La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El Gobierno británico ha acusado este jueves a los servicios de inteligencia rusos (FSB) de haber intentado "interferir" en la política y los procesos democráticos del Reino Unido a través de operaciones de ciberespionaje.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha responsabilizado en un comunicado al organismo sucesor del KGB de varias filtraciones de información confidencial desde 2015 con el fin de desestabilizar políticamente al Reino Unido. El Foreign Office ha convocado al embajador ruso en Londres, Andrei Kelin, para transmitirle su "profunda inquietud" por los "repetidos intentos" rusos de interferir cibernéticamente en la política británica y de otros países.
Londres cree que una unidad del FSB, Centro 18, es la responsable de las operaciones de ciberespionaje, que fueron ejecutadas por el grupo Star Blizzard, que para la inteligencia británica está subordinado a dicha unidad. Por eso, ha anunciado sanciones contra dos ciudadanos rusos por su implicación en Star Blizzard (también conocido como Callisto Group, Coldriver o Seaborgium): el agente del FSB Ruslan Aleksandrovich Peretyatko y el miembro del grupo Andrey Stanislovich Korinets.
Según el Gobierno británico, el FSB ha dirigido sus actividades contra políticos, funcionarios, periodistas y ONG británicas. "Aunque algunos ataques resultaron en la filtración de documentos, los intentos por interferir en la política y la democracia británicas no tuvieron éxito", ha señalado Exteriores.
El Gobierno británico vincula al FSB con ciberataques contra políticos de todo el espectro parlamentario desde 2015 y con el pirateo de documentos comerciales entre el Reino Unido y Estados Unidos que fueron filtrados antes de las elecciones generales de 2019. También sospecha que estuvo implicado en el pirateo del centro de pensamiento Institute for Statecraft y de su fundador, Christopher Donnelly, que combaten la desinformación, y de otras ONG y periodistas.
El propósito fue siempre "filtrar y amplificar la información en línea con los objetivos de confrontación de Rusia, incluido socavar la confianza en la política en el Reino Unido y otros países similares". El secretario de Estado para Europa, Leo Docherty, ha delcarado previamente en el Parlamento que Rusia "comprometió" conversaciones privadas de políticos de alto nivel con sus operaciones, pero que sus intentos de interferir fueron infructuosos.
"Al sancionar a los responsables y convocar al embajador ruso hoy, exponemos sus intentos malignos de influir y arrojamos luz sobre otro ejemplo de cómo Rusia elige operar en la escena global", ha dicho el ministro de Exteriores, David Cameron. El jefe del Foreign Office ha catalogado los intentos de interferencia de "completamente inaceptables" y consideró que "buscan amenazar nuestros procesos democráticos.
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