ángela Suárez, investigadora del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Las reivindicaciones de los años noventa fueron "políticas, ya que los tuareg buscaban su derechos al autogobierno", afirma.

En esta ocasión, los grupos tuareg, especialmente los integrantes del MNLA, se han beneficiado de facciones étnicas provenientes de Libia fuertemente armados, que les llevaron el pasado 6 de abril a la independencia del territorio del Azawad, después de tres meses de duros enfrentamientos contra las fuerzas gubernamentales de Malí que quedaron en jaque tras el golpe de Estado.

La independencia de este territorio preocupa fuertemente a los estados vecinos y a los países occidentales ya que los contrabandistas y yihadistas pasean libremente por la región, y un nuevo Estado no genera la confianza que necesitan para estabilizar la región.

"La región tiene hoy una importancia mayor para los gobiernos occidentales debido a la presencia de esos grupos yihadistas, y la posibilidad de un contagio de levantamientos a lo largo del Sahel preocupa sin lugar a dudas", comenta la investigadora de la UAM.

Mauritania y Argelia, fuertes aliados de Francia, se han reunido para analizar la situación y aunque han anunciado que no actuarán militarmente sí han comunicado que están preparados, algo que preocupa fuertemente a los vecinos europeos, ya que la expansión del salafismo hace pensar en la Afganistán africana.

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