Israel prepara a sus reservistas para el combate casa por casa
El Ejército concentra a miles de efectivos ante el inicio, en cualquier momento, de la tercera fase de la ofensiva · El último balance eleva a 917 el número de víctimas
Israel ultima la tercera fase de su ofensiva sobre Gaza. Justo cuando el conflicto superaba ayer las 900 víctimas (al menos 917, unas 400 de ellas civiles), el Gobierno de Tel Aviv confirmó que ha movilizado a miles de reservistas para iniciar la tercera fase de las operaciones de castigo en la Franja. Tras las oleadas de ataques aéreos y los bombardeos de los blindados, el nuevo despliegue de efectivos, según reconocieron fuentes oficiales, busca el control de los centros urbanos y podría arrancar de forma inminente. De hecho, parte de ese contingente tomó posiciones ayer en el interior de la Franja y está preparado para entrar ya en combate.
"Unas cuantas unidades de la reserva han entrado en Gaza para participar en la operación", explicó el general Avital Leibovich, portavoz del Ejército israelí, que sin embargo no precisó la cifra de efectivos movilizados. "No estamos hablando de una cantidad masiva de fuerzas, sino más bien limitadas". Sin embargo, los analistas vaticinan que el número de soldados podría contarse por miles y dan por hecho que la batalla está a punto de librarse puerta por puerta en pueblos y ciudades.
El despliegue se produjo en medio de algunos de los ataques más feroces desde que comenzó el enfrentamiento, que ya dura 18 días. Los carros de combate israelíes avanzaron en los barrios de Ajline, Tuffah y Zeitun, enfrentándose a combatientes palestinos en los tres ejes, mientras que los ataques aéreos volvieron a golpear el centro de Gaza. Un palestino y su hijo murieron en un bombardeo en Jabaliya, en el norte de la Franja.
Los combates se cobraron ayer la vida de al menos 25 palestinos. En el último balance de 917 víctimas aparecen, según las autoridades locales, 277 niños, 97 mujeres y 92 ancianos. El resto serían milicianos de Hamas. Además, la cifra de heridos alcanzaría ya los 3.950. El brazo armado de Hamas afirmó haber secuestrado a un soldado israelí, aunque precisó que había muerto en un bombardeo contra sus secuestradores, un extremo que las Fuerzas Armadas israelíes se apresuraron a desmentir.
Lo que por ahora parece lejana es una tregua o al menos un alto el fuego temporal. Tras fracasar el plan de paz de Francia y Egipto, el propio primer ministro israelí, Ehud Olmert, advirtió ayer a Hamas que su país golpeará Gaza con "mano de hierro" si no cesan los lanzamientos de cohetes palestinos hacia su territorio. "Queremos acabar la operación cuando se cumplan dos condiciones: que se acaben los disparos de cohetes y cese el rearme de Hamas", insistió Olmert en una visita al sur de Israel, objetivo de los lanzamientos.
Como réplica, el Gobierno de Hamas en la Franja emitió un comunicado con el que intenta mantener la moral de sus ciudadanos. "Podemos asegurar a nuestro pueblo que la victoria [sobre los israelíes] está más cerca que nunca", proclama.
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