Muere Fidel Castro a los 90 años

El líder que condujo el destino de Cuba durante casi medio siglo fallece en La Habana tras retirarse del poder en 2006 por una grave enfermedad. La isla decreta nueve días de luto.

Muere Fidel Castro a los 90 años
Lorena Cantó

26 de noviembre 2016 - 06:43

(Efe) la habana/El ex presidente cubano Fidel Castro murió la noche del viernes a los 90 años, generando una profunda conmoción tanto en Cuba como entre los exiliados cubanos y en el resto de América Latina y del mundo. Estuvo 47 años al frente del régimen de la isla.

"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy, 25 de noviembre de 2016, a las 10:29 de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", informó su hermano, el presidente Raúl Castro, vestido con uniforme militar, desde su despacho, en un mensaje televisado.

El mandatario cubano aseguró que los restos de Fidel Castro serán cremados en cumplimiento de la voluntad expresada por su hermano, de quien todavía no se sabe si falleció en su casa o en un hospital. Sus cenizas recibirán sepultura en la ciudad de Santiago de Cuba después de nueve días de duelo oficial en los que recorrerán la isla para que todos los cubanos le despidan hasta su inhumación el 4 de diciembre en Santiago.

Al filo de la medianoche del viernes (madrugada en España), en una alocución transmitida en la televisión cubana, el presidente Raúl Castro, anunció visiblemente emocionado, con tono contenido y "profundo dolor", según sus propias palabras, la muerte del comandante. Y pocas horas después, una nota oficial del Consejo de Estado informaba sobre los detalles de las honras fúnebres y los nueve días de duelo nacional en honor al líder revolucionario, que cumplió 90 años el pasado 13 de agosto y que delegó el poder en su hermano Raúl en 2006 a causa de una grave enfermedad.

"Durante la vigencia del duelo nacional cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares y la radio y la televisión mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica", indicó la nota oficial.

Los cubanos podrán rendir homenaje al Comandante a partir del lunes 28 de noviembre en el memorial José Martí de la Plaza de la Revolución de La Habana, donde se depositarán durante dos días los restos incinerados de Fidel.

En esa emblemática plaza, lugar de eternos discursos de Fidel contra el "imperialismo yanqui", se celebrará un gran acto homenaje antes de que sus cenizas inicien un periplo por toda la isla hasta Santiago de Cuba, en un itinerario que rememora "La Caravana de la Libertad", el rumbo inverso que los barbudos de Sierra Maestra siguieron cuando triunfó la Revolución, en enero de 1959.

El periplo culminará en Santiago de Cuba -considerada cuna de la Revolución porque allí tuvo lugar el asalto al cuartel de Moncada el 26 de julio de 1953, inicio de ese movimiento-, donde tendrá lugar otro masivo acto de masas para decir adiós al carismático líder el 3 de diciembre en la Plaza Antonio Maceo. Las exequias del Comandante serán el 4 de julio en el cementerio de Santa Ifigenia.

Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana. En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Desde su cumpleaños recibió también en su domicilio a otros mandatarios como el presidente de Irán, Hasan Rohaní; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de China, Li Keqiang, y Argelia, Abdelmalek Sellal.

En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro también reapareció y pronunció un discurso con un fuerte sabor a despedida y en el que recordó los motivos que le llevaron a hacerse comunista. "A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos", afirmó Castro en las que fueron sus últimas palabras al pueblo cubano.

La noticia de su muerte pilló por sorpresa a los cubanos, ya que fue dada a conocer sin previo aviso en un mensaje televisado que cortó la programación habitual a medianoche. En La Habana, empezó a mezclarse la sorpresa -o indiferencia- de los más jóvenes con la conmoción de los adultos, en un clima de tranquilidad.

Tras el anuncio, los bares y restaurantes fueron cerrando sus puertas y el tráfico en la ciudad se tornó más intenso que en cualquier noche de viernes, mientras la mayoría de los cubanos iban a sus casas para conocer más datos sobre la noticia.

A la mañana siguiente, las banderas a media asta en todos los edificios públicos de La Habana y las calles con apenas tráfico confirmaban a los cubanos que era real la noticia que todavía muchos no se podían creer. "Fidel forma parte de nuestra vida, yo tengo los mismos años que la Revolución y aunque es ley de vida, nunca pensamos que llegaría este día", afirmaba una vendedora de un mercado.

Algunos turistas sentían que estaban viviendo un momento histórico, de los que no salen en las postales sino que se convierten en experiencias que se contarán siempre en el futuro.

"Nunca habíamos estado aquí antes y queríamos ver Cuba, antes de que esto cambiase, pero la verdad que nos ha desbordado la situación, todo el día nos llaman familiares y amigos para preguntarnos", aseguró una turista española en la puerta de un céntrico hotel.

En el Malecón, el tradicional paseo marítimo de La Habana, unos niños entrenaban al béisbol con normalidad, como hacen cada sábado. En cambio, los espectáculos públicos fueron suspendidos durante el duelo oficial.

Mientras, en las calles de La Habana apenas se registraba circulación de vehículos, las tiendas aumentaban los inventarios de los almacenes por un posible incremento en las compras en estos días en los que los cubanos pasarán más tiempo en las casas siguiendo por televisión las noticias.

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