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McCain-Obama, primer asalto

Los candidatos a la Presidencia se enfrentaron finalmente en un cara a cara centrado en cuestiones de política exterior y seguridad · Las dudas sobre la participación del líder republicano añadieron tensión

Técnicos encargados de preparar el debate daban el jueves los últimos toques al despliegue preparado en la Universidad de Mississippi.
Gonzalo Espáriz / Washington

27 de septiembre 2008 - 10:03

Ya no bastarán los discursos ante enfervorizados simpatizantes o los anuncios preparados en televisión: John McCain y Barack Obama se midieron ayer cara a cara en un debate de la campaña presidencial en el que, al contrario de lo habitual, ninguno de los dos partía como favorito.

No obstante, su celebración se mantuvo en el aire hasta menos de 10 horas antes de su inicio debido a la negativa de McCain de participar en el debate hasta que no se llegara a un acuerdo sobre el plan de rescate financiero, aunque finalmente accedió ante los progresos realizados en las negociaciones en el Congreso .

Fue el primero de los cuatro debates que ambas campañas acordaron. Tres de ellos tendrán como protagonistas a Obama y McCain, y el cuarto será entre los aspirantes a vicepresidentes, el demócrata Joe Biden y la republicana Sarah Palin.

El enfrentamiento de ayer era la primera gran prueba para definir a un electorado dividido de cara a las elecciones del 4 de noviembre. Según las últimas encuestas, Obama recuperó la leve ventaja que tenía antes de las convenciones de hace menos de un mes, pero sigue sin ser suficiente para que se confíe.

Según RealClearPolitics.com, Obama contaría hoy con el 48,1% de los votos y McCain, con el 44,9%. Los 3,2 puntos de ventaja están dentro del margen de error de la mayoría de sondeos.

Si no hay favorito para suceder a George Bush en la Casa Blanca, menos lo había para el debate. Obama cuenta con su florido discurso, es cierto, pero también lo es que en los debates, obligado a dar respuestas breves y punzantes, su oratoria se desinfla en largas respuestas sin gancho.

McCain, por su parte, nunca destacó por una brillante capacidad para construir frases destacadas. Pero posee la capacidad de responder directamente a lo que se le pregunta, una cualidad que las encuestas demuestran es muy apreciada por el electorado en un candidato presidencial.

Ambos sufrieron en los debates de sus respectivas primarias. El senador por Illinois pasó casi desapercibido cuando eran varios sus rivales y nunca fue superior a Hillary Clinton cuando ella era su única contrincante. El senador por Arizona, por su parte, siempre estuvo a la sombra del jocoso y parlanchín Mike Huckabee, de lejos el más brillante en los debates entre todos los candidatos.

El resultado es que ninguno de los dos es un experto en el formato en el que se midieron en la Universidad de Mississippi, por mucho que ahora sus campañas empiecen a resaltar las cualidades del rival.

"Los debates presidenciales se ganan y se pierden por dos cosas: los errores y las expectativas. Los errores no se pueden predecir, pero las expectativas se establecen de antemano", escribió en The Boston Globe el periodista Peter S. Canellos.

La historia corrobora la máxima: Ronald Reagan y George Bush padre, por ejemplo, salieron ganadores de sus debates ante Jimmy Carter y Michael Dukakis en 1980 y 1988 simplemente porque no hicieron el ridículo.

Ésa era la máxima preocupación de ambos contendientes, que tienen que luchar contra la percepción generalizada de que flaquean en uno de los dos principales asuntos que interesan en la actualidad a los estadounidenses: McCain en la economía y Obama en la política exterior.

El tema elegido para el primer debate era oficialmente política exterior y seguridad nacional, que teóricamente favorecía a McCain. El territorio para Obama llegará en el último, el 15 de octubre, cuando se hable de la economía y política nacional.

Pero los candidatos deberían encontrar su propio hueco en cualquiera de los debates, debido al nuevo formato elegido para la ocasión: en cada apartado del debate habrá unos minutos para el libre debate entre los candidatos, sin intervención directa del moderador.

Por otra parte, el jueves se supo que una española marcará el ritmo a Obama cuando pida el voto latino para llegar a la Casa Blanca: Noelia Zanón fue la elegida para cantar el himno propagandístico que acompañará al candidato a presidente durante sus mítines.

Su tema Quédate en mi corazón ha sido reconvertido en Vote por Obama, hoy. Y la española se encargará de cantarla a partir del próximo día 1 en EEUU. Noelia Zanón actuará en directo en mítines de Obama y en los lugares que seleccione el equipo del aspirante a la Presidencia.

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