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Nerviosismo en el Gobierno británico a diez días del referéndum de Escocia

La libra cae tras los sondeos que dan la victoria al sí en la votación. El primer ministro admite que no hay un plan de contingencia si Escocia vota abandonar el Reino Unido.

El no amplía su ventaja en los sondeos la víspera del referéndum en Escocia
Patricia Souza (Efe)

08 de septiembre 2014 - 17:06

A diez días del referéndum de Escocia, la libra esterlina caía este lunes mientras el nerviosismo se apodera de los políticos de Westminster, que por primera vez parecen conscientes de que los escoceses pueden votar a favor de la independencia. La divisa británica, muy firme los últimos meses, se depreció un 1% hasta su nivel más bajo desde noviembre de 2013 después de que este fin de semana una encuesta diese por primera vez ganador al sí a la independencia escocesa en la consulta del día 18, tras meses de recortar poco a poco distancia con el no.

El Sunday Times estimó que el 51% de los escoceses votaría por la escisión frente al 49% que se opondría y su dueño, el magnate Rupert Murdoch, señaló que los separatistas manejan porcentajes de entre el 54 y el 46% favorables al sí. Aunque otro sondeo divulgado este fin de semana daba ganador al no por entre el 52 y el 48%, el nerviosismo se ha adueñado del Gobierno británico ante la evidencia de que la distancia entre ambos bandos es corta y que el resultado del referéndum, con enormes consecuencias políticas y económicas, es una incógnita.

El responsable de la campaña por el no a la independencia de Escocia, Alistair Darling, admitió que preveían una disminución de la brecha entre los dos bandos en la recta final, pero opinó que la mayoría de la población escocesa se decantará por mantener la unión con Londres, vigente desde hace 307 años. "Estoy muy confiado de que ganaremos ese día", afirmó el que fuera ministro de Economía con el primer ministro laborista Gordon Brown, que negó que los partidarios del no estén reaccionando con "pánico" y con "un soborno de última hora", como aseveró el ministro principal escocés, el independentista Alex Salmond.

La divulgación del sorprendente sondeo que daba la victoria al sí fue seguida por la promesa de Londres de una mayor autonomía para Escocia, que se traduciría en más poderes para gestionar impuestos y servicios públicos, mientras la élite política de Westminster parecía este lunes despertar del letargo. "Es un camino de sonámbulos hacia la tragedia", resumió Boris Johnson, alcalde de Londres y eterno aspirante a disputar el liderazgo conservador al primer ministro, David Cameron, cuyo puesto podría verse comprometido si triunfa el sí el día 18 aunque insiste en que no dimitirá.

El primer ministro y otros líderes británicos como el laborista Ed Miliband, que defienden la permanencia de Escocia en el Reino Unido, viajarán a esa región en la recta final de la campaña pero, según Downing Street, no hay ningún "plan de contingencia" ante una eventual victoria del sí. "No ha habido ningún cambio. El Gobierno está totalmente centrado en defender que el Reino Unido siga junto y en que Escocia continúe formando parte del Reino Unido", apuntó el portavoz oficial del primer ministro británico.

Cameron pasó el fin de semana en el castillo escocés de Balmoral como invitado de la reina Isabel II, de 88 años y con una postura pública neutral pero que, según han filtrado los medios británicos, está horrorizada con la perspectiva de que Escocia se independice del Reino Unido. La incertidumbre por el resultado del referéndum hizo que la libra bajase a su nivel más bajo en diez meses frente al dólar y el euro, al tiempo que tuvo un impacto negativo en los activos escoceses en la Bolsa de Londres. La divisa caía un 1% frente al euro (1,24) y el dólar (1,6156), su peor nivel desde noviembre de 2013, mientras el banco Royal Bank of Scotland bajaba durante la jornada un 3% y la aseguradora Standard Life se depreciaba un 2%.

La número dos en el gobierno de Escocia, Nicola Sturgeon, consideró que "no es inusual" la oscilación de la divisa durante una campaña política e insistió en que una Escocia independiente funcionaría con la libra esterlina, pese a que los principales partidos británicos son contrarios a mantener la unión monetaria. Para Sturgeon, el viento está a favor del independentismo, que en su opinión se impone a las "tácticas negativas" del bando del no, pero es preciso "no darlo por hecho" y seguir con la campaña "persona a persona en todo el país".

Unos 4,5 millones de escoceses mayores de 16 años están convocados a las urnas el jueves 18 de septiembre para responder si están o no a favor de la independencia de Escocia, la decisión más importante para el Reino Unido en los últimos tres siglos.

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