La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Jerusalén/Benjamín Netanyahu y el centrista Beny Gantz pasaron buena parte de la noche del sábado negociando y pretenden anunciar cuanto antes un pacto de gobierno que acabe con un año de bloqueo político en Israel y que previsiblemente mantendrá al primero en el cargo de primer ministro.
Ambos negociaron mano a mano junto con Gabi Ashkenazi, tercero en Azul y Blanco, y anunciaron en un comunicado conjunto “progresos importantes” para formar “un gobierno de emergencia nacional” que aborde la crisis del Covid-19.
La situación política de Israel dio un giro inesperado el pasado jueves cuando Gantz, encargado de formar Ejecutivo, se erigió como presidente del Parlamento con el apoyo de Netanyahu y su bloque parlamentario, evidenciando un pacto entre los dos rivales.
Los medios locales apuntan hoy que formarán un Ejecutivo con alternancia en la jefatura de Gobierno, que encabezará Netanyahu el primer año y medio, en el que el líder centrista sería ministro, para luego acceder a finales de 2021 al cargo de primer ministro, con Netanyahu como viceprimer ministro.
Los detalles aún no se han acabado de concretar y las negociaciones continuarán hoy por la tarde.
Uno de los puntos más espinosos, señala el diario Haaretz, es que Bibi (Netanyahu) reclama aprobar una legislación que le permita seguir en el gobierno, pese a estar acusado de corrupción, situación que impide por ley ejercer como ministro, aunque no como primer ministro.
Otro asunto por resolver es la repartición de ministerios entre los socios. Uno de los más polémicos en estos momentos, es el de Justicia, por la influencia que pueda tener su titular sobre el juicio de Netanyahu. El reparto obligaría a crear un inflado gabinete de hasta 30 carteras, la mitad de las cuales podrían ir a los diputados de Gantz.
La alianza centrista que encabeza Azul y Blanco, queda rota por este pacto, y no está claro cuantos de sus 33 diputados le seguirán en la aventura de gobernar junto a Bibi, que nuevamente demuestra con esta vuelta de tuerca cuan difícil es expulsarle del poder.
Gantz prometió por activa y por pasiva no gobernar con un acusado por corrupción, pero tras tres comicios sin lograr una mayoría suficiente, finalmente se ha plegado al dictado del Likud de Netanyahu. Dos de las tres facciones que componen la coalición, Telem y Yesh Atid, ya han anunciado que seguirán en la oposición.
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