Israel no se quedará de brazos cruzados ante la venta de armas de Rusia a Siria

Moscú dará misiles al régimen de Al Asad tras la ayuda europea a los rebeldes. Damasco responde a la UE que "levantar el embargo de armas alienta el terrorismo y obstaculiza la paz".

Unos soldados israelíes participan en unos ejercicios militares en un campo de maniobras en la frontera entre Israel y Siria.
Unos soldados israelíes participan en unos ejercicios militares en un campo de maniobras en la frontera entre Israel y Siria.
Agencias Jerusalén · Moscú

29 de mayo 2013 - 05:03

El Gobierno de Israel advirtió ayer a Rusia en contra de enviar misiles antiaéreos S-300 a Siria, porque considera que podrían emplearse no sólo contra su Fuerza Aérea, sino también contra objetivos civiles, como el aeropuerto de Tel Aviv. Si esos proyectiles autopropulsados, que tienen un alcance de hasta 300 kilómetros, llegan a Damasco, el ministro israelí de Defensa dijo que su Ejecutivo y la cúpula militar sabrían "qué hacer".

Desde principios de año, Israel ha atacado objetivos militares en Siria en tres ocasiones, siempre en las inmediaciones de Damasco. El Gobierno de Benjamín Netanyahu no ha admitido la autoría de esos ataques, que según la inteligencia militar norteamericana iban destinados a coartar envíos de armamento sofisticado -misiles iraníes tierra-tierra Fateh 110, en su gran mayoría- a la milicia libanesa Hezbolá, que lucha codo con codo con las tropas de El Asad dentro de Siria.

El ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, amenazó de forma velada con un nuevo ataque si los misiles S-300 abandonan Rusia con destino a Moscú. "Por supuesto desde nuestro punto de vista es una amenaza. En este momento no puedo confirmar que se estén acelerando las cosas. Los envíos aún no se han puesto en marcha, eso sí lo puedo confirmar, y espero que no lo hagan. Pero si, desgraciadamente, llegan a Siria, sabremos qué hacer", dijo en la base de Ramle del Cuerpo de Defensa Civil.

Mientras, Rusia defendió la venta de misiles a Siria con el argumento de que no pueden ser usados contra los rebeldes, a diferencia de las armas que suministrarían países de la Unión Europea a la oposición tras el levantamiento del embargo.

"Tales pasos son en gran medida un factor de contención para impedir que algunas mentes calenturientas otorguen a este conflicto un carácter internacional con participación de fuerzas externas", afirmó Serguei Riabkov, viceministro ruso de Exteriores, en rueda de prensa.

Riabkov subrayó que los misiles antiaéreos S-300 "son un factor estabilizador" contra una intervención exterior, en oposición a las afirmaciones del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que tachó esos misiles de factor desestabilizador.

Por su parte, la oposición siria saludó el futuro levantamiento del embargo de armas por parte de la Unión Europea, un gesto que consideran un posible cambio de tendencia en el apoyo de la comunidad internacional y en el desarrollo de la guerra en Siria.

Desde el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), el portavoz de su Comandancia Suprema, Qasem Saadedin, expresó su satisfacción por el levantamiento, algo que los opositores armados venían reivindicando y que "debía haber ocurrido hace meses".

Consciente de que el tiempo corre para los insurgentes inmersos en la recrudecida batalla contra las tropas del presidente sirio, Bachar Al Asad, Saadedin pidió que el paso de la UE sea "efectivo y serio", y no se quede en un mero anuncio.

El régimen sirio dijo que el levantamiento del embargo alienta el terrorismo y obstaculiza la paz en el país. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que la decisión adoptada se contradice con la búsqueda de una solución política a la crisis siria a través de la conferencia de Ginebra, propuesta por Washington.

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