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Rumbo a la incertidumbre

la salida de la UE lleva un plus de inquietud a Málaga, con más de 56.000 británicos empadronados y un 30% del turismo dependiente del Reino Unido

Encarna Maldonado Málaga

25 de junio 2016 - 05:03

"El pueblo británico ha decidido democráticamente salir del Tratado de la Unión Europea. Acaba de dejar su futuro y el de sus hijos en manos de políticos xenófobos". "¿Qué pasará con nuestra jubilación, con nuestros ahorros, con nuestra contribución a la Seguridad Social? ¿Necesitaremos visado? Las inquietudes que asaltan a José Guerrero, azafato de una gran compañía aérea británica con sede en Londres, dibujan a la perfección las incertidumbres jurídicas, económicas y políticas del Brexit. ¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Cuál es el futuro de los británicos que viven de hecho o de derecho en Andalucía? ¿Y de los españoles emigrados a las islas británicas? ¿Qué consecuencias tendrá para el turismo? ¿Y para las exportaciones? ¿Cómo afectarán las turbulencias financieras? ¿De qué manera se podrán ver afectados municipios como Benahavís, con un 40,6% de población británica?

La catedrática de Derecho Internacional de la Universidad de Málaga Ana Salinas recuerda las palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker: "Out is out". Sin marcha atrás. Por primera vez en la historia se aplicará el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que establece los mecanismos de desconexión. Ese artículo indica que la salida se hará efectiva en el plazo máximo de dos años, prorrogables a iniciativa del Consejo de Europa. Durante ese tiempo se deben negociar los términos de las relaciones futuras.

Ana Salinas señala los efectos comerciales, jurídicos y políticos de la decisión adoptada por los británicos, así como el alcance que tiene en cuestiones tan sensibles como la seguridad. "Sale de Europol y de Eurojust", las dos grandes redes de cooperación policial y judicial, y tampoco forma parte de los países que acatan la euroorden que permite detener en virtud de una orden dictada por cualquier autoridad judicial de la UE. Asesora del comité de expertos en terrorismo del Consejo de Europa recuerda que el Reino Unido es el segundo país europeo del que han partido más combatientes en apoyo a la organización terorrista Estado Islámico. "Justo ahora se negocia una directiva sobre combatientes que el Reino Unido había aceptado". También significa salirse de la acción común contra el crimen organizado. Confía en que el sentido común que ha faltado al activar el Brexit se imponga en la negociación y, por ejemplo, se mantenga el sistema de extradición en los términos actuales, "sin filtros políticos".

Salinas advierte contra el alarmismo, pero también aprecia que el Brexit es "una zona de sombra y de incertidumbres" a escala macro y micro. El escocés Peter Letters llegó a la Costa del Sol hace más de 15 años. Concejal de Extranjería, Promoción Internacional y Comercio de Benahavís (PP), municipio de 8.600 habitantes, de ellos 3.500 británicos, apuesta por la confianza y el sentido común. Cree que el estatus de los 56.128 británicos empadronados en la Costa del Sol no se resentirá, incluidos los derechos políticos que le han permitido votar y ser elegido, el acceso a la sanidad y la educación. No obstante, duda que las condiciones de los últimos que han llegado o de aquellos que en el futuro deseen establecerse en España sean igual de favorables.

El alcalde de La Viñuela, José Juan Jiménez (PSOE), reconoce que le preocupa que pueda cambiar súbitamente el estatus y la capacidad económica del 30% de la población del municipio (611 británicos de un total de 2013 habitantes, según el INE). "Estoy convencido de que aquí son muy felices y no se van a ir. Muchos han hecho campaña por el Brexit, pero siempre en un ambiente muy tranquilo y democrático".

La catedrática de Derecho Internacional, sin embargo, aprecia que todo dependerá de las futuras reglas de juego que se establezcan entre la UE y el Reino Unido, así como de las negociaciones bilaterales entre España y el Gobierno británico. En ese nuevo escenario se determinarán las condiciones de acceso a la asistencia sanitaria, el reconocimiento mutuo de las contribuciones al sistema de pensiones o la imposición de aranceles comerciales.

En cualquier caso, la reacción de los mercados y el comportamiento de la libra es una de las principales incógnitas. De este factor dependerá no solo la estabilidad económica del Reino Unido, sino también de sectores como el turismo. El mercado británico aporta el 34% de los visitantes de Málaga, según el Patronato de Turismo de la Costa del Sol. Este dato significa casi 1,9 millones de personas entre enero y septiembre de 2015. Si la libra se desploma los ingleses perderán capacidad económica para viajar y para invertir. "No será bueno para el negocio inmobiliario de la Costa", se barrunta Peter Letter, aunque también llama a la calma. "La libra ha caído hoy, pero está al nivel de hace unos días. Está claro que habrá mucha volatilidad durante un tiempo".

El resultado del referéndum ha tenido como efecto inmediato una caída histórica de la Bolsa española. El IBEX 35 cerró ayer con un retroceso del 12,5% y la libra perdió ocho puntos frente al dólar en unas horas. El malagueño Ismael Rodríguez Lara, profesor de Economía de Middlesex University London resume el panorama: "Quienes tengan sus ahorros en euros podrán viajar a Inglaterra, pero los ingleses con pensiones en libras que vivan en países del euro se empobrecerán".

Este asunto no es menor en la provincia de Málaga, donde gran parte de británicos afincados en el litoral son jubilados.

Rodríguez Lara coincide en el pronóstico con el profesor de Economía de la Universidad de Málaga Joaquín Aurioles al entrever una estabilización de la libra a medio plazo pero a un tipo de cambio frente al euro inferior al actual. Si el descenso es acusado, esa no será una buena noticia para el turismo de la Costa del Sol. "Al británico le resultará más caro venir", apunta Aurioles. Una depreciación de la libra, además, podrá perjudicar las exportaciones andaluzas, fundamentalmente del sector agroalimentario, sobre todo si además tienen que luchar contra aranceles comerciales. En contrapartida, las exportaciones británicas podrán beneficiarse de un tipo de cambio a la baja.

Aurioles teme sobre todo a la desconfianza. Si el mercado no se fía de los activos británicos y se retira, la libra de depreciará y los británicos serán más pobres. El Banco de Inglaterra, de hecho, ya está al quite de esta cuestión desde el momento en que ha anunciado tener dispuesta una inyección de 250.000 millones de libras.

Mientras el sistema financiero trata de remar en estas aguas turbulentas Rocío Gómez, ingeniera de Montes de Málaga, máster en Secundaria y desde hace ocho meses empleada del sector de la hostelería de Oxford, donde el 70% de los votantes han apoyado la permanencia en la UE, se pregunta qué pasará si algún día su tierra le brinda la oportunidad de volver y "no puedo exportar lo cotizado aquí". Espera regresar antes de dos años, de modo que no le pille la desconexión y pueda salvar sus cotizaciones al sistema británico. Si no es así será "porque haya cambiado de idea y decidido establecerme de forma permanente; imagino que no será difícil para los que llevamos aquí años trabajando, aunque todo son suposiciones".

El Brexit es también una quiebra política para Europa, oxígeno para la ultraderecha y la xenofobia en Europa. Ana Salinas recordaba ayer por la mañana que Le Pen apenas si había tardado unos minutos en reivindicar también un referéndum en Francia.

El azafato José Guerrero, que llegó a Londres en 2002 "antes de la crisis" con su título en Traducción de la Universidad de Málaga bajo el brazo, confiesa se fue atraído por un país que era "un símbolo de sociedad libre, moderna, sin prejuicios" donde convivían "en armonía y respeto" personas de todos los rincones del mundo. Critica que David Cameron haya abierto "la caja de Pandora" con el referéndum . "De repente empecé a escuchar a compañeros decir: 'Yo no soy racista pero hay demasiada gente de fuera de Inglaterra. Los españoles e italianos sois trabajadores pero hay que poner control a los que vienen de Europa del Este', cuando, "como dijo Jo Cox, es mucho más lo que nos une que lo que nos divide".

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