Obama busca movilizar a los demócratas con los 'éxitos' en Libia e Iraq
Considera que su país ha renovado su liderazgo en el mundo y ahora se puede centrar en reconstruir Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha apuntado esta semana dos tantos, el fin del régimen de Muamar el Gadafi en Libia y el anuncio del final de la guerra en Iraq para cuando acabe el año, que buscará aprovechar para galvanizar a sus bases.
Obama afirmó que los logros en Iraq, de donde todas las tropas saldrán a finales de año para dar por terminada la guerra, y en Libia con la muerte de Muamar el Gadafi, recuerdan cómo su país ha renovado su "liderazgo" en el mundo. "Ahora la nación que necesitamos construir es la nuestra", subrayó Obama en su habitual discurso de los sábados transmitido por radio e internet.
El mandatario recordó que este viernes anunció "orgulloso" la retirada definitiva de los cerca de 40.000 soldados que aún permanecen en el país árabe, lo que, "tras casi nueve años, pondrá fin a la guerra de Estados Unidos en Iraq". Además, la muerte de Gadafi "demostró que nuestro papel en la protección del pueblo libio para ayudarles a liberarse de un tirano fue el correcto", agregó.
"Estos éxitos son parte de una historia más amplia. Después de una década de guerra, estamos pasando página para seguir adelante con fuerza y confianza", remarcó el mandatario.
El presidente aprovechó también para recordar que ha comenzado ya el proceso de transición en Afganistán, que según lo previsto se completará para finales de 2014.
Todo ello representa, a juicio de la Casa Blanca, la vindicación de una estrategia que Obama ha defendido pese a numerosas críticas, menos tropas sobre el terreno y más uso de tecnologías que conlleven menor riesgo humano y costes económicos, como los aviones espía. Esta postura le había valido numerosas críticas de la oposición republicana, que le acusaba de "liderar desde atrás" y no mostrar la decisión necesaria a la hora de hacer frente a una crisis.
Estos mismos republicanos arremetieron ayer contra el presidente tras el anuncio sobre Iraq.
El aspirante a la candidatura republicana a la presidencia en los comicios del año próximo Mitt Romney, considerado el favorito para hacerse con la nominación, indicó que "el asombroso fracaso en garantizar una transición ordenada en Iraq ha puesto en peligro victorias que se ganaron con grandes sacrificios".
Y el que fuera rival de Obama por la presidencia de Estados Unidos en 2008, John McCain, consideró que la decisión es un revés "perjudicial" para los intereses de Washington en Oriente Medio.
Pero si los republicanos han arremetido contra el presidente, los demócratas han multiplicado sus elogios.
"Alabo al presidente por cumplir una promesa", declaró la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Y si las críticas republicanas en época pre electoral se pueden dar por descontadas, las alabanzas demócratas son más importantes para el presidente.
Frente a unos votantes republicanos dispuestos a acudir en masa a las urnas el próximo noviembre, las bases demócratas se encuentran notablemente menos ilusionadas.
El propio presidente pudo constatarlo esta semana durante una gira por dos de los estados que le apoyaron hace tres años, Virginia y Carolina del Norte, que parecen ahora inclinarse cada vez más hacia el lado republicano.
El recuerdo de que se ha cumplido una de sus principales promesas en la campaña de 2008, poner fin a la guerra en Iraq, puede servir para devolver el entusiasmo a estas bases o al menos eso es lo que espera Obama.
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