La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Corea del Sur y Japón recibieron este lunes con una mezcla de recelo y cautela la propuesta china para una salida negociada a la crisis con el régimen comunista norcoreano, al que Seúl advirtió de que "pagará" futuras provocaciones.
En un discurso televisado, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak,condenó con crudeza el ataque norcoreano que el día 23 mató a cuatro personas en la isla de Yeonpyeong y, por primera vez, se disculpó por la reacción del Gobierno, tachada de blanda y tardía.
Aunque evitó referirse directamente a la iniciativa china de convocar una reunión de urgencia de los países que participan en el diálogo a seis bandas (las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón) para abordar la crisis coreana, el mandatario dejó clara su reticencia a un diálogo en la situación actual.
"Ha llegado el momento de que demostremos nuestra determinación con acciones en lugar de con demasiadas palabras", dijo Lee, que recordó que Seúl cuenta con el apoyo de la mayor parte de la comunidad internacional.
El ataque contra Yeonpyeong, uno de los sucesos más graves entre los dos países vecinos desde el fin de la guerra que las enfrentó (1953), fue calificado de "crimen contra la humanidad" por Lee, que aseguró que Pyongyang "pagará cara" cualquier nueva provocación.
También alejó la posibilidad de reanudar pronto el diálogo para el desarme nuclear norcoreano ya que, a su juicio, tras el ataque contra Yeonpyeong "ya no tiene sentido pensar que el Norte, por sí mismo, abandonará su programa nuclear o su arriesgada política".
China es el principal benefactor y casi único aliado de la dictadura de Kim Jong-il y su propuesta este domingo de convocar a los miembros del diálogo a seis bandas para rebajar la tensión actual ha sido recibida con suspicacias.
También Japón expresó su oposición a esa iniciativa e insistió en que, por ahora, sus esfuerzos se centran en trabajar de cerca con Seúl y Washington en busca de una postura unificada.
Además, insistió en que cualquier decisión sobre la reanudación del diálogo a seis bandas la tomará en coordinación con Estados Unidos y Corea del Sur.
Las negociaciones multilaterales para la desnuclearización de Corea del Norte están estancadas desde diciembre de 2008 por el boicot de Pyongyang, que sin embargo había mostrado recientemente su interés en retomarlas a cambio de compensaciones.
Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados se oponían a reabrirlas y reclamaban a Pyongyang señales concretas de que avanza hacia la desnuclearización, además de que admitiera su papel en el hundimiento de una corbeta surcoreana en marzo.
Por ahora el régimen comunista de Kim Jong-il no ha hecho ningún comentario oficial sobre la propuesta de China y se ha limitado a redoblar sus amenazas contra Corea del Sur por las maniobras que efectúa desde ayer en el Mar Amarillo (Mar Occidental) con EEUU.
Un total de 7.300 militares, de los que 6.400 son estadounidenses, participan en esos ejercicios, que cuentan también con el portaaviones nuclear "George Washington", los 75 aviones de combate que lleva a bordo y una decena de barcos de guerra.
Hoy las operaciones se centraron en ejercicios antisubmarino, entrenamientos con fuego real y simulacros de combates navales y bombardeos aéreos, operaciones que Corea del Norte calificaba de "una grave provocación militar" que puede derivar en una "guerra a gran escala".
Está previsto que las maniobras concluyan este miércoles, el mismo día que comienza una reunión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Kazajistán que será aprovechada por el ministro de Exteriores surcoreano, Kim Sung-hwan, para tratar con EEUU y Rusia la actual crisis.
Según la agencia surcoreana Yonhap, Kim tiene previsto visitar Washington a principios de diciembre para un encuentro trilateral con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y el ministro nipón de Exteriores, Seiji Maehara, destinado a tratar la crisis coreana.
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