Mil muertos en el 'Sarajevo' libio en las seis últimas semanas
La ciudad de Misrata, asediada por los gadafistas, se ha convertido en el símbolo de la resistencia de los rebeldes.
Unas mil personas murieron en las últimas seis semanas en Misrata, asediada por las tropas de Muamar el Gadafi, pero los combates disminuían en Libia, un mes después de iniciarse los bombardeos de las fuerzas internacionales contra las fuerzas del régimen. "El 80% de los muertos son civiles", declaró el administrador del hospital de Misrata, el doctor Jaled Abu Falgha, quien añadió que los combates habían dejado unos 3.000 heridos más.
Sólo el domingo murieron por lo menos 17 personas y 71 fueron heridas en la ciudad, situada 200 kilómetros al este de Trípoli, agregó el médico.
El médico afirmó que desde la semana pasada ha constatado en pacientes graves heridas causadas por bombas de fragmentación, armas que están prohibidas, pero que las fuerzas de Gadafi están usando desde el jueves, según la organización de defensa de los derechos humanos, Human Rights Watch (HRW).
Los rebeldes también acusan a las tropas leales al régimen de utilizar dichas armas, lo que Trípoli desmiente.
El sábado, la ONG Médicos Sin Fronteras evacuó por mar de Misrata a 99 heridos en estado "crítico", ya que no hay otra posibilidad de salida en esta ciudad asediada.
El Reino Unido prepara la evacuación por barco de 5.000 trabajadores extranjeros atrapados en Misrata, anunció en las Naciones Unidas el ministro británico de Cooperación Internacional, Andrew Mitchell.
El Gobierno británico ayudará en la evacuación de los trabajadores extranjeros que hayan podido alcanzar el puerto de Misrata, asediada desde hace días por las fuerzas de Muamar al Gadafi, aunque el traslado se realizará con embarcaciones fletadas por la Organización Internacional de la Migración (OIM).
Las autoridades británicas también se comprometieron a proveer ayuda médica y sanitaria a las personas que han quedado atrapadas por los enfrentamientos en la zona occidental de Libia, indicó Mitchell.
Unos 1.000 migrantes, en particular egipcios y nigerinos, siguen esperando para ser evacuados de un campamento improvisado, cerca del puerto de Misrata, en condiciones sumamente difíciles, según la Organización Internacional para las Migraciones.
En el resto del país, un mes después de iniciarse las incursiones aéreas de la coalición internacional, los combates continuaban en Nalut (oeste) y Ajdabiya (este), un estratégico nudo de comunicaciones que lleva a Bengasi, a 160 kilómetros al norte, y Tobruk, a 327 kilómetros al este.
El domingo, las fuerzas de Gadafi bombardearon los alrededores de Nalut, cerca de la frontera con Túnez, según un testigo.
El sábado, unos 3.000 libios habían huido por las montañas del oeste hacia Túnez, indicó el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
En Adjabiya, las fuerzas gubernamentales volvieron el domingo a por lo menos 20 kilómetros de la ciudad, lo que provocó la huida de cientos de rebeldes y habitantes que habían permanecido en ella, constató la AFP. Tras haber disparado con artillería pesada contra la entrada oeste de Ajdabiya, el ejército se replegó y los rebeldes lograron mantener el control de la ciudad.
En una entrevista publicada el domingo por el diario Le Parisien, el ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, estimó que "hay un cierto riesgo de que la guerra pueda durar, ya que Gadafi y Libia no son completamente previsibles".
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