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Obama: "Hemos escogido la esperanza en lugar del miedo"

Millones de personas siguieron en el Capitolio la investidura del primer presidente negro de EEUU · En su primer discurso presidencial, Barack Obama pidió "una nueva era de responsabilidad" a los estadounidenses

Obama, ¿un presidente de la paz?
Gonzalo Espáriz (Dpa)

20 de enero 2009 - 16:39

Una nueva era ha comenzado para Estados Unidos y por extensión para el mundo: Barack Obama es ya el presidente 44º de la historia del país norteamericano tras jurar el cargo en el Capitolio de Washington ante una enorme multitud de personas inundadas por la emoción, la excitación y la esperanza.

Obama, de 47 años, juró lealtad a la Constitución con la mano izquierda sobre la misma Biblia que usó en el mismo acto Abraham Lincoln en 1861 y que sostenía su esposa Michelle. Con la palma derecha levantada, el ya presidente repitió el juramento que le leyó el presidente del Tribunal Supremo, John G. Roberts.

La investidura de Obama como el primer presidente negro de la historia del país fue presenciada por un mar de gente congregada en el National Mall, la enorme explanada de más de tres kilómetros de longitud que se extiende desde la fachada oeste del Capitolio y hasta el monumento a Lincoln. Las primeras estimaciones hablaban de dos o tres millones de personas, lo que constituiría un nuevo récord para un evento en Estados Unidos.

En cuanto Obama terminó el juramento, que hizo bajo su nombre completo de "Barack Hussein Obama", Roberts le estrechó la mano y pronunció un simbólico: "Felicidades, señor presidente". La multitud estalló entonces de júbilo gritando, agitando banderas y arrojando objetos al aire mientras sonaban salvas en honor del nuevo hombre más poderoso del mundo.

La alegría fue casi indescriptible: desconocidos se abrazaron como hermanos, familias enteras lloraron y personas se lanzaban al suelo entre carcajadas de excitación, sin importar que la temperatura estuviese bajo cero. Esas mismas personas habían abucheado al presidente saliente, George W. Bush, cuando apareció en las pantallas gigantes de televisión por las que pudieron seguir la ceremonia.

En el palco de autoridades, Obama, habitualmente muy sonriente y distendido, estuvo serio y quieto desde su llegada, e incluso cerró los ojos para meditar mientras el pastor Rick Warren pronunciaba la invocación con la que comenzó la ceremonia.

Si Obama no tenía nervios, se los transmitió Roberts al cambiar el orden de las palabras del juramento. El presidente, conocedor de las 35 palabras, se quedó a mitad de una frase hasta que el juez corrigió. Pero entonces fue el propio Obama el que repitió las palabras en el orden equivocado.

El error pasará a la historia, pero este martes no pasó de la anécdota. Con su asunción, Obama comienza un mandato de cuatro años, que podrá ser constitucionalmente renovado por otros cuatro si gana las elecciones previstas para noviembre de 2012.

Tras el juramento, llegó el esperado discurso, en el que Obama reconoció que ante sí se abre un mandato repleto de desafíos y problemas, entre los que mencionó las guerras de Iraq y Afganistán, la crisis económica, la precaria sanidad, el fracaso escolar y las amenazas contra el medio ambiente. "Allá donde miremos, hay trabajo por hacer", afirmó.

Pero al mismo tiempo, envió un mensaje de optimismo. "Hoy les digo que los desafíos que enfrentamos son reales. Son serios y hay muchos. No serán afrontados fácilmente o en un corto período de tiempo. Pero sepan esto, Estados Unidos: serán afrontados", sentenció.

"Todo esto lo podemos hacer. Y todo esto lo haremos", sentenció, porque su elección supone que los estadounidenses "hemos escogido la esperanza sobre el miedo, la unidad de propósito sobre el conflicto y la discordia".

Una de las primeras cosas que hará, según prometió en su alocución, será "empezar a dejar responsablemente Iraq a su gente, y forjar una paz duramente lograda en Afganistán".

El nuevo presidente estadounidense lanzó específicamente un llamamiento al "mundo musulmán" para "buscar un camino hacia adelante basado en un interés mutuo y un respeto mutuo", prometió ayudar a los "pueblos de naciones pobres" y reclamó a las naciones "que viven en relativa abundancia", como Estados Unidos, que contribuyan a mejorar el mundo.

El hasta ahora senador por Illinois concluyó su discurso con un llamamiento a la posteridad: "Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más la corriente helada, y soportemos cuantas tormentas vengan. Que los hijos de nuestros hijos digan que cuando fuimos puestos a prueba rechazamos permitir que este viaje terminase, que no nos dimos la vuelta ni fallamos. Y que con los ojos fijados en el horizonte y con la gracia de Dios sobre nosotros, llevamos hacia delante ese gran regalo de libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras".

Después Obama, acompañado de su esposa y ahora primera dama, Michelle, despidió desde la fachada este del Capitolio a Bush y su esposa Laura, que se marcharon en un helicóptero del cuerpo de Marines hacia la base aérea de Andrews, para tomar allí un vuelo a Texas, el lugar de su retiro.

Los Obama, acompañados del nuevo vicepresidente, Joe Biden, y de su esposa Jill, esperaron hasta que el helicóptero de los Bush desapareció en el horizonte para darse la vuelta y emprender su propio camino. Instantes después, el nuevo presidente firmó sus primeras órdenes, entre ellas las del nombramiento de su Gabinete. La era Obama ha comenzado.

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