Israel inicia la invasión de la Franja de Gaza
El objetivo del Ejército israelí es hacerse con el control de las posiciones utilizadas por Hamas para lanzar cohetes contra territorio israelí.
El Ejército israelí inició este sábado su ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, destinada a hacerse con las posiciones desde las que la organización islamista palestina Hamas y otros grupos armados lanzan cohetes y granadas contra ciudades hebreas limítrofes.
Según habitantes del norte y este de la Franja, soldados y tanques israelíes comenzaron a entrar en el territorio a primeras horas de la noche, mientras numerosos vehículos armados esperaban en el exterior de la valla fronteriza. La televisión israelí mostró imágenes en directo en las que se veía el lanzamiento de proyectiles y columnas de humo y fuego.
El Ejército comenzó además a movilizar a decenas de miles de reservistas, tras recibir la correspondiente autorización del gobierno del primer ministro saliente, Ehud Olmert.
Un portavoz del Ejército israelí aseguró en Tel Aviv que la invasión terrestre constituye la segunda fase de la operación 'Plomo fundido', con la que los militares pretenden poner fin al lanzamiento de cohetes palestinos contra territorio israelí. La operación comenzó ya el sábado de la semana pasada y, según fuentes sanitarias palestinas, ha dejado hasta el momento 462 muertos y más de 2.300 heridos en la Franja de Gaza.
Según la policía israelí, casi un millón de los 7,3 millones de habitantes de Israel se encuentran en el área de alcance de los cohetes lanzados desde la Franja de Gaza y que en los últimos ocho días han matado a cuatro israelíes.
A lo largo de este sábado, antes del comienzo de la ofensiva terrestre, la aviación israelí llevó a cabo más de 40 ataques aéreos contra posiciones de Hamas en Gaza, entre ellas un campo de adiestramiento, un depósito de armas y un túnel utilizado para introducir mercancías de contrabando desde Egipto.
Entre los objetivos se encontraba una mezquita en la ciudad de Beit Lahia, en el norte de la Franja. En el bombardeo murieron 14 personas y otras 50 resultaron heridas, 25 de ellas de gravedad. En otros ataques israelíes en Rafah y la ciudad de Gaza murieron seis palestinos. Entre las víctimas de los ataques se encontraban los altos comandantes de Hamas Abu Zakaria al Yamal y Mohammed Maaruf.
Ya antes del comienzo de la ofensiva terrestre, el Ejército hebreo comenzó a emplear artillería para bombardear objetivos de Hamas. Para analistas de medios israelíes, se trató de un indicio del inminente comienzo de la operación de tierra en la que, según un portavoz israelí, participan "grandes números" de tropas de todas las ramas de las fuerzas de combates.
Las Brigadas de Izzedin al Qassam, el brazo armado de Hamas, aseguraron que Israel pagará un "alto precio" por la invasión. "El enemigo sionista se está acercando a la trampa que nuestros guerreros han preparado para sus soldados y tanques", afirmó el grupo en un comunicado enviado a los periodistas en Gaza.
Pese al alto número de víctimas, el líder político de Hamas en el exilio, Jaled Meshaal, había asegurado que el grupo islamista continuará resistiendo y no capitulará ante el Ejército hebreo. Desde Damasco, amenazó a los soldados israelíes con un "oscuro destino de muertes, heridas y cautividad" si continúan los ataques. "El movimiento de resistencia y su estructura son extraordinarias. Las pérdidas humanas son mínimas", dijo Meshaal.
En respuesta a los ataques israelíes, milicianos palestinos lanzaron a lo largo del día al menos 15 cohetes contra ciudades israelíes limítrofes, aseguró una portavoz militar. Entre los proyectiles que impactaron en Israel se encontraban seis cohetes Grad, de un alcance considerablemente mayor al de los cohetes Qassam de fabricación artesanal.
Un Grad impactó en la ciudad portuaria de Ashdod, unos 40 kilómetros al norte de la Franja de Gaza, hiriendo a dos israelíes. En Ascalón un cohete incendió una vivienda particular.
Mientras tanto, opositores a la operación militar en Gaza se concentraron en varias ciudades de Israel para exigir un alto el fuego inmediato. En Sajnin, en el norte del país, se llegaron a contabilizar más de 10.000 participantes, sobre todo árabes israelíes, en lo que los medios de comunicación israelíes calificaron de la mayor manifestación árabe en el Estado judío en años.
También en Tel Aviv se concentraron varios cientos de manifestantes en la céntrica Plaza Rabin. En Haifa se organizó igualmente una manifestación.
Pese a todo, según las encuestas más recientes, un 85 por ciento de los israelíes apoya la operación en Gaza, con la que el Ejército pretende forzar el final de los lanzamientos de cohetes palestinos contra territorio fronterizo israelí.
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